IBERO, aliada de Proyecto Habesha para ofrecer educación a jóvenes refugiados
La Universidad Iberoamericana es considerada un pilar para Proyecto Habesha, por ser la primera institución educativa que se convirtió en su aliada desde el inicio de la organización (2014), al otorgar becas para estudiantes de nacionalidad siria para cursar licenciaturas y maestrías, platicó Álvaro Zúñiga, coordinador de Vías Complementarias de Proyecto Habesha.
“Queremos seguir trabajando con la IBERO a largo plazo, pues ha demostrado ser una institución altamente intercultural, integradora, respetuosa. Los estudiantes de nacionalidad siria que han estudiado en esta Universidad se han llevado una experiencia muy grata, las autoridades universitarias se han comprometido con el programa y la comunidad estudiantil les ha dado un buen recibimiento”, expresó.
Zúñiga compartió que, el año pasado, la Agencia de la ONU para los Refugiados en México, ACNUR, y Proyecto Habesha fortalecieron su colaboración para ampliar el acceso a la educación superior a jóvenes refugiadas y refugiadas en México, tras participar en el primer Foro Mundial para Refugiados que se realizó en Ginebra, Suiza, en donde se reunieron representantes de Estado, la iniciativa privada y organizaciones no gubernamentales para compartir compromisos en favor de este grupo social desde distintos sectores.
Al respecto, explicó que Proyecto Habesha, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), con el acompañamiento de la Secretaría de Relaciones Exteriores en los trámites, y la ACNUR, se comprometieron a ofrecer 100 oportunidades de educación superior para refugiadas y refugiados del mundo en México.
“A partir de esto, es que se empieza a reconstruir el Proyecto Habesha, ya no sólo para refugiados de Siria, como originalmente nació esta organización, sino para refugiados del mundo. Pero mantenemos la esencia original que es traer a refugiados que no estén en México. Es la promesa en conjunto que se realiza”.
En ese sentido, expresó que la llegada de la joven Roaa Abou Issa, el domingo 22 de noviembre, representa a la primera beneficiaría de 100 estudiantes refugiados que estudiarán en México. De acuerdo con Zúñiga, ella se perfila para estudiar Ingeniería Biomédica en la IBERO.
La llegada de los jóvenes se trata de un proyecto en conjunto que se realizará entre 2020 y 2024, cuando se lleve a cabo el segundo Foro Mundial para Refugiados, en donde presentarán los resultados de los compromisos adquiridos.
Zúñiga comentó que el objetivo es que antes de que termine este 2020 estén en México un primer grupo de seis estudiantes de nacionalidad siria para que enero inicien, en Aguascalientes, un curso intensivo de aprendizaje de español y regularización académica, la primera etapa del proyecto antes de iniciar sus estudios universitarios.
El encargado del proyecto Siria de Habesha explicó que siempre se espera que las y los jóvenes terminen su curso de español, que dura aproximadamente un año, para definir cuál es la mejor universidad para ellas y ellos, de acuerdo con sus intereses académicos.
“El curso es por 12 meses; la única responsabilidad de los estudiantes es aprender el idioma; también se les dan otras materias sobre historia de México y matemáticas. Después de este tiempo, cuando alcanzan un buen nivel del español, inician el camino de la educación universitaria. Una vez que terminan este periodo, Proyecto Habesha se encarga, de acuerdo con los intereses de los estudiantes, de ubicar la mejor universidad para que puedan continuar sus estudios”, explicó.
El pasado domingo 29 de noviembre Hanan Masoud, una joven de origen sirio-palestino, llegó a México para continuar su maestría en Derechos Humanos en la IBERO. Se trata de la segunda estudiante de las y los 100 jóvenes que llegarán a nuestro país. Debido a la pandemia por COVID-19, Hanan tuvo que iniciar su maestría a distancia en agosto (originalmente su llegada a México estaba programada en marzo). Aún se espera la llegada de cuatro estudiantes más.
Proyecto Habesha está interesado en extender esta oportunidad a jóvenes de otras naciones en conflicto (como el caso de Yemen, Afganistán o Sudan del sur), que lamentable por las guerras han tenido que desplazarse. “Son personas que nos gustaría apoyar”, expresó Zúñiga.
De acuerdo con la Encuesta sobre la Población Refugiada en México (ENPORE), el 88.8% de las personas refugiadas adultas tiene interés de seguir estudiando. De ese total, el 44.1% quiere continuar con sus estudios formales; el 24% quiere aprender algún oficio; y al 20%, le gustaría tomar una capacitación técnica para el trabajo.
La colaboración entre ACNUR y Proyecto Habesha contribuye al objetivo global que tiene ACNUR de incrementar, para 2030, en 15% el acceso a la educación superior de jóvenes refugiados.
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Valentina González/ICM
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