Es muy importante que los programas de estudios de licenciatura en derecho que ofrecen las universidades permanezcan actualizados a las exigencias que demanda la sociedad, afirmó el doctor Juan Jesús Garza Onofre, investigador de la Universidad de Alicante, y cuyo trabajo de investigación se centra en la revisión de la profesión jurídica y en la evaluación de planes de estudio y procesos de enseñanza legal en México.

Debido a su experiencia, Garza Onofre fue invitado por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México a integrarse como asesor externo de la ‘Comisión para la Reforma al Plan de Estudios de la Licenciatura en Derecho’ de la IBERO.

El Dr. Garza dijo que, ante las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes, inquietas e inmersas en un mar de información y realidades más dinámicas, las y los profesores de derecho antes que seguir los esquemas clásicos de enseñanza deben sumergirse en la realidad, por ejemplo, a través de las clínicas jurídicas, “porque el abogado que sirve como autómata, que sirve simplemente como un peón del derecho, puede hacer su trabajo, pero va a quedar a deber a su sociedad”.

Y es que el experto destacó que, debido a la tendencia surgida en 1994 de crear una nueva escuela de derecho en México cada semana, hoy hay mil 911 en el país, lo que refleja que es bastante sencillo abrir uno de estos centros educativos, donde se pueden enseñar los fundamentos básicos de toda la vida: derecho romano, derecho civil y derecho penal; “digamos que el cartograma básico”.

Sin embargo, como el derecho es un producto dinámico, que por ende se va quedando obsoleto, “no podemos hablar toda la vida de las mismas pautas generales que ayudan en mayor o en menor medida a ordenar una sociedad”.

De ahí que lo interesante es ir más allá y ver las tendencias. Por ejemplo, la reforma penal del 2011 en materia de derechos humanos obligó a replantearse el modelo jurídico del país y los modelos de enseñanza.

Eso volvió fundamental que en las aulas de derecho se lleven como materias: los derechos humanos, ante las crisis migratorias y de desaparecidos, y porque trastocan todo el sistema jurídico; la relación entre lo nacional y lo internacional; la perspectiva de género; la ética, ante los avances científicos; la oralidad, en el nuevo sistema penal acusatorio; la propiedad intelectual y el derecho a la privacidad, derivado del surgimiento de nuevas tecnologías.

Como “estas materias van a marcar las grandes discusiones jurídicas en los próximos años, tienen que tener un rol preponderante”. Ello no implica que las asignaturas nuevas dejen de lado a las viejas; porque lo que se debe lograr es un sano equilibrio entre ambas, y “ver cómo podemos estudiar civil, estudiar romano, pero actualizados a los fenómenos emergentes que presenta la modernidad”.

Hay que ir a contracorriente

Ese componente de arraigo a la realidad ya lo encuentra Garza Onofre en el actual Plan de Estudios de la Licenciatura en Derecho de la IBERO, “como marca la enseñanza jesuita”. Pero algo que le sorprendió, es el rol preponderante que tiene en la enseñanza su ‘Clínica Jurídica para Personas Refugiadas Alaíde Foppa’, un modelo que celebra y considera replicable, al llamar la atención sobre un problema que todos los días está en la discusión, debido a las caravanas de migrantes y la política migratoria de Estados Unidos.

No obstante, el programa de estudios de derecho de la IBERO necesariamente tendrá que ir mutando conforme lo exija la realidad. “Si exige cada vez más abogados especializados en materia de interés público, en materias que tengan que ver con derechos humanos o en materias que por otro lado tengan que ver más con cuestiones técnicas, la IBERO tiene que responder a eso”.

Pero, además, el doctor Juan Jesús Garza no duda en señalar que lo que debe hacer la IBERO cada vez más es ir a contracorriente. “Lo sencillo sería sumarse en la lógica del mercado, lo sencillo sería sumarse a entender el derecho simple y sencillamente como un instrumento para poner condiciones para los negocios o para la economía”.

“Ante eso, la IBERO tendría que ir a contracorriente y decir que hay otros modelos de ejercicio de la profesión, que hay otras formas de poder alcanzar el éxito, no en términos económicos, sino en términos más igualitarios, más de un Estado social o de un ideal de Estado, que puede generar una mejor sociedad, menos desigual, que distribuya la riqueza, no pensando en el consumismo, sino en generar de verdad personas con sensibilidad y que cuando cierren los ojos estén tranquilas porque están trabajando por un mejor país”.

Reforma al Plan de Estudios de Derecho

Sobre el actual proceso de renovación curricular en la Licenciatura de Derecho, el doctor José Luis Caballero Ochoa, director del Departamento de Derecho de la IBERO, explicó que empezó hace cuatro años con un diagnóstico de la carrera, con el deseo de hacer un cambio radical que trascienda el que la mayor parte de las veces la renovación se limita a sacrificar materias antiguas por otras más contemporáneas, o volver obligatorias a las asignaturas optativas.

“Nosotros queremos abonar a la pertinencia de la carrera, con una enseñanza del derecho innovadora e interdisciplinar para el contexto mexicano del siglo XXI, de desigualdades y exclusiones, y de una sociedad que no ha transitado claramente hacia una democracia”. En este sentido, el doctor Garza Onofre, “nos está ayudando a entender por dónde conducirnos en esta reflexión crítica con la que nos queremos aproximar al diseño curricular para los próximos siete años”.  

La ‘Comisión para la Reforma al Plan de Estudios de la Licenciatura en Derecho’ está integrada por: Dr. Gilberto Santa Rita Tamés, Dr. Ricardo Ortega Soriano, Mtra. Jimena Ávalos Capín, Dra. Mariana Dobernig Gago y  Mtra. Jacqueline Fonseca Castellanos, docentes de la IBERO; Lic. Estibaliz Ortiz, egresada de la IBERO; y Dr. Juan Jesús Garza Onofre, asesor externo.

En los trabajos de la Comisión han tomado parte especialistas invitados, provenientes de escuelas de derecho en México, como la Dra. Josefina Cortés Campos, directora del Departamento Regional de Derecho del Tecnológico de Monterrey; el Mtro. Héctor Alberto Pérez Rivera, director de la Clínica de Interés Público contra la Trata de Personas, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM); y el Dr. José Pablo Abreu Sacramento, director de la Licenciatura en Derecho del Tecnológico de Monterrey Santa Fe.

Los mencionados discutieron, este 4 de abril, con docentes del claustro de Derecho de la IBERO: la situación de las escuelas de derecho en México y en la región, las perspectivas a corto plazo para la transformación de los planes de estudio, y la incorporación de las mejores prácticas que deberían incorporarse en los estudios jurídicos.

A partir de este insumo de reflexión y diálogo que es la Comisión, el Departamento de Derecho hará la fundamentación, perfil de ingreso, perfil de egreso y planta curricular de su nuevo plan de estudios para su Licenciatura en Derecho, programa que tendrá como impronta y marca indeleble la enseñanza clínica.

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Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM