A través de su Coordinación de Innovación Tecnológica, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México apoya los proyectos de corte tecnológico desarrollados por sus docentes, investigadores, estudiantes y egresados, informó el maestro Édgar Ortiz Loyola Rivera Melo, director del Departamento de Estudios en Ingeniería para la Innovación (DEII).

La Coordinación de Innovación Tecnológica, que surgió a partir de una redefinición de lo que fue la Coordinación de Desarrollo Académico Tecnológico (CODAT), atiende, con la intención de ayudarlos a detonar, a proyectos tecnológicos que se hayan desarrollado en las aulas de la Universidad, que formen parten de proyectos de investigación o que hayan sido creados por emprendedores/as que egresaron de la IBERO.

La Dra. Alejandra Herrera Mendoza, titular de la Coordinación de Innovación Tecnológica, detalló que ésta tiene entre sus principales funciones coadyuvar a la protección de la propiedad intelectual y a la transferencia de la tecnología de los proyectos -que deben ser afines a la Misión e incidencia social que tiene la Iberoamericana-, con el fin de que éstos beneficien al mayor número de personas posible.

Y es que, aclaró, de lo que se trata es que con el registro de la propiedad intelectual no se restrinja el acceso a los proyectos tecnológicos desarrollados por miembros de la Comunidad IBERO, sino que sus beneficios lleguen a las poblaciones más necesitadas, por medio de la transferencia de tecnología, que se hará compartiendo el conocimiento a través de mecanismos formales con organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y empresas.

Otra labor de la Coordinación es hacer una “vigilancia tecnológica” a través de un observatorio tecnológico, en donde se miran cuáles son los desarrollos tecnológicos que se están haciendo, para evitar que la gente emprenda un proyecto tecnológico similar a otro desarrollado por otras personas de México o del mundo, y que incluso ya podría estarse comercializando, añadió Ortiz Loyola.

Asimismo, “y de acuerdo a las capacidades y mejores competencias que se estén dando en nuestra comunidad, desde los programas, desde los alumnos, desde los investigadores, desde los profesores, se pueda ver hacia dónde podemos también dirigir ciertos esfuerzos”. Esto, con el fin de aumentar las posibilidades de éxito de los emprendimientos tecnológicos.

Herrera Mendoza agregó que el observatorio podría también ofrecer información de corte tecnológico a la División de Investigación y Posgrado (DInvP), que pudiera requerir para complementar los procesos de evaluación de sus convocatorias. Esta información también podría compartirse con los académicos/as, a quienes incluso se podría capacitar para que ellos mismos hagan su propia vigilancia tecnológica.

La cocreación es otra función de la Coordinación de Innovación Tecnológica, la cual busca alentar y articular de mejor manera, desde la ingeniería, el trabajo multidisciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar en el desarrollo de proyectos tecnológicos que atiendan necesidades complejas. Para esto, se requiere trabajar desde una visión sistémica, empática y motivando el diálogo.

Pese a que la Coordinación está adscrita al Departamento de Estudios en Ingeniería para la Innovación, y en principio está orientada a atender a las ingenierías que forman parte de la División de Ciencia, Arte y Tecnología (DiCAT), la pretensión es que a futuro brinde servicio a todas las áreas de la Universidad.

Como la innovación tecnológica no es un tema exclusivo de las tecnologías, sino que está relacionada con soluciones, “y cuando hablamos de soluciones estamos hablando, sí de tecnologías, pero también de personas que las reciben y las usan, vemos por tanto la necesidad de que la Coordinación atienda a todas las áreas de la Universidad que estén interesadas en desarrollar o incorporar las tecnologías, como eje central, en proyectos de cualquier corte”, enfatizó la doctora Herrera.

PEDRO RENDÓN/ICM