Empresas deben comprometerse con la vida de la comunidad: Jose Mari Larramendi

Lun, 19 Dic 2022
Jose Mari Larramendi, de Corporación Mondragón, acude a la IBERO para presenciar el ‘Coloquio Final 1era Generación de la MaCDESS’.
  • Jose Mari Larramendi ha trabajado 35 años en las cooperativas de la Corporación Mondragón.
  • Larramendi hizo comentarios y sugerencias a estudiantes que presentaron sus proyectos finales de nuestra Maestría en Creación y Desarrollo de Empresas Sociales y Solidarias (MaCDESS).

Casi cien mil personas trabajadoras, 69 plantas productivas en el extranjero y más de cien cooperativas, conforman a la Corporación Mondragón, un modelo socio empresarial surgido en el País Vasco en el que el éxito se adecúa a la dignidad y desarrollo de la gente, por lo que se ha convertido en caso de estudio para la formación de las y los empresarios del futuro.

Jose Mari Larramendi, quien ha trabajado 35 años en las cooperativas de la Corporación Mondragón, acudió a la IBERO para orientar con su experiencia al alumnado a punto de egresar de nuestra Maestría en Creación y Desarrollo de Empresas Sociales y Solidarias (MaCDESS).

Luego de ver la presentación de los proyectos terminales de las y los estudiantes, hacerles algunos comentarios y sugerencias, en lo que fue el ‘Coloquio Final 1era Generación de la MaCDESS’, Larramendi concedió esta entrevista a Prensa Ibero.

¿Cuál es la mayor fortaleza de las empresas sociales y solidarias (ESS)?

Sus fortalezas son la autenticidad y la verdad de la transformación de la propia persona de los protagonistas y su relación con la comunidad. Esta autenticidad va unida a su debilidad y dificultad, pues son procesos de decisión más complejos; pero es un coste real que se debe asumir para trabajar eficientemente con él.

¿Cuáles son los mayores beneficios que dan las ESS a trabajadoras, trabajadores, clientes y sociedad local?

La creación de valor; que es el resultado del reconocimiento y de la contribución de cada uno de los protagonistas, de todos los agentes, desde el capital y el conocimiento, hasta la innovación y el compromiso. Esas son las verdaderas fortalezas y outputs de estas empresas.

Más allá de Corporación Mondragón, ¿las ESS son una opción viable y rentable en el mundo?

Absolutamente. Me gustaría señalar que debemos abrir la mirada, pues ante los retos contemporáneos, estamos descubriendo iniciativas en muchas partes del mundo con una gran aportación de creatividad e innovación, desde cooperativas de plataformas de datos en Suiza y en algunos países nórdicos, que están abordando retos respecto a la gestión y propiedad de los datos personales en salud; hasta cooperativas en las que se unen viajeros y conductores del transporte público que tratan de responder a las necesidades de las ciudades y del campo.

Y, en segundo lugar, tenemos la obligación de buscar formas de colaboración con otros agentes transformadores de la sociedad más allá de las cooperativas, como las fundaciones y asociaciones de todo tipo.

¿Cómo se podría incrementar el número de ESS en el mundo y en México?

Es un reto particular en cada país, pero siempre se tiene que abordar con mucha profesionalidad. Con mucha profesionalidad quiere decir que: las políticas de subvención son eficaces a corto plazo, pero a mediano plazo la mortalidad de empresas así generadas es muy elevada.

Aunque es más lento y costoso, es importante propiciar procesos, instituciones y espacios en los que el capital social de cualquier comunidad se pueda generar con naturalidad. Capital social que comprende todo tipo de iniciativas ciudadanas, con la mirada de aportar un plus al bienestar de todos.

¿Qué tan necesario es el vínculo de las universidades con las ESS?

La universidad es fuente de innovación, de creación de pensamiento y conocimiento; por tanto, es fundamentalmente ahí donde debe aportar sus contribuciones. Desde la universidad puede haber una ayuda excelente, en la medida en que el conocimiento vaya ofreciendo nuevas respuestas y soluciones a las necesidades de las cooperativas.

Por último, ¿cómo solventar el pacto pendiente de la empresa con la sociedad?

Es el desafío más importante que tenemos en este momento desde la óptica empresarial. Por su propia naturaleza, las empresas utilizan recursos que son de la comunidad: agua, energía, infraestructuras físicas y digitales, etcétera; por tanto, como agentes de creación de riqueza de la comunidad, las empresas deben asumir los costes que eso supone. Ese es un aspecto que va mucho más allá del concepto de la responsabilidad social corporativa de las empresas, es una visión realmente nueva y comprometida de las empresas con la vida de la comunidad.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN

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