La fuerza del alivio que trae… la última medalla

Jue, 9 Jun 2022
Leonardo Ortega, estudiante de Nutrición de la IBERO, dijo adiós a las competencias, con un bronce en la Universiada Nacional 2022
  • Leonardo Ortega Pastrana, halterista y estudiante de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos..
  • Nuestro deportista levantó 180 kilos en envión.
  • El entrenador Felipe Reyes felicita a Leonardo, su pupilo, al ganar la medalla de bronce en la Universiada Nacional 2022.

-¡Ya!, hicimos lo que teníamos que hacer. El siguiente levantamiento es para ti, ¿cuántos kilos quieres, 179 o 180?

-¡180!

-¡Vamos por todo entonces!

180 fue la respuesta de Leonardo Ortega Pastrana a su entrenador, Felipe Reyes, antes de concluir su participación en la Universiada Nacional 2022, donde nuestro estudiante de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, y halterista, se colgó la presea de bronce… su última medalla. 146 kilos en arranque y 180 en envión, para un total de 326, en la la división de más de 109 kilogramos de peso, fue lo que Leonardo levantó ésta, la última vez, que se paró en una plataforma de halterofilia.

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A Ciudad Juárez, sede de la Universiada, llegaron sin que nadie les exigiera nada, “pero nosotros esperábamos todo”, rememoró Leonardo, quien al saber que había ganado el tercer lugar sintió una gran satisfacción, plenitud y, alivio. “Alivio, porque con este podio me demostré que pude superar las lesiones y estrés que por cuestiones personales y académicas tuve”.

Y es que Leonardo se presentó a la competición en Chihuahua sabiendo que no iba al 100%, pues seguía lastimado de la espalda. A pesar de esa lesión y de enfrentarse a halteristas de la selección nacional que pesaban 30 kilos más, que se supone son más fuertes, “los hice temblar, les hice sentir que me les estaba acercando. Eso me dio muchísima satisfacción”.

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La halterofilia no es, literalmente, un deporte para débiles. De eso da cuenta la corpulencia de Leonardo: 117 kilos de peso, distribuidos en 1.85 metros de estatura; nada mal para un joven de 23 años que desde hace 13 practica éste, el deporte de la fuerza.

Pero todo ese trabajo muscular también debe ir acompañado de una gran fortaleza mental, y eso de sobra lo sabe Leonardo, quien el año pasado hecho mano de su espíritu deportivo, de sus entrenamientos y de sus conocimientos en alimentación adquiridos al estudiar Nutrición, para recuperar los 30 kilos de peso que perdió luego de enfermar de COVID-19; “eso sí estuvo fuerte”.

A Juárez acudió con su peso ideal recuperado, 117 kilos, y pese a su hándicap de marcar en la báscula 30 kilos menos que sus rivales -lo que supone mucha diferencia en cuanto fuerza-, Leonardo se presentó con una mejor composición muscular, es decir, era el más delgado y a la vez el más fuerte –si se considera la proporción peso-fuerza-. Eso se lo debe a estudiar su carrera, pues siempre sabe qué debe comer para estar en óptima forma.

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En la IBERO, de la cual hizo su centro de entrenamientos los últimos años, Leonardo encontró un gimnasio que cuenta con equipo de primera calidad, de la marca Eleiko, el mismo que se usa en las competencias oficiales de halterofilia.

Aquí, en nuestra Universidad, continuó bajo la tutela de su entrenador de toda la vida, Felipe Reyes, a quien tiempo atrás conoció un pequeño Leonardo de 10 años, cuando “por accidente” se acercó a la halterofilia para desarrollar la fuerza que necesitaba para complementar su práctica del futbol americano, el cual jugó por última vez en la temporada 2009, “porque me di cuenta de que estaba enamorado de las pesas”.

De Felipe Reyes, con quien inició su carrera como halterista y competidor, y con quien ahora concluye esta faceta de su vida, Leonardo dijo que le ha dado todo como entrenador. “No le puedo reprochar nada, siempre ha estado ahí, conmigo, ayudándome a manejar mis momentos de estrés, de crisis emocionales y físicas, porque siempre supo que las cosas iban a salir bien. Y antes, cuando yo era adolescente, gracias a él no hice tantas locuras propias de esa edad”.

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Hoy en día, ser el entrenador de otros es la estafeta que ha tomado Leonardo, quien, como aficionado a la metodología del deporte, desde hace tiempo ayuda a sus amigos a desarrollar fuerza muscular. “Mi pasión es poder ayudar a cualquier deportista, por eso he tenido contacto con peleadores de kick boxing y de muay thai, con jugadores de futbol americano, taekwondoines y nadadores”.

Pero Leonardo, ahora como atleta competitivo retirado, se sigue ejercitando, pues “si no levanto pesas, me deprimo”. Sin embargo, como durante los últimos 13 años se dedicó sólo a la práctica de la halterofilia -un deporte muy celoso que por su mecánica y biomecánica propias no permite hacer otro deporte-, “ahora que ya no tengo esa carga pienso experimentar en otras disciplinas, por ejemplo, las artes marciales, y quizá también un poco de trote; pero siempre voy a seguir pegado a las pesas”.

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A punto de egresar de la IBERO, donde cursa su último año de la Licenciatura en Nutrición, Leonardo Ortega Pastrana ya sabe que se quiere dedicar totalmente a posicionar en el mercado su marca de nutrición deportiva, entrenamiento y fisioterapia, NETAGAINZ; algo en lo que, seguro, fuerza y voluntad no le faltarán.

Texto: PEDRO RENDÓN/ICM

Fotos: Cortesía Leonardo Ortega

 

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