Se rumora que Alejandro Moreno, líder del PRI, pronunció una frase fatídica sobre el control que tiene la élite política contra las y los periodistas. Más allá de preguntarnos si efectivamente la dijo, si se trata de una confabulación o si Layda Sansores, su acusadora y rival en política, tenía razón de denunciarlo utilizando audios filtrados, es importante reflexionar por qué la deplorable relación prensa-poder en México tiene un dejo de optimismo para nuestro sistema democrático.  

Los 11 asesinatos a periodistas en lo que va del año aunado a un sueldo promedio de 6,336 pesos mensuales (indeed.mx), nos muestran que castigar a las y los periodistas no es algo estrictamente extraordinario. Lo que sí es extraordinario es que en un país donde los políticos creen que tienen el control sobre el hambre y la vida de las y los comunicadores, haya un periodismo de tan alta investidura. 

En los últimos meses, las y los periodistas han develado escándalos como el de la casa gris, la venta de ADN de cadáveres, caso Pegasus, redes de corrupción en Tulum, feminicidios, por sólo mencionar unos pocos. ¿Por qué no en vez de enfocarnos en el supuesto poder de la élite política, nos concentramos en el extraordinario trabajo cotidiano de las y los periodistas frente a tales condiciones laborales y amenazas? 

El poner el acento en la calidad de las investigaciones a pesar de las problemáticas que las y los periodistas viven cotidianamente, nos lleva a confirmar la urgencia por dotarles de mejores condiciones para que puedan seguir realizando este trabajo destacable, en un mejor entorno.

• Nota relacionada:

Caso 'Alito' Moreno ventila relación de control prensa-poder: Especialista