Entre la Fe y la Razón: La Iglesia y los fenómenos sobrenaturales en el Siglo XXI
Por: Dr. José Sols Lucia, Académico del Departamento de Ciencias Religiosas
de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México
_________________________________________
Cuando hablamos de milagros que tienen que ver con la salud o de apariciones de la Virgen María, las posturas entre la comunidad cristiana se suelen polarizar en dos extremos, sin llegar al enfrentamiento: 1) quienes creen con facilidad en estos fenómenos o, por lo menos, muestran una predisposición favorable a acogerlos; y 2) quienes rechazan de frente este tipo de fenómenos como algo que nada tiene que ver con su fe. Una y otra postura tienen argumentos de cierto peso. El principal argumento en favor de la primera es éste: “Si Dios ha creado el universo entero, ¿qué problema va a tener con curar una parálisis o con permitir que la Virgen María se aparezca a unos chicos de buen corazón en un pueblo?”. Es un buen argumento.
Por su parte, el principal argumento de la segunda postura es este otro: “Dios no actúa en nuestras vidas al margen de nuestra naturaleza ni al margen de nuestra libertad, sino a través de ellas; lo importante, lo espiritual, es lo que nosotros hagamos con nuestra responsabilidad; si Dios actúa al margen de ésta, ¿por qué entonces, en lugar de curar una parálisis (o además de ello), no acaba de una vez con la violencia en el mundo, con la desigualdad, las dictaduras, la pobreza, los terremotos, las inundaciones o sequías, el cáncer, las pandemias, el narcotráfico, la corrupción y un largo etcétera de catástrofes humanas?”. El argumento también es bueno.
La Iglesia se ha sentido siempre algo incómoda con estos fenómenos: por un lado, aceptarlos supone que multitudes llenas de fe acudan a Lourdes, Fátima o Medjugorje, entre otros destinos, y allí oren, se ayuden unos a otros, revisen su vida, afronten su enfermedad o su problema existencial con esperanza, reconduzcan su vida.
Todo eso parece bueno, propio del Reino de Dios. ¿Por qué no aceptarlo, entonces? Pero, por otro lado, se multiplican los pueblos donde supuestamente ha habido un fenómeno sobrenatural, lo que supone un incremento del turismo local, de los ingresos económicos, carreteras asfaltadas donde no las había, hoteles que abren, tiendas de souvenirs, todo un mercado en nombre de algo supuestamente sobrenatural que recuerda a los vendedores del Templo de Jerusalén, a los que Jesús de Nazaret expulsó indignado.
______________________________________
Sin que la Iglesia se pronuncie a favor de ninguna aparición o milagro, se muestra respetuosa allí donde esos acontecimientos sin explicación científica despiertan fe, transformación personal y comunitaria, el deseo de una vida más solidaria, y se muestra claramente en contra de aquellos eventos que sólo nacen de un afán de atracción turística, beneficio económico
______________________________________
Para poner orden en todo esto, el papa Pablo VI aprobó un documento en 1978 (Normas para proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones) que rigió desde entonces, pero que no se haría público sino hasta 2011, treinta y tres años después. El pasado 17 de mayo se hizo público un nuevo documento, Normas para proceder en el discernimiento de fenómenos sobrenaturales, relativamente breve y de fácil lectura, apoyado por el papa Francisco, preparado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y presentado por su Prefecto, el cardenal Víctor Manuel Fernández.
En él se expresa de nuevo el respeto por la vivencia espiritual y de fe de tantas personas que se acercan a lugares donde supuestamente se ha producido un fenómeno sobrenatural, pero al mismo tiempo se muestra un rechazo explícito a todo lo que signifique engaño, manipulación de espíritus débiles o burdo negocio.
Se dice que podrá haber seis tipos de pronunciamientos del obispo local en diálogo con el mencionado Dicasterio, que irán desde el “Nihil obstat” (núm. 17), o sea, el hecho de que la Iglesia no tenga nada que objetar acerca de la devoción en uno de estos lugares, sin pronunciarse por ello acerca del supuesto carácter sobrenatural del acontecimiento, hasta la “Declaratio de non supernaturalite” (núm. 22), esto es, una declaración acerca del carácter no sobrenatural del acontecimiento, debido a mentiras, engaños, intereses económicos, problemas psicológicos, etc., pasando por otros cuatro casos intermedios.
No habrá por tanto ninguna “Declaratio de supernaturalite”, ningún pronunciamiento de la Iglesia claramente en favor del carácter sobrenatural de un acontecimiento de este tipo. En el resto del documento se explican los criterios a seguir y el modo de proceder en todo ello.
En resumen, sin que la Iglesia se pronuncie a favor de ninguna aparición o milagro, se muestra respetuosa allí donde esos acontecimientos sin explicación científica despiertan la fe, la transformación personal y comunitaria, el deseo de una vida más solidaria, y se muestra claramente en contra de aquellos eventos que sólo nacen de un afán de atracción turística, beneficio económico, fama social, etc.
Siendo una temática tan compleja, con sensibilidades tan distintas, hay que reconocer que el pronunciamiento de la Iglesia está cargado de sentido común.
Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.
Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219




