#ANÁLISIS Mujeres de la IBERO hicieron presencia en la marcha del 8M

Mar, 10 Mar 2020
Académica de la IBERO narra lo que se vivió durante la marcha del Día Internacional de las Mujeres en la CDMX
  • Imagen en el Zócalo de la Ciudad de México (Tomada de Animal Político).
Por: 
Dra. Ivonne Acuña Murillo*

Un importante contingente de al menos mil 245 alumnas, exalumnas, madres de estudiantes, amigas, hijas, académicas y empleadas de la Universidad Iberoamericana Santa Fe, identificado como ‘Mujeres I’, se dio cita, a la una de la tarde, en la cafetería Cielito Querido, a un lado del Monumento a Colón, con el fin de afinar los detalles de seguridad, antes de unirse a los contingentes ya presentes en el Monumento a la Revolución para participar en la marcha del Día Internacional de las Mujeres del 8M.

Días antes de la marcha, un grupo de siete alumnas y tres exalumnas (Sharon Fernández, Karen Vargas, Paola Zuart, Sofía Pequeño, Verónica Versalles, Ligia Delgado, Esther Garduño, Mariana Rojas, Caro Monsiváis, Romina) desarrollaron una serie de eventos preparatorios para la marcha del 8M, entre ellos una asamblea que se realizó el miércoles 4 de marzo en las escaleras de la explanada de IBERO, para intercambiar puntos de vista en torno al paro del 9M.

En este evento, algunas estudiantes externaron sus experiencias y preocupaciones, aquí algunos de sus testimonios.

Previo a la marcha

La primera en tomar la palabra compartió: “(…) Incluso hombres se la toman muy a la ligera y dicen que ‘a nosotros también nos matan’ (…) Pero, a mí me siguieron como por tres cuadras gritándome ‘cómo, ven, te vamos a violar entre los tres’. Y, con unas amigas aquí afuera de la IBERO también nos empezó a seguir un tipo (…) creo que los hombres (…) al menos yo estudio Derecho (…) se burlan de nosotras, de los feminicidios (…) y todavía he escuchado a profesores decir ‘yo creo que el feminicidio no debería de estar tipificado’. O sea, no puedo creer que existan profesores que den clases así en esta universidad”.

La segunda en hablar comentó: “Es bien difícil y bien triste escuchar justamente esas anécdotas que no la tiene una, las tenemos si no es que todas por lo menos la mayoría porque es un miedo colectivo, no es un miedo paranoico (…) Este tipo de comentarios (…) tenemos que hacerlos visibles, tenemos que exponer a los profesores, a los compañeros, a quien sea, en el puesto que esté (…) la próxima semana dentro de las ideas que vamos a hacer (…) es “El tendedero” porque nos toca a nosotras hablar de los comentarios machistas, privilegiados, misóginos que hacen todos los hombres en esta universidad…”.

Otra, habló de las mujeres que minimizan el acoso pues “(…) no sólo son los hombres también somos nosotras. Hay mujeres que minimizan la violencia (…) que no apoyan (…) , que cuando tú haces una denuncia dicen exactamente lo mismo, no lo hizo con intención; no amiga no te preocupes (…) A mí me ha pasado, no saben cuánto me arrepiento de que un amigo mío abusó de una amiga y yo, porque pensé que lo conocía, dije no, ¿cómo puede ser?, hasta que lo tuve que vivir yo, me lo tuvo que hacer a mí, para que yo dijera (…) ‘te apoyo’, ‘te escucho’, ‘yo te creo’…”. Siguiendo esta línea, una de las organizadoras afirmó: “Lo que más duele es cuando una mujer te quita el valor y te dice que estás mintiendo o todas estas cosas”.

Otra más dijo: “(…) me da mucho coraje y mucha impotencia, escuchar cada día experiencias como las que contó mi compañera que a todas nos pasan, incluso a las que somos de carácter fuerte, a veces decimos ‘no, a mí no me va a pasar, si me pasa les voy a decir lago’, pero a la mera hora una se petrifica, no sabe cómo hacer y estoy harta de vivir con ese miedo, estoy harta de tener que defenderme de mis compañeros y de otras mujeres…”.

Una más secundó: “Quiero retomar una consigna que muchas han escuchado ‘la policía no me cuida, me cuidan mis amigas’ y creo que es bien importante que recordemos esto y que recordemos que tenemos que tener justamente este tipo de grupos que nos ayuden a localizar a los familiares de nuestras amigas, a saber dónde están y con quién están…”. En ese mismo sentido, una exalumna, afirmó “(…) que si todas las que estamos aquí fuéramos un círculo de autocuidado en respuesta de que alguna le pase algo, el patriarcado se cae mañana”. 

Ésta fue una asamblea importante por la forma en la que fueron expuestas formas de acoso y discriminación dentro de la misma universidad, pero, sobre todo, por haber sacado a la luz lo que muchas de las alumnas de la IBERO sienten y han callado, semestre a semestre, y que demerita la calidad de su experiencia como universitarias.

Siguiendo con las actividades previas a la marcha destaca la utilización de plataformas como Facebook e Instagram para compartir información sobre los pormenores de la organización para la marcha, entre ellos un plan de acción y un protocolo de seguridad indicando lo que habría que llevar, a saber: dos identificaciones guardadas en lugares diferentes, dinero en efectivo, boletos del metro, bloqueador, un pañuelo con vinagre para cubrir la cara en caso de que las policías lanzaran gases lacrimógenos, agua, barritas energéticas y pañuelo simbólico (algunas llevaron el morado, que  representa a las mujeres y otras el verde, que refiere el derecho a un aborto libre y protegido). El protocolo fue elaborado por la exalumna Caro Monsiváis, experta en estos temas.

Asimismo, se comunicó a quienes deseaban formar parte del contingente de la Ibero que de preferencia vistieran de negro y portaran, en un brazo, un listón rojo con la leyenda ‘Mujeres I’.

Se formaron grupos en WhatsApp para reunir a las mujeres que saldrían de diversos puntos de la Zona Metropolitana del Valle de México para que, en lo posible, se transportaran al sitio de reunión y volvieran juntas al punto de salida. En esto participaron Tania Naanous Rayek, Daniela Samperio Niembro, Frida Gómez Moncada, Alejandra Rojas y Deni, como coordinadoras de las  siete zonas establecidas. Igualmente, en la IBERO, las empresas que ofrecen el servicio de Iberobús, prestaron dos camiones para las alumnas que quisieran salir de y regresar a la propia universidad.

Otra estrategia de seguridad se dio dentro de los grupos de WhatsApp, en los que circuló un formato para ser llenado por cada una con datos como: nombre, teléfono, matrícula o número de empleada, tipo de sangre, nombre de acompañante mujer y datos de contacto en caso de emergencia. Con este formato de seguridad se recogió el dato de mil 245 mujeres, pero las organizadoras están seguras de que ya en el punto de reunión llegaron muchas, muchas más.

Las últimas estrategias debían llevarse a cabo en el punto de reunión, como la organización en pequeñas células de autocuidado y la existencia de un cordón de seguridad que permitiera no sólo identificar al propio contingente.

Ya en la marcha

Como histórica ha sido calificada la marcha del 8M, la cual se llevó a cabo en 60 ciudades a lo largo del país. En la Ciudad de México, según cifras oficiales, alrededor de 80 mil mujeres se congregaron en el Monumento a la Revolución. Sin embargo, como suele ocurrir, hay desacuerdo en torno al número de mujeres que decidieron salir a marchar, para el periódico Ovaciones, por ejemplo, su número se elevó a más de 100 mil. En otros sitios, incluso se habló de más.

Lo cierto es que los primeros contingentes salieron del Monumento a la Revolución a las 2:20 y los últimos a las 4:30. Fue el caso del contingente IBERO que se quedó parado entre los contingentes de la UNAM y del ITAM. Pero, el entusiasmo no cesó, de un grupo y otro salían los gritos, los aplausos, las consignas. Ya gritaban las de la UNAM y respondían las de la Ibero y el ITAM; ya comenzaba una consigna la Ibero o el ITAM y respondía la UNAM.

Entre las consignas que se repitieron una y otra vez se encuentran: “Yo si te creo”, “Ni una más, ni una menos”, “Verga violadora, a la licuadora”, “Aplaude, aplaude no dejes de aplaudir que el machismo se tiene que morir”; “Dije no, te dije que no, pendejo no, mi cuerpo es mío, yo decidió, tengo autonomía, yo soy mía”; “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”; “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”; “Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas que América Latina será toda feminista”; “Mujer escucha, esta es tu lucha”; “Mujer hermana, si te pega no te ama”; “Mi cuerpo es mío, yo decido, yo decido”; “Señor, señora, no sea indiferente se mata las mujeres en la cara de la gente”; “El que no brinque es macho”. Se coreó también, en partes, el hoy conocido Himno Feminista Un violador en tu camino.

Otras consignas se escucharon cuando, por fin, comenzó a moverse el contingente, despacio, muy despacio: “Somos malas, podemos ser peores” (con ritmo); “No somos una, no somos 100, pinche gobierno cuéntanos bien”; “Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal”.

También fue posible, dentro del contingente IBERO, ver pancartas con frases como: “Lo personal es político” (la gran consigna de las feministas de la Tercera Ola a la que pertenece quien esto escribe); “Tú eres poderosa, brillante, valiente”; “No somos invisibles”; “Nos quitaron tanto que acabaron quitándonos el miedo”; “Con o sin ropa, mi cuerpo no se toca”; “Ni encerrada, ni con miedo, quiero vivir”; “El alma femenina salvará a AL”; “Sobrevivir y no vivir”; “Juntas, libres y sin miedo”; “Somos el grito de las que ya no están”; “Revoltosa te ves más hermosa”; “Porque quiero que Karen llegue sana y salva a casa”; “Mira mamá libre, viva y sin miedo”; “Basta de perder amigas, hermanas, hijas, madres, compañeras”; “Si mañana me toca a mí quiero ser la última”.

Las horas, tratando de avanzar, permitieron reconocer y memorizar los rostros de algunas mujeres IBERO, su ropa, sus pancartas, su cabello, su voz y seguirlas para no quedar lejos del contingente de origen.

Cuando al final fue posible comenzar el avance, el grupo se disgregó en una bocacalle en la que coincidieron varios contingentes. Sin embargo, y gracias al distintivo rojo (mismo que a iniciativa de las organizadoras fue deslizado del brazo a la muñeca con el fin de que al levantar las manos, las compañeras de atrás pudieran verlo), fue posible volver a reunir una parte importante del contingente frente al Caballito de Sebastian, último punto de la marcha. Cabe acotar que el cordón de seguridad se rompió unos minutos antes de iniciada la marcha, aun enfrente del Cielito Querido.

A las 4:30 de la tarde, las organizadoras decidieron no seguir por cuestiones de seguridad, pues al ser tantas ya no podrían llegar juntas y porque recibieron noticias de que adelante estaban lanzando gas y no quisieron arriesgar a nadie, en especial a aquellas que marchaban por primera vez. Lo anterior no supuso impedir que las que quisieran seguir por su cuenta pudieran hacerlo.  

Una vez reunidas junto al Caballito, se tomó la foto de grupo, se agradeció el apoyo y las acciones realizadas y se informó sobre el asesinato, en la madrugada del 8M, de Nadia Verónica Rodríguez Saro Martínez, estudiante de Relaciones Internacionales de la IBERO León, en Guanajuato, y se guardó un minuto de silencio por este terrible hecho, el cual provocó lágrimas en algunas de las mujeres IBERO.

La muerte de Nadia Verónica se dio horas antes de la marcha en la que ella también participaría y después de que subiera a redes sociales un cartel con su fotografía y la leyenda ‘Se busca’, haciendo referencia a las miles de mujeres que han desaparecido en el país.

Como en un performance, ella escribió en su perfil de Facebook un mensaje para su familia en caso de que también fuera una víctima más de feminicidio, cuyo primer párrafo dice:

Mami, papi y hermanos, si algún día soy yo quédense con la mejor imagen de mí, recuérdenme como yo a ustedes los recordaré, porque no soy un cuerpo tirado y lastimado, porque mi ser no vive en la foto que pasan los medios de comunicación creando morbo y mucho menos hagan caso a cometarios machistas que hablarán de mí en las redes sociales.

Después del minuto de silencio, una exalumna enseñó a las que no la conocían la porra IBERO, y en grupo todas corearon: “Ibeeeero”, “Ibeeeero”, “Ibeeeero”, en el tonito de conocido grito futbolero.

Cierra con esto la crónica de un día histórico en el que la muerte de Nadia Verónica y otras 10 mujeres más, confirmaron las razones de la marcha del 8M y la participación del contingente ‘Mujeres I’.

*La Dra. Ivonne Acuña Murillo es académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana

 

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