#OPINIÓN | Estados mexicanos deben cooperar para aprovechar ‘nearshoring’ como el de Tesla
Antes del anuncio de la instalación de una “gigaplanta” del fabricante de autos eléctricos Tesla en Nuevo León, se vivió en México una etapa de politización de esa inversión, lo que llevó a varios gobernadores a tratar de arrebatarle al estado del norte un trabajo que había cultivado su mandatario, Samuel García, desde tiempo atrás. Así lo explica la Dra. Aribel Contreras, Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales de nuestra IBERO.
El miércoles pasado, durante la celebración de su Investor Day, el director de Tesla, Elon Musk, confirmó la inversión de la firma en una planta que planea construir en Santa Catarina, Nuevo León, en un tiempo récord de nueve meses. Con una fábrica en Shanghai y otra en Berlín, la de México será la tercera fuera de Estados Unidos, y la primera en Latinoamérica.
Lo ideal habría sido, indica la Dra. Aribel, que los otros gobernadores mexicanos, en lugar de competir, le hubieran preguntado a su par neoleonés: “¿Cómo te ayudo para que esa inversión sí llegue a mi estado? Y cuando llegue, veamos cómo mi estado se puede sumar a la cadena de suministro de esta empresa automotriz”. Debido a la politización, “lejos de sumarse, estaban peleándose como buitres por una inversión que, inclusive, podíamos correr el riesgo de perder ante tanto jaloneo”.
Cuando un país recibe inversión extranjera directa (IED) sin duda son buenas noticias, nos dice la Dra. Aribel, pues no es un capital volátil, ya que se van a construir instalaciones que permanecen en el largo plazo, “hay generación de empleo, hay transferencia de tecnología, y esto puede detonar a la vez un cluster industrial”, en este caso en el sector automotriz en el estado de Nuevo León.
Un cluster se entiende como una agrupación de empresas e instituciones relacionadas entre sí, pertenecientes a un mismo sector o segmento de mercado, que se encuentran próximas geográficamente y que colaboran para ser más competitivas.
México, candidato ideal para nearshoring desde Estados Unidos
Esta nueva inversión de Tesla es un ejemplo de nearshoring, que consiste en la estrategia de externalización por la que una empresa transfiere parte de su producción a otros países cercanos y con una zona horaria semejante. David Card, Nobel de Economía 2021, señaló durante su conferencia magistral en la Universidad Iberoamericana CDMX que esta tendencia por parte de firmas de Estados Unidos es una gran oportunidad para nuestro país, en un contexto en el que la industria manufacturera mexicana ha tenido una dura competencia con China.
En el caso de Tesla, la ubicación geoestratégica de México le permitirá a la nueva “gigaplanta” estar cerca de las fábricas matrices estadounidenses de la misma compañía, ubicadas en Nevada, California y Texas, lo que reduce el riesgo de disrupción de la producción, nos explica la Dra. Aribel, a diferencia de lo que ocurrió con la de Shanghai, que sufrió una gran disrupción cuando China estuvo en un confinamiento duro y severo los últimos dos años, debido a la política de cero Covid de su presidente Xi-Jinping.
Además, el otro factor importante por el que nuestro país era el candidato más fuerte para esta inversión es que Tesla se beneficia porque México es parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), nos dice la experta internacionalista.
Punta de lanza en Latinoamérica en energías limpias
La apuesta deben de ser las energías limpias, afirma la Dra. Aribel. “La industria automotriz, que es una de las que más contaminan a nivel mundial, se está moviendo hacia autos eléctricos y México puede ser la punta de lanza al mandar este mensaje tan claro de que en América Latina también los países tienen que moverse hacia el desarrollo de energías limpias en diferentes sectores”.
Ahora el reto va a ser que toda la parte logística fluya como debe de ser, con una inauguración que se espera para finales de este año y con inicio de operaciones para 2024, concluye la Dra. Aribel Contreras.
Texto: Yazmín Mendoza
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