México, con depresión a la alza y presupuesto a la baja para atenderlo: CNDH

Mar, 28 Jun 2016
Para 2020 la mitad de la población mundial vivirá con depresión, pero México sólo destina 2 por ciento a atender a las personas con discapacidad psicosocial
Adalberto Méndez López, director de Atención a la Discapacidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, participó en las Segundas Jornadas de Discapacidad “Inclusión en educación superior”
  • Adalberto Méndez López

En 2020 la mitad de la población mundial vivirá con depresión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que es preocupante que el presupuesto de salud destinado para las personas con discapacidad psicosocial en México sea de sólo 2 por ciento.

Así lo señaló Adalberto Méndez López, director de Atención a la Discapacidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en las Segundas Jornadas de Discapacidad “Inclusión en educación superior”, que se realizaron en la Universidad Iberoamericana el 23 y 24 de junio.

“La cifra es tremenda, porque los índices de depresión en México van a la alza y el presupuesto a la baja”, subrayó.

En ello coincidió la maestra Ana Lilia Villafuerte Montiel, coordinadora de la Maestría en Orientación Psicológica de la Ibero, quien precisó que entre las personas con discapacidad psicosocial se encuentran quienes han sido diagnosticados de ansiedad, depresión, fobias, estrés postraumático, síndrome de Asperger y esquizofrenia, entre otros casos, por lo que su vida cotidiana puede ser complicada. 

Mientras que en Estados Unidos es normal que una casa de estudios o lugar de trabajo pregunte a sus aspirantes si tienen alguna discapacidad que les haga necesario contar con algún servicio adicional, en México eso se considera discriminación, lo que contribuye a que el problema "pase por debajo del radar", dijo la académica.

De esta forma, las personas con discapacidad psicosocial no socializan su situación para evitar ser discriminadas o estigmatizadas. Esto impide que se conozca el número de personas con discapacidad en el país, lo que da como resultado la falta de recursos para su atención, señaló la experta, quien lamentó que los espacios laborales y educativos en México no cuenten con zonas para que estos trabajadores o alumnos puedan desenvolverse. 

De acuerdo con la OMS, se prevé que para 2020 la depresión sea la segunda causa de incapacidad en el mundo, sólo detrás de enfermedades como los infartos, insuficiencia coronaria o accidentes cerebrovasculares. El organismo también calcula que cada 40 segundos se comete un suicidio, y que la depresión o el abuso de drogas son los detonantes de 90 por ciento de los intentos de suicidio.

En su participación en el encuentro, al que asistieron representantes de los programas de educación inclusiva de la Universidad Iberoamericana y las universidades Anáhuac, Westhill, Santa Catarina Nuevo León, Nacional Autónoma de Monterrey, Autónoma de Aguascalientes y Comillas (España), y de asociaciones civiles como Teletón, Unidos, Comunidad Down, Inclúyeme, Espacios Dignos y Ampuvalia, el representante de la CNDH también aseguró que el modelo de segregación en México “está más presente de lo que podemos imaginar”.

Esto se refleja en la permanencia de términos como “educación especial”, que limitan a las personas con discapacidad a permanecer en un lugar específico y a interactuar sólo con otros individuos con características similares.

Méndez López invitó a los presentes a fomentar la “cultura de la queja”, pues ésta tiene mucha efectividad, dijo. “Necesitamos visibilizar este tipo de omisiones, necesitamos más quejas, más demandas, que la CNDH tenga más chamba. No se les olvide que somos servidores públicos y que nuestros patrones son ustedes”, enfatizó.

Añadió que la Ley General de Educación, en vez de garantizar la educación inclusiva, permanece atrasada al señalar que “procurará facilitar la educación inclusiva”, lo que deja el asunto en el terreno de las buenas intenciones, “del wishful thinking, de la carta a Santa Claus”.

En septiembre de 2014, la Ibero inició las actividades de Somos uno más: Programa de Inclusión Educativa y Social para Jóvenes con Discapacidad Intelectual, esfuerzo enfocado en desarrollar habilidades y fortalezas para que los alumnos que lo conforman logren la mayor autonomía posible. Además de atender a los alumnos del programa, Somos uno más impulsa la generación de un ambiente universitario que reconoce a la diversidad como una oportunidad de enriquecimiento, fomenta la conciencia y el compromiso social.

JTGI/ ah

 

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