Escritores del siglo XIX crearon “ciudad letrada” que abrió brecha a la literatura, poesía y periodismo: De Mauleón

Mié, 15 Mayo 2024
El novelista ofrece conferencia en la IBERO sobre Cultura y Literatura del siglo XIX en la CDMX
Cuenta que diarios de aquella época relataron sus crónicas sobre avances tecnológicos y pasajes históricos de México
“Atestiguaron la vida de un país destrozado, dividido y polarizado; no hay manera de sustituirlos", asevera el periodista
  • Fotos: Luis Reyes

A escritores como Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Gutiérrez Nájera, Guillermo Prieto y Ángel de Campo les tocó ser parte de una generación de “verdaderos gigantes” que no solamente crearon una “especie de ciudad letrada” para abrir brecha a la literatura, la poesía y el periodismo del siglo XIX, pues les tocó atestiguar las vivencias de un país destrozado, dividido y polarizado, afirmó el periodista Héctor de Mauleón en su más reciente visita a la Universidad Iberoamericana (IBERO).

Durante la conferencia magistral “Cultura y Literatura en la Ciudad de México en el siglo XIX”, efectuada en el Auditorio de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero y la cual estuvo moderada por el Mtro. Erubiel Tirado, el también columnista de opinión relató que grandes escritores y dramaturgos de esa época tuvieron que dedicarse al periodismo para sobrevivir y cómo la prensa escrita documentó pasajes importantes de la historia del país.

El periodista aseveró que “fueron testigos de este siglo y no hay manera de sustituirlos”, pues les tocó narrar la llegada del tren y del automóvil, así como sus efectos en la sociedad, la emoción que causaban las primeras funciones de cine, la sustitución de las velas por bombillas en las casas, los primeros postes de luz en calles de la Ciudad de México (CDMX) y la aparición de las meseras en los restaurantes, crónicas que fueron documentadas por escritores del siglo XIX.

Sobre el surgimiento de México como nación, indicó que contaron desde los diarios la invasión norteamericana, la guerra de Reforma, la intervención francesa, la República Restaurada o la llegada de Porfirio Diaz al poder, sucesos que fueron contados desde las páginas de emblemáticos rotativos como "El Imparcial" y "El Siglo Diez y Nueve", en una época en la que la gente de la capital mexicana tenía una enorme afición por la poesía y los libros, y donde hubo mujeres que ganaron concursos de poesía, cuando la mayoría de los participantes eran hombres.

El autor de libros como La ciudad que nos inventa y La perfecta espiral afirmó que el siglo XIX fue un momento extraordinario de la vida de la Ciudad de México y se expresa en un hecho crucial: el suicidio del poeta y dramaturgo Manuel Acuña en 1873, que produjo una profunda conmoción en la sociedad mexicana, la cual para entretenerse en las reuniones familiares conversaba y para acompañar alguna cena, declamaba o tocaba algún instrumento musical.

El escritor contó que Manuel Acuña, tres meses antes de su suicidio, escribió su célebre poema “Nocturno” a Rosario de la Peña y Llerena, una mujer que causaba que los hombres de ese siglo cayeran de rodillas a sus pies y la pretendieran, pues a su consideración, fue un fenómeno extraordinario que ese poema se hubiera recitado hasta el cansancio en la literatura mexicana e incluso, varias generaciones de mexicanos lo memorizaron al menos durante 80 años.

“Son versos muy hipnóticos: necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto, y al grito en que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión. Ese poema se lee como un aviso de la pasión que consumió al joven poeta, tras ingerir cianuro. Llamaron a médicos, lo trataron de revivir. Una crónica del siglo XIX registró que le bombearon el estómago para sacarle el veneno, pero era demasiado tarde”, apuntó.

Resaltó el legado que dejó el impresor y escritor, Ignacio Cumplido, fundador del "El Siglo Diez y Nueve". A este periódico lo calificó como un “verdadero tesoro” en el que varios escritores muy brillantes que dejaron la poesía y la literatura por necesidad como Guillermo Prieto, Francisco Zarco, José Tomás de Cuéllar, retrataron día a día los crímenes, las tragedias y los sucesos más importantes de la Ciudad de México.

También, confesó su gusto por los escritos de Laureana Wright, una joven acomodada que en aquella época estuvo en contra de la intervención francesa, y quien comenzó a escribir poemas contra Maximiliano y Carlota, y se dio a conocer haciendo versos que condenaban la matanza de los mártires de Tacubaya, liberales que tras haber sido derrotados en una batalla, fueron fusilados por conservadores durante la guerra de Reforma.

Los años del siglo XIX, calificó Héctor de Mauleón, fueron completamente intensos por los golpes de Estado entre liberales y conservadores, con una generación de jóvenes escritores y poetas que vio perder la mitad del país con la intervención norteamericana y luego reconstruirlo, a solo 20 años de la Independencia. Con sus cuentos y relatos, dijo, se volvieron leyendas y “monumentos vivos”.

Texto y fotos: Luis Reyes

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