En ceremonia virtual, IBERO distingue trayectoria y desempeño de 306 docentes

Lun, 17 Mayo 2021
Con motivo del 'Día del Maestro y la Maestra, la IBERO celebró de manera virtual la ceremonia de ‘Reconocimiento al Mérito Universitario 2020’
  • Reconocimiento al Mérito Universitario 2020.
  • Dr. Saúl Cuautle, S. J., Rector de la IBERO
  • La Dra. Julia Palacios fue la maestra de ceremonias.
  • Mtro. José Luis Gutiérrez Brezmes, director del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil.
  • La vicerrectora académica, Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle.
  • Académicos galardonados con la Medalla Ernesto Meneses.

La Universidad Iberoamericana celebró de manera virtual el Reconocimiento al Mérito Universitario 2020 para distinguir la labor de 306 docentes, quienes con calidad y dedicación han formado e inspirando la vida de un gran número de estudiantes de esta institución educativa.

El año pasado, debido a la pandemia por COVID-19, no se realizó este evento, por lo que este 2021 se entregó el reconocimiento correspondiente al 2019. Desde el auditorio Sánchez Villaseñor, el Dr. Saúl Cuautle, S. J., Rector de la IBERO, envió un mensaje al cuerpo académico, por el importante papel que tienen en la formación académica y humana.

El Rector compartió que ve a las y los académicos asumiendo, generosamente, la labor educativa de construir una sociedad más humana, al estilo del proyecto de Dios, en sintonía con los sueños y proyectos del alumnado.

“Ustedes y yo, somos peregrinos. Y para seguir la marcha de la vida, hay que crear las condiciones necesarias para continuar reinventándonos, sin permanecer detenidos en el pasado. Para esto, ayuda mucho el preguntarnos por nuestra misión, aquella que abre y orienta el futuro, que sepamos por qué y para qué vivimos, por qué y para qué nuestro alumnado estudia y qué sentido tiene nuestro paso en esta tierra”, señaló el Padre jesuita.

Agregó que esto ayuda a reconocer que el contexto actual nos ha puesto en un cambio de época, desde el cual no podemos seguir siendo los mismos. “Pertenece a nuestra identidad la sensibilidad para situarnos en un proceso de conversión, de cambio, para seguir caminando personal y comunitariamente”.

Recordó que la IBERO, al ser ignaciana en su esencia, demanda conocer más de esa experiencia transformadora que llevó a Ignacio de Loyola a ver nuevas todas las cosas y descubrir que podía ser un instrumento en las manos de Dios para servir al prójimo. Esto provoca un deseo de preparase para ser buen instrumento en las manos de Dios.

“En este año ignaciano, en el que celebramos los 500 años de la conversión de Ignacio, deseo que suceda, en cada uno de nosotros, el apetito de conocer más nuestra ignacianidad para vivir mejor nuestra esencia universitaria. Hoy, los desafíos de nuestra institución son diversos, pero uno que destaca, sin dudar, es que nuestra identidad ignaciana llegue a nuestras y nuestros nuevos profesores y alumnos a partir de nuestro testimonio”, expresó.

Por su parte, la vicerrectora académica, Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, compartió que en esta ocasión se añadieron menciones especiales a personas que no siendo docentes han aportado durante años, con entrega extraordinaria, a la vida académica de nuestra Universidad. 

Asimismo, recordó que algunos docentes galardonados se jubilaron en este tiempo, pero siguen muy cercanos a la institución; mientras que otros galardonados, desgraciadamente, han partido a otros horizontes, pero este evento fue ocasión para rendirles homenaje y celebrar su vida académica en la IBERO.

Ustedes saben lo que es educar: es hacer crecer a otros, es darles los elementos para desempeñarse en la vida; no sólo dominando los asuntos de las materias que imparten y no sólo como buenos profesionales, sino como seres humanos éticos, socialmente conscientes, cívicamente responsables y, en muchos casos, con una clara orientación espiritual”.

La académica reconoció que las y los docentes se han preocupado porque sus estudiantes se desarrollen de manera integral: con competencias, sí, pero también con una visión humanista, y con un compromiso por transformar su sociedad hacia una más justa, solidaria, sostenible y pacífica, como indica nuestro Ideario.

“Hoy, Día de la Maestra y del Maestro, compartimos con ustedes la alegría de la dedicación a la educación, que además de ser una de las actividades más nobles a las que puede entregarse el ser humano, es sin duda la de mayor responsabilidad social. Y ustedes lo han hecho ejemplarmente”, agregó.

A su vez, el Mtro. José Luis Gutiérrez Brezmes, director del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la IBERO, habló del gran compromiso y responsabilidad del docente, sobre todo en estos tiempos exigentes de reinvención de la docencia y del significado de la educación; de valorar lo que es realmente importante, de reaprender a vivir. Tiempos en que la tentación de los radicalismos amenaza el concilio y diálogo sereno.

Asimismo, recordó a profesores que se han adelantado en el camino como el Arq. Juan Carlos Valadez; el Dr. Salvador Carrillo, del Departamento de Física y Matemáticas, y el Dr. Gonzalo Balderas, del Departamento de Ciencias Religiosas, quienes habrían recibido el reconocimiento al Mérito Universitario.

Gutiérrez Brezmes compartió que, a través del tiempo, ha atestiguado que la única forma de predicar es con el ejemplo y lo que se dice en las aulas virtuales o presenciales sólo se valida con el comportamiento.

También, que hoy en día es más importante acompañar a nuestros jóvenes en el descubrimiento de las preguntas y no sólo ofrecerles respuestas. Dijo que inmersos en una realidad de conflictos sociales y devastación ambiental, es importante apoyar a las y los jóvenes en la construcción de convicciones.

Nos encontramos inmersos en la solución de la urgencia sanitaria, cuya verdadera magnitud e impacto aún no nos quedan claros, sin embargo, debemos preguntarnos junto con nuestros alumnos y alumnas, si como humanidad estamos descifrando y atendiendo las causas de fondo, porque de otra manera seguiremos vulnerables a que algo así se repita y no habremos aprendido mayor cosa. Afortunadamente, hay luces que nos pueden orientar en esta tarea como son las Cartas Encíclicas Laudato Si’ y Fratelli Tutti”, dijo.  

Finalmente, compartió una reflexión: comprometerse con la docencia, es un acto de esperanza y amor. De esperanza en el futuro y de amor por la vida.

Valentina González/ICM

 

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