El Dr. Alejandro Anaya Muñoz, Vicerrector Académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, realizó una investigación en el marco del proyecto internacional El Conversatorio Latinoamericano, en la que identifica seis dinámicas que significan un momento riesgoso y complicado para el Régimen Internacional de los derechos humanos en América Latina. 

Esta investigación internacional identifica una serie de retos, cuestionamientos y disputas alrededor del régimen internacional de derechos humanos que son actuales –aunque algunas vienen del pasado– que se intensifican y conjugan, lo cual es preocupante. 

“En América Latina tenemos el surgimiento de gobiernos populistas que se sienten muy incómodos con este régimen internacional de derechos humanos, que lo cuestionan, lo retan e incluso se están saliendo del régimen internacional. Los casos más extremos son Venezuela y Nicaragua”, compartió el Dr. Alejandro Anaya.

Pero más allá de eso, el también académico del Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO, señaló que una amenaza muy fuerte es la Regresión democrática en la región, pues está asociada con el surgimiento de los gobiernos populistas. 

Vemos un proceso de regresión democrática que pone retos importantes a la fortaleza, a la legitimidad y la efectividad de este régimen internacional de derechos humanos, es una amenaza muy grave. 

El investigador también identificó Narrativas de negación, pues en los últimos años, gobiernos de América Latina han desplegado discursos de negación con respecto a problemas de derechos humanos en sus países y además cuestionan explícitamente la legitimidad de los órganos internacionales de derechos humanos para criticarlos y señalarlos.

Otra dinámica igualmente preocupante en la región es el Encogimiento del espacio cívico. “En la mayoría de los países de América Latina, es cada vez más difícil para que la sociedad civil se organice y se movilice de manera efectiva”, compartió. 

El Dr. Anaya también alerta sobre la Securitización de la agenda de política pública.  Es decir las sociedades que se sienten inseguras empiezan a demandar políticas de mano dura, políticas que no sean respetuosas de los derechos humanos con el objetivo de sentirse más seguras ante la criminalidad creciente. Eso lleva a que políticas públicas se securiticen y cuando eso pasa, la agenda de derechos humanos es la que pierde. 

Otro factor adverso para los derechos humanos es la Crisis de financiamiento, pues cada vez es más difícil para los órganos del régimen internacional de Derechos humanos, como la Comisión Interamericana, la Corte Interamericana, los órganos de Naciones Unidades, pero también para las organizaciones de la sociedad civil, recibir financiamiento para realizar sus actividades. 

“Algo muy importante en este sentido son las políticas del gobierno de Estados Unidos que ha retirado todos esos fondos que históricamente han sido muy importantes para que los órganos internacionales y la sociedad civil pueda movilizarse y defender los derechos humanos”, explicó el Vicerrector. 

También, identificó el Surgimiento de redes transnacionales y liberales que se movilizan en contra de los derechos de las mujeres y de las comunidades LGBTI+.  Es decir, están ocupando espacios que tradicionalmente ocupaban sólo las redes transnacionales de derechos humanos tradicionales, es decir, las que promovían este tipo de agendas. 

“Estas seis dinámicas están significando un momento particularmente riesgoso y complicado para el régimen internacional de derechos humanos, para sus normas y para los órganos que existen para defender y promover el respeto de esas normas”, concluyó.

Por: Valentina González Yáñez | Dirección de Investigación y Posgrado

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