El 14 de marzo de 1979 un sismo de 7.6 grados en la escala de Richter -con epicentro en Petatlán, Guerrero- sacudió a la Ciudad de México y provocó el derrumbamiento de edificios administrativos y escolares del campus de la IBERO, entonces ubicada en la Campestre Churubusco.

Esa destrucción creó en las personas directivas de nuestra Universidad, entre otras cosas, ser conscientes de la necesidad de garantizar la preservación de los archivos históricos de la Iberoamericana, que se lograron recuperar después del temblor -en 1976 se habían adquirido los dos primeros, el de Haciendas y el Comerciantes; y en 1978 se recibió en donación la Colección Porfirio Díaz-, lo que derivó en que, en 1982, se creara el Área de Acervos Históricos.

Estos sucesos fueron narrados por la Dra. Cristina Torales Pacheco, académica del Departamento de Historia, en su conferencia ‘Preservar y cultivar nuestra memoria histórica. Génesis del Área de Acervos Históricos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México’, dictada durante la conmemoración de los ’40 años de Acervos Históricos’ de la IBERO.

Como botón de muestra de la riqueza de los acervos históricos, la Dra. María Eugenia Ponce Alcocer, quien trabajó 38 años en al Área, habló de ‘La colección Porfirio Díaz. Historia de un archivo y de un régimen’.

La colección, cuya propiedad se transfirió a la Universidad el 27 de julio de 1978, comprende cerca de 800 mil documentos, entre cartas, telegramas, diplomas, fotografías, folletos, mapas y periódicos, de 1823 a 1916. Y el 15 de diciembre de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través del Comité Mexicano de Memoria del Mundo, le otorgó el registro ‘Memoria del Mundo de México’.

En cuatro décadas, este valioso fondo ha sido consultado por estudiantes, para realizar sus tesis; por investigadoras/es nacionales y extranjeros, que han escrito artículos y libros; y ha servido de fuente para el montaje de exposiciones.

“Todo ello, nos permite acercarnos a este periodo tan importante de nuestra historia, en muchas ocasiones denigrado por la historiografía oficial, pero que es indispensable conocer y comprender para aceptar nuestro pasado”.

La Biblioteca Francisco Xavier Clavigero (BFXC) montó una muestra, en su Área de Exposiciones -Edificio N, nivel 0, donde permanecerá hasta el 8 de diciembre-, para dar a conocer a la gente una pequeña parte de los más de cinco mil libros, 70 fondos documentales, más de 100 mil libros antiguos o raros y un millón de imágenes de la fototeca, con los que cuenta el Área de Acervos Históricos.

La Mtra. Teresa Matabuena Peláez, directora de la BFXC, detalló que la elección del material expuesto tuvo como hilo conductor los reconocimientos de Memoria del Mundo México y Latinoamérica de la UNESCO, “con los que algunos de nuestros fondos han sido reconocidos”.

El tiempo que cubren los objetos de la muestra va desde los códices posthispánicos del siglo XVI, hasta los fondos documentales y fotográficos del siglo XX, con los cuales se construye “una narración de cómo se han ido incorporando estos acervos a lo largo del tiempo”, aportó el Mtro. Luis Inclán Cienfuegos, coordinador del Área de Acervos Históricos.

La Dra. Catherine Bloch Gerschel, presidenta del Comité Mexicano de Memoria del Mundo, dejó en claro que la identidad es el punto toral para Memoria del Mundo, o sea, contestar quiénes somos y a dónde vamos; “y, ciertamente, la IBERO, la Biblioteca y los Acervos Históricos se han dedicado a buscar estas respuestas y a darlas a conocer”.

Es por eso que para Bloch y para Memoria del Mundo fue un honor acudir a la IBERO a celebrar los 40 años “de la historia rica” de su Área de Acervos Históricos. Resaltó además que Memoria del Mundo, en su registro de México, tiene 75 documentos -fondos, colecciones, códices, etcétera- ocho de ellos de la IBERO, lo que “habla de la importancia de este acervo”.

Para concluir el festejo, la Dra. Rosa María Fernández de Zamora, egresada de Letras de la IBERO y presidenta honoraria del Comité Mexicano del Mundo México; y el Mtro. Homero Apodaca López, jefe de la Oficina de la Rectoría; develaron una placa conmemorativa en ocasión del 40 aniversario del Área de Acervos Históricos.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN

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