#ANÁLISIS Copa del Mundo 2026: aspectos políticos y económicos

Mar, 3 Abr 2018
La candidatura de Canadá, México y EU tiene algunos problemas que podrían echar abajo la celebración de la justa mundialista
  • El próximo 13 de junio se elegirá a la sede de la Copa del Mundo 2026 (Tomada de Fox Sport).
Por: 
Dr. Erasmo Zarazúa Juárez*

El próximo 13 de junio de 2018 se reunirán las federaciones del balompié en Moscú, para otorgar la sede del Mundial de futbol FIFA 2026. Parecía algo sencillo, pues sólo se había presentado la candidatura conjunta de América del Norte —Canadá, EU y México (United 2026)— confederación que no ha tenido el evento desde 1994, pero el pequeño Marruecos levantó la mano para ser candidato, es la quinta ocasión que lo hace, y ha generado una verdadera división del voto. 

De primera vista, Marruecos parece que la lleva de perder, pero las implicaciones  políticas y económicas a nivel regional e internacional nos explican por qué se ha llegado a ver como un ejemplo de la división mundial creciente: esta nación se está convirtiendo en un símbolo, es el representante del mundo árabe, del mundo musulmán y del continente africano. Ya suma un número importante de votos y no sólo eso, Marruecos se haría de sufragios en Europa, Asia y América de aquellos que buscan un voto de castigo hacia Trump y su nueva diplomacia, sumados a los ya tradicionales votos en contra de los Estados Unidos. 

Marruecos simboliza un negocio regional y mundial, obtendría votos de castigo económico hacia las nuevas políticas antiglobalización. El Mundial en Norteamérica generaría ganancias, por así decirlo, estándar o mínimas, ya que sólo habría remodelación o adecuación de instalaciones, las empresas serían del mismo país o de la región; de ganar Marruecos, habría que construir, remodelar y adecuar 14 estadios, hoteles, aeropuertos, puertos, estaciones, carreteras, es decir, empresas nacionales e internacionales se repartirían el gran pastel. Países europeos y de Medio Oriente son los primeros en la fila para los contratos, las ganancias se repartirían en el mundo y muchos ganarían. 

Este país africano es visto por algunos como la víctima de la corrupción, principalmente por votos comprados en la elección de los mundiales de 2006 y 2010; elegirlo sería un símbolo de regeneración, de una nueva FIFA. En principio, EU tuvo gran apoyo al enfrentar la corrupción en la FIFA, pero no supo mantenerlo, ya que se impuso al interior del organismo y ahora hay voto de castigo por parte de la administración de la FIFA.

Muchos ahora recuerdan la intervención de EU para el Mundial de 1986, donde buscó se le quitara la sede a Colombia; y se suma la presión ejercida para el retiro de la sede a Rusia y Qatar. La intervención no sólo fue en búsqueda de la justicia, sino una revancha por perder esos tres mundiales y contra Blatter. De ganar, EU sería visto como la intervención y la imposición de un país en un organismo deportivo, algo que la FIFA supo evitar durante la Guerra Fría, pero que ahora se presenta nuevamente. 

Aunque sería una sede compartida, la primera vez con tres países, EU efectuaría el mayor número de partidos; realmente, Canadá y México lucen como satélites, aportando a la candidatura su poder blando: México su tradición futbolística y experiencia de organización, ya que fue el primero en ser dos veces sede, 1970 y 1986. Canadá aporta la expansión del futbol y busca el pago de la deuda con el futbol femenil que tanto éxito ha tenido. 

Los tres países buscaban la sede en solitario, desde hace años, pero el mundial denominado Megaevento pasará a ser Gigaevento, pues cambiará de 32 a 48 selecciones participantes, esto metió en aprietos a Canadá y México que, no por incapacidad sino por falta de tiempo, no alcanzarían a estar listos para el 2026. La unión de los tres es forzada.

EU en solitario no ha convencido a la FIFA. Ésta es su tercera postulación seguida. ¿Las razones? Al parecer, su futbol no gusta, casi no crece y mucho menos se desarrolla, su liga nacional sube y baja, afecta los salarios y contrataciones de jugadores internacionales, atenta contra el status quo del futbol mundial. EU tuvo el Mundial de 1994 bajo el argumento de expandir el gusto del futbol, pero también por ser el ganador de la Guerra Fría, pero desde entonces sólo ha construido un estadio dedicado en específico al soccer; México y Canadá tapan estos puntos en contra al ir en conjunto, pero ahora estos países pagan las consecuencias, sobre todo México. 

United 2026 tiene problemas internos: EU parece iniciar una guerra comercial; qué tan bien librados saldrán de esta confrontación es muy aventurado, pero si sale mal, el Mundial se vería afectado. Hay que agregar que de las tantas ciudades sedes en la Unión Americana, hay una que ‘no lo es’: Chicago, que se proclama como opuesta a Trump, por si fuera poco, aunque con cautela, es posible que otras ciudades hagan lo mismo, sobre todo en estados tradicionalmente demócratas. EU tiene un problema muy costoso cuando efectúa estos eventos: el terrorismo, que hace que la inversión en seguridad sea muy alta; además, golpea la parte de ingreso al país y movilidad de los visitantes.

La Canadá bonita de Justin Trudeau ve una nueva realidad: el crecimiento económico y estabilidad no están del todo garantizadas. Debemos recordar que esta nación, anteriormente, descartó organizar un mundial por los mismos problemas que en EU. 

En México, hay varios obstáculos visibles: el clima de inseguridad no ayuda, además se ha puesto en entredicho la continuidad de la construcción del nuevo aeropuerto internacional, las elecciones presidenciales son después de la elección de la sede, no se sabrá quién gobernará los siguientes seis años. ¿Qué pasaría con la construcción de otras estructuras? La FIFA debe sopesar los problemas de los tres países, no sólo sus beneficios. 

La FIFA debe tener en cuenta también que de ganar United 2026 puede enfrentar un boicot, algo que no enfrenta desde 1966, por parte de África. Cuando Colombia renunció al Mundial, en 1986, EU parecía el ganador, pero la amenaza del boicot peso mucho y llevó a la FIFA a inclinarse por México. ¿Llevarán estos puntos políticos, diplomáticos y económicos al organismo a inclinarse por Marruecos? Lo sabremos el próximo 13 de junio. 

*Dr. Erasmo Zarazúa Juárez es académico e investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

 

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