Por el Dr. José Sols Lucia, Académico en el Departamento de Ciencias Religiosas en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

Ayer, domingo, 5 de noviembre de 2023, falleció el filósofo argentino nacionalizado mexicano Enrique Dussel, uno de los padres de la Filosofía de la Liberación, corriente filosófica latinoamericana que nació a inicios de los años setenta, paralela a la Teología de la Liberación (a la que también contribuyó con varios estudios teológicos). Sin duda, el pistoletazo de salida de la Filosofía de la Liberación fue la obra colectiva Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana (1973), que Dussel publicó junto con Osvaldo Ardiles, Mario Casalla, Horacio Cerruti Guldberg, Carlos Cullen, Rodolfo Kusch, Arturo Roig, Juan Carlos Scannone y Julio de Zan, tras el II Congreso Nacional de Filosofía, celebrado en Córdoba (Argentina) en 1971, dedicado a esta nueva orientación de la filosofía en Latinoamérica.

La producción filosófica de Dussel ha sido enorme, especialmente en ética social, política y económica y en filosofía política. Formado en Europa, fue uno de los padres del denominado “giro decolonial” con la intención de buscar una reflexión filosófica latinoamericana no dependiente de Europa, aunque de hecho Dussel nunca rompería con sus orígenes intelectuales europeos. Su fuerte vínculo con nuestra Universidad, la Ibero, lo llevó a donar hace unos años su biblioteca personal a esta institución superior de los jesuitas de México. Su legado, muy valioso, está en proceso de catalogación en nuestro archivo.

Enrique Domingo Dussel Ambrosini (así era su nombre completo) nació en La Paz, en la provincia argentina de Mendoza, cuando la Navidad estaba a punto de empezar, el 24 de diciembre de 1934. Como si el hecho de haber llegado al mundo bajo el signo de la sencillez del pesebre de Belén fuera una señal, Dussel, con los años, acabaría dedicando toda su actividad investigadora, docente y todas sus energías humanas a la causa de los pobres, de los marginados y a las periferias del mundo, en particular América Latina. Esto no es ninguna exageración poética. Dussel vivió dos años en Nazaret, Israel, de 1959 a 1961, trabajando como carpintero junto al P. Paul Gauthier, y esa experiencia lo marcó para siempre. Fue algo así como un segundo nacimiento.

La formación de Enrique Dussel destacó por su alto nivel: Licenciado en Filosofía en Mendoza (Argentina) en 1957, Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid en 1959, Licenciado en Ciencias de la Religión por el Instituto Católico de París en 1965 y Doctor en Historia por la Sorbona de París en 1967. Su producción fue muy abundante, con más de cincuenta libros y más de 400 artículos publicados. También le llegaron los reconocimientos internacionales, con varios doctorados Honoris Causa: Universidad de Friburgo, Suiza, 1981; Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia, 1995; Universidad de Buenos Aires, 2012; Universidad Santo Tomás, Bogotá, 2015; Universidad Nacional de General San Martín, Buenos Aires, 2015; Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina, 2017; y Universidad de Chile, Santiago de Chile, 2018. Aun centrando su docencia e investigación en y desde América Latina, nunca canceló sus estrechos contactos con colegas europeos y norteamericanos, y fue miembro de varias academias nacionales y extranjeras, como la Asociación Filosófica Mexicana (desde 1975) o la alemana Gesellschaft für Interkulturelle Philosophie [Sociedad para la Filosofía Intercultural] (desde 1994), entre otras, así como profesor invitado en múltiples universidades e instituciones de América Latina, Estados Unidos, Europa e incluso Asia.

Sin ser marxista, fue acusado de serlo en los agitados años setenta de su país, Argentina, y amenazado de muerte por ello; de hecho, los paramilitares arrojaron una bomba en su casa en 1973. Expulsado de la Universidad Nacional de Cuyo, donde era docente, acusado de comunista, y prohibidos sus libros en el país, Dussel decidió exiliarse en México en 1975, lo que le libraría de la horrible dictadura militar argentina de finales de los setenta e inicios de los ochenta. Se sintió muy a gusto en este país; se nacionalizó mexicano; y solía bromear con su doble nacionalidad: “soy un mexicano nacido en Argentina”. En períodos distintos de su definitiva etapa mexicana, trabajó en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue rector interino de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

No tuve el gusto de conocerlo personalmente, aunque mi investigación en Teología de la Liberación a menudo me llevó a leer textos suyos. Durante varios años puse como lectura obligatoria a mis alumnos de Ética Empresarial de la IQS School of Management (Universidad Ramon Llull, Barcelona) su libro Ética de la Liberación en la Edad de la Globalización y de la Exclusión (Madrid: Trotta, 2011), y la verdad es que era hermoso constatar cómo a muchos de ellos aquella reflexión tan alejada geográficamente les resultaba sumamente interesante para sus vidas y para su futura profesión en el mundo de la empresa y de la economía, lo que prueba que cuando un pensamiento contextuado es de calidad, se convierte en universal. Son muchas las instituciones universitarias que están en deuda con él; entre ellas, la nuestra, la Ibero.