Mario Almada, un actor que supo sacar provecho y encumbró al "chile western"

Mié, 5 Oct 2016
Su éxito radica en conjugar elementos disímbolos en sus películas: Julia Palacios Franco, profesora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Las películas de Los Almada son prolíficas dentro de lo absurdo de sus personajes y guiones
  • El actor Mario Almada murió a los 94 años en Cuernavaca, Morelos

El éxito y trascendencia de Mario Almada radicó en la habilidad que tuvo para juntar en sus películas, de forma “prolífica y burda”, muchos elementos de lo rural y lo urbano, héroes y antihéroes, violencia y justicia, camionetas y caballos, más allá de los guiones y las propuestas artísticas.

Así lo señaló la Dra. Julia Palacios del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, respecto a esta categoría denominada chile western, en la que se combinaban hábilmente estas historias de acción, “más allá de la calidad de los guiones”.

Mario Almada murió este martes 5 de octubre de 2016 a los 94 años de edad, en Cuernavaca, Morelos. Nació el 7 de enero de 1922 en Huatabampo, Sonora, y destacó por sus papeles de justiciero y vengador en más de 400 películas.

Palacios Franco agregó que resulta interesante la propuesta de vaqueros montados en caballos, pero también en camionetas, en un ambiente urbano, pero sin dejar ese aroma a lo rural, es decir, confluyen elementos de cada uno de estos espacios sociales.

“Hay una apología a la violencia y al armamento, eso es cierto. (Y hay una mezcla) de personajes urbanos en camionetas pero con sombrero campirano, con chamarras de cuero, medio ‘narcosos’ y con habilidad de ser pistolero”, y se suma la relación con la música de Los Tigres del Norte y Los Cadetes de Linares.

En los filmes, otro elemento importante es la “acción y sangre al por mayor”, que han sido muy criticados por apelar a la violencia y apología criminal, pero que es atractiva para el consumidor, que finalmente propició la producción masiva de estas películas.

“También tenemos una crítica por sus papeles muy obvios, sin mucha calidad. Más bien estaba produciendo películas para un mercado que estaba consumiéndolas en los años 70 y 80. Van a tener elementos vulgares, pero hay un retrato de lo popular muy claro, nos guste o no”.

Pero no sólo se le debe recordar por sus “limitadas” participaciones, sino por momentos de histrionismo que le dieron premios por sus destacadas actuaciones como en El tunco Maclovio o en Todo por nada, y que lo pusieron en la palestra del cine mexicano.

En sus propuestas cinematográficas, expresó la coordinadora de Vinculación y Relaciones Externas  del Departamento de Comunicación, también están integrados elementos fantásticos con alegoría a la muerte (Tumba para dos), demonios (Pistolero del Diablo), entre otros factores conjugados.

Además, debe destacarse la relación de héroes y antihéroes, de protagonistas humanos que no son felices e incluso tiene fracasos y tropiezos durante la historia contada en la película. “No es el vaquero feliz que va a triunfar”. 

Julia Palacios enfatizó que este tipo de filmes no sólo apelaban al gusto de los mexicanos en nuestro país, sino que eran un verdadero boom en Estados Unidos, por los temas de narcotráfico, violencia y sexo, elementos que fueron afortunados para Mario y su hermano Fernando, que formaron ese dúo conocido popularmente como Los Almada.

Otro elemento provocador fueron los carteles para promocionar sus películas, también exagerados y donde reinaba la imagen de las armas, mujeres con poca ropa, sangre, camionetas, hoteles, caballos, vaqueros, y un sinfín de elementos más, aseveró la catedrática de la IBERO.

Finalmente, expresó que se debe ver la propuesta cinematográfica de Los Almada para conocer la representación de “un México, que nos guste o no es real” y cuyo valor se lo dan quienes están consumiendo o lo hicieron en su momento. “Las películas de Mario Almada nos están hablando de la sociedad y de un consumo importante”.

Iván Cabrera

 

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