IA Reproduce Estructuras de Poder, Desigualdades de Género e Imaginarios Patriarcales: Teresa López-Pellisa
“¿Qué futuro nos estamos imaginando cuando hablamos de inteligencia artificial? ¿Qué futuros queremos construir?”, preguntó la Dra. Teresa López Pellisa, de la Universidad de Alcalá de Henares.
“La inteligencia artificial no es neutra; reproduce las estructuras de poder, las desigualdades de género y los imaginarios patriarcales de la cultura dominante”, explicó la Dra. Teresa López-Pellisa, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, durante su conferencia magistral 'Inteligencia Artificial desde el imaginario radical: violencia, poder y futuros tecnofeministas', en el marco del I Congreso Internacional Perspectivas críticas sobre los géneros en contextos de Inteligencia Artificial, en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
La también directora del Laboratorio de Estudios del Futuro de la universidad española –reconocida por sus estudios en tecnofeminismo, literatura fantástica y estudios del futuro–, explicó que el imaginario radical es una herramienta teórica que permite examinar cómo las tecnologías emergentes materializan proyectos políticos y deseos colectivos: “El imaginario es una fábrica de significados; lo que imaginamos condiciona lo que creamos”, subrayó.
Tecnología, violencia y resistencia
En su ponencia, López-Pellisa analizó cómo las narrativas de la inteligencia artificial —desde el cine y la literatura hasta los algoritmos de reconocimiento facial— perpetúan formas de violencia simbólica y corporal sobre las mujeres y las disidencias sexuales.
“Las máquinas aprenden de los sesgos del mundo real; y si el mundo está construido desde la desigualdad, la inteligencia artificial la amplifica”, advirtió.
No obstante, propuso una mirada alternativa: “Desde el tecnofeminismo podemos hackear el imaginario dominante y crear tecnologías que no respondan a la lógica de la dominación, sino a la del cuidado y la interdependencia”.
Futuros posibles desde el tecnofeminismo
La investigadora retomó las ideas de pensadoras como Donna Haraway, Rosi Braidotti y Paola Ricaurte para articular una ética feminista de la tecnología: “El feminismo tecno-político no se limita a denunciar los sesgos, sino que busca imaginar otros mundos posibles, otras formas de existencia y relación con lo tecnológico”, expresó.
Asimismo, destacó el papel de la literatura y las artes como laboratorios del pensamiento crítico: “En la ciencia ficción escrita por mujeres y disidencias se ensayan futuros alternativos: ahí encontramos claves para reinventar el presente”.
Para ejemplificarlo, analizó el cuento “Sonarán en el jardín” de la escritora y editora mexicana Gabriela Damián Miravete, donde un colectivo feminista utiliza la inteligencia artificial para resucitar digitalmente a víctimas de feminicidio. “El relato propone una contrapedagogía de la crueldad, una tecnología de la memoria y de la reparación simbólica”, explicó.
Finalmente, invitó a pensar la inteligencia artificial no como amenaza, sino como campo de disputa ética y política:
“El feminismo tecno-político debe preguntarse cómo diseñar tecnologías que no repliquen la opresión, sino que abran mundos posibles. La imaginación radical puede ser una herramienta de resistencia y transformación frente a los imaginarios dominantes”.
Texto y fotos: Mariana Domínguez Batis
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