La historia de una chica atrapada en una casa con una bestia que la acecha en la oscuridad, es un cortometraje que ha cosechado 30 premios internacionales. El filme, intitulado ‘Unheimlich’, fue producido por Reserva Films, fundada y dirigida por Fabio Colonna, egresado de nuestra Licenciatura en Comunicación, quien en entrevista con Prensa Ibero nos habló de su tan galardonado corto de terror psicológico -que escribió y dirigió-, su fascinación por el horror y, desde luego, de su profesión, la de cineasta.

¿Cuáles son los premios más recientes que ha ganado Unheimlich?

Los últimos son: mejor diseño de producción -labor de Adelle Achar, también egresada de la IBERO- y mejor producción, en el Nox Film Festival, de Uruguay; mejor edición, mejor diseño sonoro, mejor música, mejor maquillaje y mejor cortometraje de terror, en el Lonely Wolf, de Inglaterra; mejor actriz, en el Bloodstained Indie Film Festival, de Japón; así como mejor diseño de producción y mejor cortometraje, en el South African Horror Fest, el festival de terror más importante de Sudáfrica.

¿Por qué crees que ha resultado tan galardonado?

Hemos podido escuchar, por parte de los jurados, que la historia conecta mucho, al no tener diálogos, ni tampoco una historia detrás del personaje; simplemente es una situación. Y lo hicimos así para que la gente se pudiera enganchar más con esa emoción en la que nos basamos: el miedo.

Pero no nos quedamos sólo en el miedo, sino lo trabajamos para ver cómo podemos ocuparnos de nuestros propios monstruos; eso ayudó mucho al cortometraje, para que cada cual, con sus propios demonios y monstruos, se pueda ver reflejado.

¿Por qué te gusta tanto el horror?

Es muy personal, como innato en mí. Desde chiquito siempre me han fascinado las criaturas oscuras, dibujaba muchos monstruos. Y mi mamá me ponía a ver películas de terror, de las que ella también es fan; entonces por ahí algo se me quedó.

Pero, sobre todo, me resulta interesante que el horror es la emoción más universal que tiene el ser humano. Por ejemplo, en la comedia, depende del momento y del país, qué da risa y qué no. Sin embargo, el horror, el sentimiento de miedo, es algo totalmente instintivo en nosotros, y también en los animales.

Además, siento que a través del horror uno puede encontrar muchas verdades de uno mismo, puedes encontrar soluciones que te ayuden a conocerte mejor, a iluminar la oscuridad que llevas dentro.

¿Cuándo y por qué fundaste Reserva Films?

Reserva Films la fundé con mi socia Rejaz F. Guizar -también egresada de la Licenciatura en Comunicación de la IBERO-. Tuvimos la fortuna de conocernos en el primer semestre de la carrera; el primer día de clases nos tocó estar en el mismo salón, y después de una plática que dio el maestro Alejandro Herrera, de televisión, salimos muy inspirados y con ganas de hacer algo.

Ahí nos nació la idea de hacer un piloto para una serie, que acabó siendo un cortometraje de caníbales llamado ‘Me gusta más crudo’, el cual realizamos en el primer semestre, en 2014. A partir de entonces cada semestre estuvimos filmando y filmando. Luego se integró a nuestro equipo Arantxa Suárez -egresada de la Licenciatura en Psicología de la IBERO-, y desde hace ocho años los tres hemos estado trabajando mucho, haciendo películas y cortometrajes, siempre de terror.

¿Tienen otras y otros colaboradores?

Nos apoyamos en mucha gente: fotógrafos, guionistas, editores, diseñadores de producción, músicos, diseñadores de sonido, actores y actrices. Y también nos gusta ayudar a personas que traen sus proyectos para que los apoyemos a levantar la producción. Nuestra filosofía en Reserva Films es crear un colectivo, sumando cada vez más personas, para ir creciendo juntos.

Escribes y diriges, ¿qué te gusta más y cómo se complementan?

Me gustan las dos, ambas siempre las he disfrutado mucho, aunque son cosas muy diferentes. Es un hecho que escribo más que dirigir, porque escribir es gratis, sólo debo invertir tiempo. Y dirigir, implica la responsabilidad de llevar una producción, conlleva dinero de por medio. Pero mientras estoy escribiendo, o leyendo, hago una especie de ejercicio de dirección.

He dirigido guiones que no son míos y he escrito guiones para otros directores, porque para mí, al final de cuentas, lo más importante es contar una historia, y ya dependiendo en qué situación me encuentre, decido qué papel voy a tomar, si el de escritor o el de director; pero siempre con el objetivo de contar una historia.

3 ¿Cuántos cortos y películas han hecho en Reserva Films?

Un total de 20 producciones, de ellas 10 cortometrajes y una miniserie de cinco capítulos -de cinco a seis minutos cada uno- que sacamos en Facebook, que se llama ‘Snap Payaso’, y que hicimos mientras estudiábamos en la IBERO.

¿En promedio, cuánto le lleva a Reserva Films hacer una producción?

Depende del proyecto y, sobre todo, del presupuesto. Hemos sacado producciones en menos de un mes, pero Unheimlich nos tomó cuatro años concretarlo. Ahora estamos trabajando en una película que llevamos siete años escribiendo, y estamos terminando de pensar los últimos puntos del guion, para ya pasar a la preproducción.

¿Cuándo saldrá el siguiente corto o película de Reserva Films?

El año pasado tuvomos la fortuna de hacer dos proyectos con una empresa canadiense. El primero se llama 'Satanic Hispanics’, una antología de terror que saldrá en septiembre en salas, de cinco directores latinos que trabajan en Hollywood. A nosotros nos contactó la directora de ese proyecto, que se llama Gigi Saul Guerrero, para producir un segmento que se llama Nahuales, el cual filmamos en Catemaco. 

Con esa misma directora trabajamos la antología 'VHS 85'; una franquicia de terror de varias películas, todas en formato de VHS, en donde todo tiene que pasar en 1985; por lo que nosotros hicimos una versión del sismo del 85. Creemos que va a salir a finales de año, y lo hará a través de una plataforma gringa que se llama Shudder.

¿Cómo te ayuda tu carrera de la IBERO a tu trabajo actual como cineasta?

Antes estudié en la Prepa Ibero, por lo que después en la universidad se me reforzaron mucho el humanismo, la excelencia para los demás y trabajar en equipo, no sólo pensar en uno mismo. Entonces la IBERO me formó para ser un buen líder, sensible a las necesidades de las personas y, sobre todo, darme cuenta que uno no es tan importante, es más importante el colectivo, la gente.

¿Qué es lo más difícil de hacer cine en México, se puede vivir de esta profesión?

Es difícil, pero sí se puede vivir de esta profesión. Cualquier carrera artística es complicada, porque no hay tanto apoyo y las oportunidades son escasas, por lo que se requiere de mucho trabajo y de muchas caídas. Pero a mí me gusta mucho el cine; es una carrera que te deja mucho crecimiento personal, porque al ser un arte colectivo, uno siempre está rodeado de personas, entonces uno crece más, porque ves en los demás reflejos tuyos que tal vez no te gusten o cosas que te incomodan, pero son cosas internas que llevas.

¿Cómo ves el futuro para los cineastas que como tú están trabajando en México?

Bastante favorable. Hay un crecimiento en las producciones audiovisuales en diversas partes del mundo; al mismo tiempo, muchas producciones estadounidenses o canadienses están mirando a México, porque sale tres veces más barato filmar aquí; asimismo, las plataformas de streaming están demandando mucho contenido; y como la tecnología ha avanzado mucho, se pueden hacer películas con el celular.

Pero es un arma de doble filo, porque al mismo tiempo hay más competencia y existe una guerra entre las plataformas. Sin embargo, comparado con los años 90 u 80, creo que estamos en el mejor momento para hacer cine, para hacer producciones audiovisuales, sobre todo las generaciones más jóvenes que yo, que tengo 28 años.

¿Hasta dónde quieres llegar en esta industria?

Hasta donde tenga que llegar. Tengo muchos sueños y planes, pero pasará lo que tenga que pasar. Mi único deseo es poder siempre tener las herramientas necesarias para contar historias, cosas que todavía no hemos podido decir. Entre a más personas podamos llegar, nosotros felices de poder contar esas historias.

PEDRO RENDÓN

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