La IBERO publica ‘Converso. A 500 años de la conversión de Íñigo de Loyola’

Vie, 18 Feb 2022
El libro contiene ensayos de ocho jesuitas de la Universidad, un Prefacio del Provincial en México y está ilustrado con fotos de pinturas de Miguel Aguayo
La obra es una aportación de la Iberoamericana a la conmemoración del año jubilar ‘Ignatius 500’
‘Converso’ es un diálogo, un encuentro, un buscar ser un mejor ser humano, consideró el Rector de la IBERO, Dr. Luis Arriaga
  • En el Auditorio Crescencio Ballesteros de la IBERO fue presentado el libro ‘Converso. A 500 años de la conversión de Íñigo de Loyola’.
  • El libro fue coordinado por el Mtro. Luis Inclán Cienfuegos, coordinador de Acervos Históricos de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero; y por la Mtra. Teresa Matabuena Peláez, directora de la BFXC.
  • Dr. Juan Carlos Henríquez Mendoza, S. J., director general de Difusión y Promoción Cultural Universitaria.
  • El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J., Rector de la IBERO, dijo que ‘Converso’ es un encuentro, un buscar ser un mejor ser humano.
  • Mtro. Mariano Torres Vargas, director del Departamento de Ciencias Religiosas.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México publicó Converso. A 500 años de la conversión de Íñigo de Loyola, libro con el que hace una aportación a los festejos por la conmemoración del año jubilar Ignatius 500, y el cual contiene ensayos de ocho jesuitas de la Universidad, un Prefacio del P. Luis Gerardo Moro Madrid, Provincial de la Compañía de Jesús en México, y que está ilustrado con fotos de pinturas de Miguel Aguayo, S. J.

La Mtra. Teresa Matabuena Peláez, directora de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, mencionó en la presentación de Converso, que éste es a la vez un libro de arte, un catálogo de la exposición pictórica No tocar. Lo que los ojos palpan del P. Miguel Aguayo, y una recopilación testimonial de cómo la conversión de San Ignacio de Loyola y el pertenecer a la Compañía de Jesús ha influenciado la labor de los jesuitas en la IBERO.

Para ayudar a entender a lectores(as) no versados en temas jesuíticos, el libro, que se gestó durante el rectorado del Dr. Saúl Cuautle Quechol, contiene una biografía de San Ignacio -donde se narra, entre otras cosas, qué le paso en la Cueva de Manresa-, y apéndices en los que se explica qué son las Constituciones de la Compañía de Jesús y qué son los Ejercicios Espirituales. Incluye también un In Memoriam dedicado al P. Saúl -escrito por el P. Daniel Stevens-, una Introducción y las semblanzas de los autores.

El Dr. Juan Carlos Henríquez Mendoza, S. J., director general de Difusión y Promoción Cultural Universitaria, abundó que Converso pone en diálogo los distintos campos que los jesuitas de la IBERO cultivan: el abordaje bíblico del P. Víctor Pérez, la aproximación misional y apostólica del P. Juan Ricardo Herrera y el P. Humberto José Sánchez, la reflexión desde la espiritualidad y mistagogía del P. Carlos Espinosa, la teológica del P. Mariano Torres, la de la literatura del P. Juan Fernando de la Fuente y la de la pintura del propio Henríquez.

A estas contribuciones se suman dos más de autores que están ausentes: la reflexión sobre la conversión vista desde los ojos de la educación, que elaboró el P. Saúl Cuautle (Q.E.P.D); y la obra pictórica del P. Miguel Aguayo (Q.E.P.D).

Esta consideración de los presentes (jesuitas militantes) y los ausentes (jesuitas triunfantes), como parte de una misma comunidad, pone delante una verdad y un horizonte. “La verdad, de que somos cada uno de los que estamos aquí más que nuestra propia vida, más que nuestro limitado tiempo en esta tierra”. Este más, “revela la naturaleza trascendente nuestra”.

El horizonte, como lo insinúa la portada del libro, es esa tenue y delgada línea pintada de rosa con tinte amarillo y blanco, “que separa y une la trascendencia con la inmanencia, nosotros y nuestro Creador. Es la tenue línea de luz que nos comunica el fin y destino de nuestro existir”.

Y acerca del “converso Íñigo de Loyola”, Henríquez dijo que se teje una conversación sobre el hecho de que las trayectorias de las personas no siguen rutas predeterminadas o inerciales de manera inevitable, “sino que somos susceptibles de padecer irrupciones y disrupciones que se antojan increíbles y que nos posibilitan navegaciones nuevas. Dice San Juan en su Apocalipsis: Mira, que hago nuevas todas las cosas. ¡Y vaya que lo hace y vaya que lo hizo con Ignacio de Loyola y lo sigue haciendo con muchos otros hombres y mujeres hasta el día de hoy! Esa es la conversión, ese es el voltear la cara a ver un rostro, otro, nuevo, que nos renueva”.

Converso es un encuentro, un buscar ser un mejor ser humano: Rector

El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, comentó que un modo particular de mirar, de proceder “y de entender nuestra misión y el sentido de nuestra vida” es el legado de San Ignacio, la Espiritualidad Ignaciana, que Loyola definió como un Camino hacia Dios, camino que “nos planeta un modo de leer, de escuchar, de entender y de actuar en la realidad”.

Esta espiritualidad no se reduce a un sistema uniforme, sino que es un conjunto de historias de personas que caminan por una misma senda tratando de percibir a Dios, “que se revela en nuestras vidas de formas muy diversas”. Por ello, es importante la óptica de cada uno de los jesuitas autores de los ensayos del libro. “Esta óptica, se despliega desde la praxis humana, pero se despliega también porque hay un dialogo constante con Dios, porque hay una vida interna”.

El Rector consideró que ser fuente de esperanza para muchos es la intención del libro, que resulta pertinente porque la humanidad se encuentra en medio de una dinámica que genera incertidumbre no sólo por la pandemia, sino también por una crisis civilizatoria que ha sido revelada y se ha agudizado en medio de aquella.

Mas es en “la búsqueda constante de la luz” en dónde aparece este libro, que es un compendio de ocho ensayos “que nos ayudan a entender lo que puede pasar también cuando nos dejamos tocar por la trascendencia. Es parte del testimonio de Ignacio de Loyola, pero también es testimonio y acción de las actividades que acompañan a los jesuitas de esta Universidad”.

El libro es una manera de llegar más lejos, de hacer público el pensamiento, de abrirse al diálogo para evidenciar los problemas y las soluciones “que queremos proponer para que este mundo sea mejor, para que tengan mejor calidad de vida las personas que acompañamos”. Converso “es un diálogo, es un encuentro, es una búsqueda constante del magis, para buscar ser un mejor ser humano”.

El Mtro. Mariano Torres Vargas, director del Departamento de Ciencias Religiosas, añadió que la conversión de Íñigo de Loyola surgió a partir de leer con otra mirada los propios fracasos. Y es que, “es en las derrotas, caídas, pérdidas, cuando reconocemos la verdadera autenticidad de nuestra persona, y que éstas son animadas a la luz de la misericordia de Dios… Así como Ignacio, nuestros fracasos pueden ser una autentica oportunidad de cambio y conversión en nuestro interior, es el poder dar una nueva dirección y mentalidad en todo lo que realizamos”.

Adentrarse en el dinamismo interno de San Ignacio, quien experimentó un cambio radical en el horizonte de su vida, a partir de su encuentro con el Señor, “exige la capacidad de atravesar la distancia temporal para descubrir en la trama de una narrativa, de un camino viejo para renovar algo nuevo. Es seguir la vida del Espíritu, y será el entrecruce de épocas que nos encontramos ante un caminar común que se abre como novedad”.

Converso. A 500 años de la conversión de Íñigo de Loyola fue coordinado por la Mtra. Teresa Matabuena Peláez y por el Mtro. Luis Inclán Cienfuegos, coordinador de Acervos Históricos de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero. El diseño editorial corrió a cargo de Ediciones Ibero -dirigida por la CP. Rosalinda Martínez Jaimes-, las fotografías que ilustran el libro fueron tomadas por Alfonso Escudero y el texto museográfico fue escrito por Ignacio Guzmán.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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