La (in) justicia de Roxana Ruiz

Mié, 24 Mayo 2023
La absolución de Roxana no fue una concesión, fue solo el cumplimiento de los derechos de justicia de la joven, señala el Dr. Mario Cruz, profesor e investigador de nuestra Ibero
El académico de nuestro Departamento de Derecho destaca la falta de atención por parte del Ministerio Público y la “grotesca criminalización” a la que fue sujeta la joven
  • Fueron la vigorosa voz de Roxana y varias organizaciones de la sociedad civil las que lograron un cambio en la consideración de la Fiscalía del Estado de México. (Foto: Nos Queremos Vivas Neza)
Por: 
Dr. Mario Cruz Martínez*

Nezahualcóyotl significa en náhuatl, Coyote en ayuno, y es una de las zonas más populosas del Valle de México en donde la pobreza y violencia están embarradas en cada esquina. Fue en este lugar donde se presentó un nuevo caso de injusticia hacia las mujeres. Roxana Ruiz, una joven oaxaqueña de 23 años, fue sentenciada a 6 años por la Jueza Mónica Palomino, por haber matado a su violador. La historia del caso muestra a una joven vendedora de papas fritas que, en la tarde del 8 de mayo de 2021, después de estar con unos amigos, regresa a casa con Sinaí, un joven conocido. Con el pretexto de que vivía muy lejos, Sinaí se queda en la casa de Roxana. En la noche el joven viola sexualmente a la joven indígena; ella en defensa propia mata a su agresor. Roxana es aprehendida y permanece 9 meses en prisión, hasta que sus abogados logran que lleve en libertad su proceso.

En la narrativa de la injusticia del acceso a la justicia de las mujeres, el Caso de Roxana muestra las fauces del sistema penal mexicano. Falta de atención por parte del Ministerio Público y una grotesca criminalización de la joven, que provocó la falta de cumplimiento de todas las obligaciones a cuestas tanto de la autoridad ministerial como judicial, en el respeto a una justicia con perspectiva de género. Ésta permite que se identifique la violencia hacia las mujeres, y la afectación en su acceso a la justicia. Resulta paradójico que la legislación mexicana establezca múltiples estándares en cuanto al respeto de los derechos de las mujeres, pero que en la cruda realidad se siguen descartando por parte de las autoridades, las condiciones de violencia hacia las mujeres.

El caso de Roxana no es nuevo. En diciembre de 2013 en la CDMX, Yakiri Rubio mató a su violador, en un caso que conmocionó a la opinión pública. La narrativa fue similar, criminalización de Yakiri y una falta de atención por parte de las autoridades del contexto en el que se desarrolló la defensa legítima. En el caso de Roxana, también se advierte la falta de consideración por parte de la jueza Palomino de la perspectiva de género. Esto muestra quizá, porque el Estado de México es una de las entidades donde la impunidad brilla en la (in) justicia hacia las mujeres. Con la tasa más alta de feminicidios en el país en 2023, el Estado de México es el lugar más peligroso para las mujeres.

Hace un par de días, la fiscalía decidió desistirse de la acción penal contra Roxana. Por ello, la jueza Mónica Palomino dictó ayer una sentencia absolutoria. Pareciera que la justicia se impuso a la negligente actuación estatal. No es así; la viralización de la injusticia en medios de comunicación y la vigorosa voz de Roxana y varias organizaciones de la sociedad civil lograron un cambio en la consideración de la fiscalía.  Queda aún la posibilidad de que la familia del agresor apele la sentencia de la jueza mexiquense.

Se pueden tomar varias lecciones de esta historia. Señalo dos. Las mujeres al enfrentar la corrupción judicial se convierten en defensoras de sus derechos y la necesidad de plantear el enfoque de género en los procesos de justicia de las mujeres. Que quede claro. La absolución de Roxana no fue una concesión, fue solo el cumplimiento de los derechos de justicia de la joven indígena oaxaqueña.

Dice la escritora Gioconda Belli, que los países duelen. La injusticia hacia las mujeres hace que nuestro México duela. Pero la valentía de Roxana Ruiz permite avizorar una luz de esperanza en el horizonte. Nada mejor que escucharla, al salir de los juzgados de Neza Bordo el día de ayer: “Agradezco a las compañeras que han luchado conmigo desde un principio, que me dieron voz y me creyeron desde un principio lo que me había sucedido, lo que la Fiscalía no hizo y ahora lo está reconociendo”.

*El Dr. Mario Cruz Martínez es profesor e investigador del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219