La Universidad Iberoamericana, a través de su Escuela de Emprendimiento Social e Innovación (EDESI), realizó el panel empresarial en línea 'Incertidumbre y cambios en los negocios', en el que expertos compartieron consejos para hacer frente a la emergencia por COVID-19.

En su intervención, el exdirector general de EGADE, el Dr. Álvaro de Garay, ofreció a los empresarios una gestión efectiva en torno a cinco acciones para mantener los negocios a flote, es un ejercicio de adaptación que tiene que ser rápido para no quebrar:

1. Concertar acuerdos equitativos con todos los stakeholders para manejar la liquidez. 

Esto se tiene que hacer para mantener la empresa a flote y evitar la quiebra. Se logra al establecer un proceso formal para que todas la partes interesadas (stakeholders) participen. Es decir, los proveedores, empleados, clientes y los propios accionistas.

Es imperativo que la alta dirección, y el consejo directivo, si lo tiene la empresa, delinear la mejor manera de compartir pérdidas temporales de ingresos. Este proceso debe hacerse con cuidado porque no todos los grupos tienen la misma capacidad de absorción de pérdidas.

En estos momentos, la responsabilidad del consejo es asegurarse de que todos son tratados justamente porque hay que responder a preguntas difíciles como si se despide gente, si se bajan sueldos y salarios, por cuánto tiempo y en qué proporción, si se pagan dividendos, etcétera.

Una realidad es que el grupo directivo como el consejo están tomando estas decisiones en un entorno de gran incertidumbre económica.

2. Evaluar de manera permanente la necesidad de realizar cambios tácticos, así como ajustes a la estrategia de negocios a medida de que se aclare el panorama respecto a la duración y profundidad  de la crisis.

La dirección y el consejo deben decidir qué tanto modificar la estrategia de negocios. El consejo debe pedir a la alta dirección que sea innovadora, creativa y que utilice todos los recursos a su alcance para transformar amenazas en oportunidades, y así aprovechar al máximo las fortalezas de sus expertos en producción, mercadotecnia, entre otros rubros.

Esto está ocurriendo con la rapidez con las que empresas respondieron ante la emergencia. Por ejemplo, hay empresas en la industria metal-mecánica que cambiaron de línea de productos, algunas están fabricando equipo medico, spray y gel antibacterial. Hablando de adaptación, éstas pueden no sólo salvar a la empresa, sino darle un giro estratégico y convertir las amenazas en oportunidades.

3. Desarrollar un plan de contingencia que permita instrumentar acciones de mitigación a corto y mediano plazo.

Consiste en contemplar escenarios. El comité de riesgos es el que administra esto y monitorea un conjunto de indicadores con base en los cuales el consejo o la dirección tomen decisiones.  

4. Mantener una constante y proactiva colaboración con órganos empresariales.

Es importante sobre todo porque las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) no pueden solas y necesitan organizarse y apalancar ciertas iniciativas con los organismo empresariales.

5. Tener una política de estrecha coordinación con las entidades públicas.

Éste, quizá, sea el tema más difícil dado que el gobierno ha sido renuente a colaborar y tener una respuesta organizada.

En su intervención, el presidente y director general de Sucroliq, Enrique Bojórquez, aconsejó tratar de conservar la liquidez de las empresas, ya que es fundamental para la buena marcha de cualquier tipo de negocio. Es siempre el punto clave, cuando se entra en aguas turbulentas, se tienen que revisar los costos, tratar de ahorrar y ser eficientes.

Recordó que el mundo ha enfrentando crisis mayúsculas, pero después vienen épocas de crecimiento, de recuperación, de bonanza. “La historia no se equivoca, vamos a salir adelante de una grave crisis en la que nos estamos encontrando, quizá venga lo peor, pero quizá este escenario catastrófico va a requerir de nuestro talento”, añadió.

Te invitamos a revisar nuestro sitio especial IBERO COVID-19

Valentina González/ICM