Ley solapa que grandes empresas acaparen el agua: investigador IBERO
La Ley de Aguas Nacionales, vigente desde 1992, impulsó y aceleró “un proceso de desposesión del agua, con concesiones en territorios indígenas, en comunidades, en pueblos y en municipios donde actualmente hay problemas de sequía”, dice el Mtro. Wilfrido Gómez Arias, investigador del Instituto de Investigación y Tecnología Aplicada (InIAT) de la IBERO Ciudad de México y co-autor del estudio Los millonarios del agua. Una aproximación al acaparamiento del agua en México.
El investigador explica en entrevista con Prensa IBERO que esta ley fue creada con el objetivo de regularizar pozos clandestinos y el sistema de concesiones, pero bajo la presión de que para la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC, actualmente Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC) se necesitaba que México otorgara facultades económicas a las empresas, como el acceso al agua de la nación, con concesiones que actualmente son prorrogables hasta 30 años, por lo que un mismo usurario puede tener una concesión durante 60 años.
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La raíz de la problemática de la escasez del agua en el país no es la ciudadanía - si bien el Maestro llama a impulsar la cultura del cuidado del líquido-, sino un sistema basado en la Ley de Aguas Nacionales- que ha propiciado desigualdad, sobreexplotación de los mantos acuíferos y distribución desigual del agua, con lo que unos pocos acaparan el agua.
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Agrega que la ley no permite negar ni quitar concesiones, ni siquiera si hay contaminación o sobreexplotación.
Grandes empresas acaparan el agua en México y este estudio explica cómo
En su estudio Los Millonarios del Agua, promovido por la asociación Agua para todos, agua para la vida, el Mtro. Gómez Arias y su colega Andrea Moctezuma analizaron, filtraron y sistematizaron datos del Registro Público de Derechos de Agua (REPDA), Órgano de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Encontraron que se han otorgado 514 mil 684 títulos de concesiones repartidos entre 361 mil 600 usuarios. De ahí, se enfocaron en el uso consuntivo, que es el agua que se consume o se modifica -mientras que el uso no consuntivo es cuando el agua sigue corriendo-. Así, identificaron 298 mil 292 usuarios de uso consuntivo, a los cuales clasificaron como privados, públicos -del Municipio o el Estado- y sociales –comunidades y ejidos-.
Después, escogieron las concesiones que usan más de un millón de metros cúbicos de agua al año y ubicaron a 6 mil 246 usuarios. Esa cantidad de agua equivale a lo que cabría en el Estadio Azteca, la misma que cubriría las necesidades de 27 mil personas.
De ahí, encontraron que 3 mil 304 usuarios responden a intereses propiamente privados y con fines lucrativos: los millonarios del agua. En este grupo se encuentran 966 empresas, mil 537 personas físicas y 800 asociaciones civiles, que al año tienen un consumo de agua del 22.3% de toda el agua concesionada en el país. Es decir, el 1.1% de todos los usuarios explota más de una quinta parte del recurso hídrico nacional.
Muchas de estas empresas, destaca el también Coordinador de Social Data IBERO, tienen problemáticas con las comunidades donde están instaladas por su impacto ambiental. Y agregó que, en 2020, de los 653 acuíferos del país, 115 estaban sobreexplotados, y en 99 de ellos habían millonarios del agua, impactando directamente en los acuíferos.
Cómo la ciencia de datos ayuda a la investigación social
Cuando el Mtro. Gómez Arias y su colega hicieron su investigación, los datos del REPDA eran públicos pero había que consultarlos uno por uno. Actualmente la base de datos completa ya está disponible en datos.gob.mx, pero en ese entonces, la y el investigador descargaron por su cuenta la información e hicieron minería de datos.
El trabajo de la ciencia de datos, dice Wilfrido, de sistematizar, de analizar, “acelera este proceso porque detecta patrones de estos miles de millones de datos, te ayuda a simplificar”, ayudan a entender desde otra perspectiva lo que está sucediendo. Señala que es importante combinar estos datos cuantitativos con otros cualitativos, como los casos puntuales de acaparamiento de agua, para reforzar y dar sustento. “Los problemas sociales son complejos y tú abonas a través de esta herramienta”.
¿Sabías que en la IBERO contamos con la Ingeniería en Ciencia de Datos? Esta área cobra cada vez mayor importancia en todos los aspectos de la vida humana. |
El agua es un derecho humano y no un recurso para comprar
“Vivimos en una época donde el acceso al recurso se limita por cuestión económica y política, cuando se debe de garantizar el consumo mismo del agua como derecho”, el cual quedó consignado desde 2012 en el artículo cuarto constitucional, dice el investigador.
Agregó que la crisis del agua que estamos viviendo está sustentada por tres cuestiones. Primero, una cuestión ideológica, donde el agua es un recurso de consumo, es decir, que puede capitalizarse, comprarse y venderse. Segundo, al ser considerada como un recurso natural y no social, dejamos de lado los valores, es decir, el acceso consciente, el respeto y el cuidado de la misma.
Y tercero, muchas veces se piensa que la solución tiene que ser técnica y política, en una visión gerencial, como construir más pozos y acueductos. Pero las empresas y la ciudadanía podrían inyectar agua en el sistema para conducirla a la recarga de los mantos acuíferos, de manera similar a lo que hace la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que ofrece descuentos a usuarios que generan energía para la red.
Texto y Fotos: Yazmín Mendoza
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