La mayoría no se atreve a imaginar o no siente que sea un poder importante. Para Michel Rojkind, imaginar no es escapar, es volver a mirar al mundo con profundidad y sentido, en una cultura que confunde ruido con relevancia y velocidad con progreso, imaginar se vuelve un acto de resistencia.

En su regreso a la IBERO CDMX por el 70 aniversario de la Licenciatura en Arquitectura, quien ha sido reconocido como uno de los arquitectos más influyentes de México, señala que hoy en día, a la cultura se le ve como una mercantilización superficial cuando antes era vista desde las humanidades, las letras, el cine, la filosofía y el arte.

El ex baterista de una famosa banda de rock que incluso vino a tocar a la IBERO, fue invitado a nuestra casa de estudios para dar una conferencia sobre la Arquitectura como una herramienta de transformación, profundidad y autenticidad, en un mundo que convive con el espectáculo, el lucro y la gratificación instantánea.

En una de sus reflexiones habla de la Tierra que durante la pandemia hizo que la humanidad se escondiera y donde otras especies animales y vegetales reclamaron espacios que nuestra presencia ahuyentó de su hábitat y hoy en día andamos en busca de otros planetas porque el mundo que vivimos estamos a punto de echarlo a perder.

Reflexiona que la Tierra ha prestado espacios a la Arquitectura, pero hay que ponerla en reciprocidad y en coexistencia, tratando de quitarnos como especie humana creencias equivocadas y malformaciones para replantearnos que el compromiso que tenemos también es sanarnos como comunidad y contribuir con nuestro trabajo.

Apunta que la Arquitectura no solo es el diseño y funcionalidad, pues tiene un compromiso que crea espacios que fortalecen comunidades, culturas y conectan a las personas en un mundo que parece más fragmentado por el individualismo y donde todo mundo está preocupado por el yo que por plantearse: ¿alguien está por ahí?

De músico a arquitecto: El poder de imaginar

"La frustración me ha hecho crecer. En primer semestre de Arquitectura nos firmó una disquera y me acuerdo que, el músico se empieza a frustrar porque la estación de radio no te toca (…) Mis compañeros se frustraban porque habían sacado una calificación que no querían. A mí no me daba tiempo porque ya me tenía que estar subiendo al camión. Tenía que hacer maquetas cuando nos íbamos de gira".

Para 2002, formó Rojkind Arquitectos, una firma que ha ganado premios por proyectos como el Foro Boca, el Mercado Roma, la Cineteca Nacional de Churubusco, Oficinas Falcón II, Ampliación del Museo Tamayo Atizapán. Actualmente, le ha dado por trabajar proyectos en playas de Albania, donde el mar es turquesa y hay montañas nevadas muy altas para resignificar una zona hotelera.

Michel Rojkind toma el micrófono y se pasea con sus pantalones negros rotos por el Auditorio José Sánchez Villaseñor -el más grande de la IBERO- para exponer que la Arquitectura no se trata solo de edificios; se trata de las manos que los construyen, personas que los habitan, las vidas que tocan y lo que pueden devolver a la comunidad.

Advierte que los algoritmos en redes sociales controlan y hay menos margen de picos o cosas extremas y es que pareciera que a todos les gusta casi lo mismo cuando la invitación es a salirse de esos lugares comunes y atreverse a romper con ese aplanamiento de mentes.

"Cada idea nueva es también una invitación a cuidar lo que somos, a reconectar con los otros y a darle sentido a lo que construimos. El poder imaginar no está en crear más, sino imaginar mejor: con empatía, con propósito y con la valentía de darle forma a un futuro que vuelva a tener significado".

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