El Foro Cardoner se llenó de risas, música y espíritu navideño con la presentación de La Gran Pastorela del Programa Somos Uno Más, una puesta en escena que retomó la tradición, pero con un giro juguetón y sorprendentemente fresco. La función abrió en el inframundo, hogar de unos diablitos que, entre travesuras y planes maliciosos, decidían darse un descanso y tomarse unas “merecidas” vacaciones de su eterna misión de molestar a los ángeles.

El escenario cambió entonces al cielo, donde los angelitos discutían cómo proteger a los pastores en caso de que los demonios reaparecieran. Entre bromas y coreografías, también recordaban su tarea principal: anunciar el nacimiento del hijo de Dios y encaminar a los pastores hacia Belén. La historia aterrizó después en el mundo real, donde los pastores celebraban el rumor de que los diablitos no aparecerían ese año… hasta que dos demonios disfrazados de pastores intentaron infiltrarse en el viaje.

El trayecto hacia Belén estuvo lleno de humor y guiños contemporáneos. En un momento clave, los ángeles comenzaron a tirar oro para verificar si algún diablito seguía escondido, provocando carcajadas. Al descubrirlos, ambas “fuerzas” se enfrentaron no con espadas ni sermones, sino con un divertido dance off. El público decidió al ganador con aplausos, y aunque triunfó el bando infernal, los diablitos sorprendieron al pedir convertirse en buenos y unirse al camino de luz.

La obra cerró con todos reunidos, frente a María, José y el niño Jesús. Entre luces cálidas y un coro emotivo, el elenco compartió mensajes de inclusión, armonía y reconciliación: un recordatorio de que las diferencias pueden quedarse atrás cuando la intención es convivir en paz. El cierre, con un baile final lleno de energía, dejó al público de pie, aplaudiendo una pastorela que renovó la tradición sin perder su esencia.

La presentación de La Gran Pastorela recordó, una vez más, el compromiso del Programa Somos Uno Más con la inclusión y el desarrollo integral de jóvenes con discapacidad intelectual. Desde la Dirección de Formación Ignaciana, este espacio fortalece su autonomía, participación y sentido de comunidad dentro de la vida universitaria.

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