La ciudadanía será el único contrapeso que tendrá el nuevo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador, ante la posible consolidación de un sistema de partido hegemónico, sin oposición política real en el Poder Legislativo federal y en los congresos locales, coincidieron la Dra. Helena Varela, directora de la División de Estudios Sociales, y el Dr. Enrique Gutiérrez Márquez, director del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

Durante la '9ª EXPO ARU 2018', la Dra. Varela Guinot dijo a los estudiantes y académicos presentes que la ciudadanía será el único contrapeso que podrá tener el nuevo gobierno; mientras que el Dr. Gutiérrez Márquez habló de la importancia de una ciudadanía activa en la que los jóvenes tienen que ser factor de transformación; en donde se consolide una sociedad civil participativa con el apoyo de universidades, empresarios, estudiantes, trabajadores y sindicatos.

“Me parece que no podemos ceder frente a todo lo que está ocurriendo. Es muy oportuno apropiarnos o reapropiarnos de los espacios públicos con esa construcción de ciudadanía”, expresó.

Asimismo, advirtió que el país está frente a la reconfiguración del sistema electoral y del sistema de partidos debido a que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) están maltrechos y con pocas posibilidades de crecimiento. Mientras que el Partido Acción Nacional (PAN) tiene signos de vida, pero con un problema interno muy fuerte, es un partido político 'roto'. Por su parte, Felipe Calderón y Margarita Zavala han dicho que formarán otra fuerza política.  

“Esto nos plantea una reconfiguración de todo el sistema de partidos. Las condiciones están dadas para una posible consolidación de un sistema de partido hegemónico, como en el México de 1970, porque vamos a tener a un presidente fuerte, con vínculos muy claros con un partido político, con poca distancia entre el jefe de gobierno y su partido político. Y a un Poder Ejecutivo sin contrapesos políticos reales en el Poder Legislativo federal y los congresos locales”, explicó el especialista.

Ante esta situación, el académico vislumbra un escenario complejo porque no hay en el futuro cercano un elemento que plantee un contrapeso político importante.

Por su parte, la Dra. Varela Guinot comentó que el presidente electo cuenta con altos niveles de legitimidad y mayoría en el Congreso, lo cual puede resultar muy 'cómodo' para gobernar. Destacó que cuenta con una serie de propuestas que sí buscan una transformación y cambiar al país, sin embargo, advirtió de divisiones y forcejeos internos que pueden tener efectos en los resultados.

“Mientras no acabemos con las viejas prácticas tipo clientelismo y corporativismo que están ahí, las nuevas etapas las cuestiono. El nuevo gobierno mantendrá personalidades destacadas y muy interesantes, pero pondría ojo avizor en las malas compañías que pueden ensombrecer lo que harán”, añadió la politóloga.

Respecto a la administración en turno, señaló que el gobierno de Enrique Peña Nieto está desaparecido y deja temas pendientes en todo el país. Por un lado, un grupo de gobernadores con procesos penales o perseguidos, escándalos de corrupción vinculados a OHL, Odebrecht y la 'Casa Blanca', un déficit público, altos índices de criminalidad y los últimos dos años con más violencia desde que se miden estos indicadores; así como altos gastos en el plano gubernamental.

“La administración del presidente Peña deja un país bastante lastimado, desgastado y con un clima de violencia generalizado. Culmina con una crisis en el sector de los derechos humanos muy profundo, con un balance negativo en prácticamente todos los rubros, pasando por el sector económico, político, administrativo... casos que quedan sin resolver, que quedan sin una satisfacción clara de lo que ocurrió, a pesar de las 'verdades históricas' en Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato”.

En ese sentido, la Dra. Varela mencionó que el índice de popularidad con el que terminará Peña Nieto su gobierno es de los más bajos que ha habido en la historia, con un 18% de aceptación.

“Hay un voto anti-Peña Nieto y contra el poder establecido. Esto explica parte de la victoria de AMLO, lo cual tiene que ver con el hartazgo hacia el PRI y el PAN”, añadió la académica.

Valentina González/ICM