Los Lobos de la IBERO, símbolo de fuerza y apertura: la historia detrás de la escultura

Vie, 25 Nov 2016
El creador de Los Lobos fue el escultor mexicano Francisco "Pancho" Cárdenas, quien tardó más de año y medio en concluir la obra
Fue hecha en bronce, con un peso de tonelada y media y representa a la Casa Loyola, la combatividad y la búsqueda de la sabiduría
Hay algunas réplicas de Los lobos en universidades en Estados Unidos
  • Foto: Alberto Hernández / IBERO

El 15 de enero de 2002, “dos lobos rampantes separados por un caldero sostenidos por unas llares” fueron colocados en el jardín de la entrada principal de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, cerca del auditorio José Sánchez Villaseñor.

De acuerdo con la publicación Nuestra Comunidad [1], editada en su momento en esta casa de estudios, la escultura fue una invocación heráldica a la familia de la Casa Loyola, que significa la combatividad y la búsqueda de la sabiduría.

El artífice de la obra fue el maestro Francisco “Pancho” Cárdenas, destacado dibujante, ilustrador, publicista, pintor y escultor. En entrevista con la revista de la IBERO, el creador señaló que los lobos representan la apertura de la Universidad a las religiones, credos e ideologías.

Cárdenas dijo, en su momento, que la idea de esculpir uno de los símbolos del escudo de la familia De Loyola era en homenaje a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y referente del ideario y filosofía de la IBERO.

La escultura fue  hecha en bronce, con la técnica de cera fundida. El peso de la obra, identificada por “Pancho” Cárdenas como Los lobos, es de una tonelada y media, y llevó más de año y medio de trabajo por su complejidad.

LA REALIZACIÓN

El autor de Los Lobos explicó a la revista Nuestra Comunidad el proceso de elaboración: primero modeló la figura en plastilina; después, seccionó la figura y de cada molde hizo una copia en cera bañada en arena sílica, misma que se envolvió en lámina y se metió a un horno por tres días.

A cada una de las copias en cera se les trazó venas alimentadoras para verter el bronce fundido a mil 300 grados y facilitar que el metal llegara a cada rincón de la escultura. Una vez que tuvo cada una de las 60 piezas, se soldaron una a una.

Respecto al color verde, detalló que fue para integrarla al espacio donde se colocó, que hoy se conoce como el Jardín de Los Lobos.

RÉPLICAS

La obra montada en la IBERO llamó la atención internacional, por lo que autoridades de la Loyola University of Chicago y la University of San Francisco, en Estados Unidos, solicitaron réplicas de Los Lobos, mismas que fueron elaboradas con algunas modificaciones, informó el portal arteycuraduria.com.

 

 

 

[1] La referencia fue facilitada por el Archivo Histórico de la IBERO, dirigido por la Lic. Isabel Martínez Ateca y tomada de la revista Nuestra Comunidad, número 24, del 18 de febrero de 2002, páginas 8 y 9.

Iván Cabrera

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219