La Constitución Moral propuesta por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es una declaratoria de valores que sostienen, en este caso, la construcción de una sociedad, afirmó el Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México·Tijuana, durante su participación en los 'Foros de participación: Constitución Moral, reflexiones para una mejor convivencia’.

“Yo creo lo que está buscando el gobierno actual es crear consensos del tipo de sociedad que queremos construir entre todos y todas. Puede ser un instrumento útil para orientarnos respecto al tipo de valores, de relaciones, de reglas del juego, que queremos para tener un México de paz, un México solidario, un México más justo; creo que detrás de ello está el gobierno de Andrés Manuel”.

La posición de la IBERO frente a este documento es la postura que se establece en la misión de nuestra institución, en el sentido de que “queremos una sociedad incluyente, diversa, plural, pacífica, solidaria, democrática y hay que construir los medios económico, políticos y sociales para que esto sea posible.

“Entonces, hemos llevado el día de hoy a la discusión lo que en un momento formulé como un decálogo del humanismo contemporáneo, que publicó nuestra revista IBERO, como una guía del tipo de valores que tendrían que animarnos para construir esta sociedad. Es un planteamiento que hemos sostenido institucionalmente y plasmado también en un decálogo, no como una lista, sino como la concepción humanista que consideramos pertinente”.

Para ser válida, apuntó, debe ser laica y sin valor jurídico, es decir, que su observancia no sea obligatoria. Respecto a este punto, comentó que la denominación de Constitución Moral puede generar lecturas erróneas, en el sentido de que parece tener “fuerza de ley y eso no puede ser”. Detalló que tampoco es un instrumento educativo en valores y de derechos humanos.

Explicó que la Iberoamericana marca distancia con los valores del pasado y mira hacia el futuro, respecto a “cuáles son aquellos que necesitamos como sociedad para tener una vida plena, feliz, para poder convivir en paz, y esos valores hay que tenerlos en común y están en el futuro y no en el pasado”.

Por ello, durante su alocución, el Rector propuso que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, así como los valores de las comunidades indígenas, fueran los ejes de esta Constitución Moral. Los primeros porque tienen el consenso de la comunidad internacional y facilitaría su armonización.

En el caso de los segundos, “pueden aportarnos en la construcción de una sociedad —que tiene en estos momentos una crisis del sistema global—, valores como el sentido comunitario, el respeto a la naturaleza, el trabajo gratuito, la fiesta como igualadora permanente entre la gente. Me parece que también de aquí podríamos tomar inspiración para hacerla nuestra y que tenga impacto, arraigo, entre la población en general”.

Reconoció que en esta convocatoria promovida por el gobierno exista una pluralidad en las voces, pues lo mismo estuvieron representantes religiosos, de universidades y de comunidades indígenas, que académicos y especialistas. El mensaje es que “todos tenemos algo que decir, respecto de la construcción de una sociedad en México”.

El Padre David Fernández manifestó que es “la primera vez que un gobierno le pregunta a su sociedad qué tipo de valores, aptitudes, dinámicas, queremos en la construcción social que nos es común a todos y todas. Mañana siguen los trabajos, irán otros representantes, otras instituciones, pero lo importante es que están en el mismo espacio la academia, las iglesias, las comunidades originarias, los especialistas; creo todos los ciudadanos tenemos algo que aportar”.

Constitución Moral no es texto jurídico

Por su parte, la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo que el texto no se trata de un documento jurídico y no busca restringir las libertades de los ciudadanos, como tampoco imponer sanciones. El objetivo, explicó, es impulsar comportamientos éticos que, además de permitir una nueva convivencia nacional, impidan que el tejido social se siga erosionando.

Iván Cabrera