Buscar desaparecidos no era mi proyecto de vida: madre de migrante

Jue, 5 Mayo 2022
Ana Enamorado, hondureña, acude a la IBERO para compartir su historia en la conferencia ‘Personas migrantes desaparecidas en México: testimonio desde la experiencia de las madres buscadoras’
  • Sra. Ana Enamorado, madre buscadora e integrante de la Red Regional de Familias Migrantes.

Desde que llegó a México, la migrante hondureña Ana Enamorado empezó a buscar a su hijo y a otras personas desaparecidas, y ahora apoya a otras madres buscadoras, pero “éste no era mi proyecto de vida; dedicarme a buscar personas desaparecidas”, toda vez que “no deberían de estar desapareciendo las personas”, dijo al compartir su historia en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

En la conferencia Personas migrantes desaparecidas en México: testimonio desde la experiencia de las madres buscadoras, la señora Ana, integrante de la Red Regional de Familias Migrantes, relató que su unigénito Óscar Antonio López Enamorado migró hacia Estados Unidos pensando que ahí iba a mejorar su vida al huir de la violencia en Honduras; sin embargo, desapareció en Jalisco, México, cuando contaba con 19 años de edad.

Tiempo después de recibir la última llamada telefónica de Óscar, el 19 de enero de 2010, Ana Enamorado pidió a muchas instituciones de su país ayuda para localizar a su hijo, y al ver que todas las puertas se le cerraban, decidió dejar su patria, renunciar a todo y venir a México a buscar a su hijo. “Empecé mi vida de cero, sin conocer a nadie, en un país totalmente desconocido para mí”.

A México llegó con una maleta pequeña y con un grupo de madres centroamericanas que compartían el mismo dolor, el de buscar y encontrar a sus hijos e hijas desaparecidos en territorio mexicano. “Lo que traía en esa maleta era un dolor horrible, una desesperación inmensa, el no saber dónde estaba mi hijo, qué estaba pasando con él, quién lo tiene; esas eran mis preguntas”.

A priori, la señora Enamorado pensaba que México era otro, “pero me encontré con esta realidad que es México, con miles, miles, de personas desaparecidas y, sobre todo, migrantes”. También aquí halló a miles de madres que salen a las calles a exigir el regreso de sus familiares. “Para mí fue aterrador ver las marchas del 10 de mayo (de las madres de desaparecidos)… porque justo ese día es el cumpleaños de mi hijo… la fecha de su nacimiento”.

Sin embargo, conocer a otras madres buscadoras y sentir el abrazo de muchas de ellas le dio fuerza para seguir adelante. “Me dijeron: no estás sola, vamos a caminar juntas”. Y a ese andar junto con Ana se han sumado amistades, activistas, defensores de derechos humanos y periodistas.

Haciendo el trabajo de las fiscalías

Durante su tiempo en México, Ana Enamorado ha acudido a diversas instituciones gubernamentales a denunciar la desaparición de su hijo Óscar y a solicitar su búsqueda. Al respecto, aseveró, “las familias (de personas desaparecidas) prácticamente llevamos ya todo el trabajo hecho, para presentárselo a las autoridades, y ellas hagan lo que tengan que hacer, porque ellas son las personas especialistas que están en una dependencia para trabajar en nuestros casos”.

Ana tiene expedientes abiertos, entre otras dependencias, en la Fiscalía de Jalisco, en la Fiscalía General de la República, en la Unidad de Investigación de Delitos para Personas Migrantes, en la Comisión Nacional de Búsqueda y en las Comisiones Estatales de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Jalisco y Nayarit. “Hay muchos expedientes abiertos, pero nada más están esos documentos ahí, sin poder hacer nada”.

Por lo anterior, “cada 19 de enero hacemos acciones frente a la fiscalía, frente a diferentes dependencias, para exigir justicia, exigir verdad. Eso es lo que las familias buscamos, el regreso de nuestros familiares con vida, porque nosotros no descansamos de gritar que a nuestros familiares se los llevaron con vida, y por eso así exigimos el regreso de ellos”.

“No podemos olvidar que, a nuestros hijos, a nuestras hijas, se las llevaron con muchos sueños, con metas, con proyectos, y por eso exigimos que ellos tienen que regresar. ¡Yo exijo el regreso de mi hijo; con vida!, con aquellos proyectos que Óscar tenía”.

Las cifras ¿oficiales?

Las cifras oficiales manejan que en México hay cerca de 100 mil personas desaparecidas, pero Enamorado está convencida de que son más, pudiendo llegar a ser 200 mil o 300 mil, porque la gran mayoría de personas no denuncia. “Por qué no denuncia; por miedo, por falta de confianza en la autoridad, porque saben que las autoridades no hacen nada”.

Ciertamente, al presentar sus denuncias, Ana confió en las autoridades y creyó que iban a avanzar con toda la información que les entregó. Mas recordó que un amigo fotógrafo le dijo: no confíes en las autoridades, tienes que exigirles. “Yo no sabía por dónde empezar, para mí era nuevo todo esto. Pero fui aprendiendo, me fui capacitando, fui estudiando para poder entender esta situación y poder exigir, y pararme frente a la autoridad y no dejarme intimidar de ellos, porque es lo primero que hacen, intimidarnos, para obligarnos a callar”.

“A mi hijo me lo desaparecieron en México; el Estado mexicano tiene la responsabilidad de buscarlo y entregármelo de regreso sano y salvo. Cómo le van a hacer, ellos sabrán cómo le van a hacer. Lo que sabemos, es que México tiene una deuda muy grave, muy fuerte con las familias, con las familias de migrantes, de las que muy poco se habla”.

A Ana, quien reconoce que Honduras es un país muy violento, donde casi es imposible vivir, no le gustaría que México se convierta en ese país. “Lamentablemente, después de 10 años estamos viendo, casi, que estamos en el mismo nivel de Honduras. Es muy triste, porque a mí me llegan a diario y a cada rato las publicaciones de las personas desparecidas, personas que me buscan de acá, mexicanas, porque saben que tengo la experiencia, desafortunadamente, para que les apoye cuando sienten que les acaba de desaparecer un familiar, pero más que todo, de migrantes”.

Como esas llamadas y mensajes los recibía diariamente, Ana se vio obligada a crear la Red Regional de Familias Migrantes, para buscar ayuda voluntaria de otras personas, entre las que hoy se cuentan un psicólogo de Honduras y unas antropólogas de México.

No obstante, “necesitamos el apoyo de la sociedad, necesitamos el apoyo de la academia, de los estudiantes, de todos, para poder avanzar con estos casos, y para poder seguir exigiendo justicia. Qué pasa cuando nosotras salimos a las marchas o hacemos un mitin, por ejemplo, deseamos que la gente salga y nos acompañe, para que no nos dejen solas. Son ustedes quienes nos acuerpan, quienes nos apoyan y quienes nos cuidan, porque sabemos que nos desaparecen también a nosotras”.

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Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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