La pandemia de COVID-19 ha generado una serie de afectaciones en el ámbito educativo que "no serán de corto plazo, durarán buen tiempo". Una de ellas es la equidad en la educación, un tema que ya era un grave problema antes de la pandemia y ahora se ha agravado, señaló la Mtra. Sylvia Schmelkes, vicerrectora académica de la IBERO.

Para la Vicerrectora, el panorama demanda el diseño de nuevas formas de atender más y mejor a quienes fueron más afectados en su aprendizaje durante la pandemia.  En todas las aulas habrá una gran diversidad en los avances en conocimientos y habilidades del alumnado, lo cual exige metodologías inclusivas que deben permanecer incluso después de superada la crisis, “porque nuestros grupos son heterogéneos por naturaleza”.

Al participar en el Foro Nacional Ante la pandemia: Buenas prácticas, recordó que la pandemia ha excluido a los alumnos y alumnas en mayor desventaja. “Algunos de ellos ya no regresarán a la escuela y no lo podemos permitir. Tenemos que recuperarlos”.  

A las y los maestros que se dieron cita en este foro virtual les reconoció sus esfuerzos por contactar a sus estudiantes durante la pandemia, lo que ha abonado a que la deserción escolar no sea más grave de lo que podría haber sido.  “Pero tenemos que seguir asumiendo esta responsabilidad desde nuestras escuelas”.

Schmelkes del Valle señaló que la pandemia exigirá una priorización curricular. Al respecto, señaló tres puntos importantes:

1. Las habilidades fundacionales: los contenidos para cada grupo deben ser significativos, de interés, que se relacionen con su contexto y con sus curiosidades. Esto exige autonomía curricular por parte de las y los docentes. Un ideal es que se dejen atrás los currículos sobrecargados y homogéneos.
2. La convivencia: estar juntos es lo que permite formarnos en ciudadanía, en democracia, en valores clave como el respeto al otro y a la otra, en la ética del cuidado, en la construcción de paz.  Esto es función clave de la escuela.
3. Fortalecimiento socioemocional:  la pandemia ha provocado estragos a nivel emocional.  El fortalecimiento de la persona es parte importante de la formación integral del alumnado y se debe incluir explícitamente como un propósito de las escuelas.

“Los maestros y las maestras hemos descubierto la importancia del papel de la familia en la formación de nuestros alumnos. Y las familias han revalorado la función del docente, cuya presencia ahora les ha hecho falta.  Tenemos que continuar fortaleciendo este vínculo, y también con las comunidades”, añadió.

Finalmente, animó a las y los docentes a capitalizar los aprendizajes durante esta pandemia, y también a seguir innovando durante el regreso, pues será esencial para enfrentar los problemas educativos que la crisis sanitaria ha generado. Dijo que el cambio educativo se debe dar de abajo hacia arriba, desde las aulas y las escuelas hacia el sistema todo, teniendo a las y los docentes como los artífices de este cambio.

Esta catástrofe educativa, dijo, nos debe llevar a renovar profundamente lo que hacemos en educación, y “ustedes (docentes) ya están adelantando por dónde debe ir esa renovación”.

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Valentina González/ICM