José Manuel Ávila es uno de los cuatro seleccionados que integran el equipo principal de tenis representativo de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX). Para él, portar los colores de la universidad en el InterSUJ 2025 de León, Guanajuato, no solo es un logro deportivo es una muestra del esfuerzo constante.

“Es un orgullo, un privilegio. Somos muchos las y los que jugamos tenis en la IBERO, y ser parte de los cuatro que vienen a representar a la universidad en un torneo como éste es muy especial”, comenta.

Durante el semestre, el equipo participó en el Nacional por Equipos, donde lograron calificar por segunda vez en la historia reciente del representativo, un logro que Ávila considera uno de los más importantes.

“Los entrenamientos han sido muy buenos, y ese resultado nos dio la confianza que necesitábamos. Sumamos mucha experiencia y nivel. Todo eso nos tiene hoy listos para dar lo mejor en este torneo”.

El equipo, conformado por cuatro jugadores, destaca por su equilibrio y fortaleza. “Podríamos jugar singles o dobles, estamos completos y en nuestro mejor momento. La expectativa es clara: ganar”, afirma con convicción.

La confianza no nace del exceso de optimismo, sino del trabajo constante que han sostenido bajo la guía del área de Deportes IBERO, un espacio que, según José Manuel, impulsa el talento y el compromiso deportivo dentro del ambiente universitario.

Una vida entre raquetas y sueños

El camino de José Manuel en el tenis comenzó desde muy pequeño. “Agarré por primera vez una raqueta a los tres años, y lo formalicé ya a los 10 u 11. Entrené toda mi vida en el Club Yaqui y en Raqueta Bosques”, recuerda.

Su ídolo, como el de muchos amantes del tenis, es Roger Federer, un ejemplo de elegancia, disciplina y técnica. “Es mi mayor ídolo de todos, y mi golpe favorito es la derecha. Hago lo posible por pegar de derecha todo el tiempo”, comenta.

El tenis es un deporte donde el aspecto mental es tan importante como el físico. “Es muy complejo, al final estás solo en la cancha. No es un deporte de equipo; por más que tu entrenador te aconseje, tú tienes que resolver tus problemas. La clave está en entrenar enfocado, porque si no lo haces ahí, no lo harás en un partido”, reflexiona.

El vínculo entre los jugadores y la comunidad de la IBERO es otro de los motores que impulsan a este representativo. “Que sigan apoyando. Nosotros lo vemos: cada comentario, cada historia en redes sociales, cada mensaje nos motiva muchísimo”, asegura Ávila.

Finalmente, invita a las y los estudiantes a acercarse a las instalaciones deportivas, sin importar su nivel o experiencia. “Dense una vuelta por Deportes IBERO. Tal vez no busques estar en un representativo porque toma tiempo, pero las instalaciones son únicas, y lo que te ofrece la universidad es más que suficiente para mantenerte activo”.

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