Ante una vida en el planeta en peligro, una desigualdad que sume en la pobreza a regiones enteras y a muchos seres humanos les cercena su posibilidad de futuro, y una discriminación que hace perder la riqueza de la diversidad, “tenemos que transformar nuestra forma de producción, de consumo, de generación y eliminación de desechos; (y) también tenemos que transformar la desigualdad económica y social”, dijo la Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Asimismo, “tenemos que cambiar nuestro trato con el otro, con los otros, con los iguales, pero sobre todo con los diferentes”; hay que combatir el sexismo, la hegemonía cultural y el racismo; y hay que abrirse y asombrarse al descubrir otras formas de pensar, de adquirir otros conocimientos que ayudan a resolver los problemas, abundó al hablar de El futuro que hoy comenzamos a forjar, durante el Primer Congreso Internacional de Red de Egresados 2021 #SomosIBERO En el mundo.

En su plática, la Vicerrectora mencionó que la pandemia de COVID-19 “nos recuerda nuestra fragilidad como humanidad”, y abre una oportunidad para reflexionar sobre “qué tenemos que cambiar”. En ese sentido, comentó que desde hace tres años la IBERO empezó a construir sus nuevos planes de estudio, llamados Planes Manresa, que en agosto de este 2021 comenzarán a implementarse en 30 licenciaturas. Unos Planes Manresa que “son nuestra manera de entender el futuro, que hoy comenzamos a forjar a través de nuestros alumnos que serán egresados próximamente”.

Al resaltar qué es lo nuevo en estos planes de estudio, señaló que se pone un mayor énfasis en la integralidad de la formación, una formación profesional e interdisciplinaria; adquiere una mayor preeminencia lo social, la formación ciudadana, la formación ética, la formación socioemocional y la formación para poder promover el cambio; hay una preocupación destacada en la conciencia social y en el compromiso de las y los estudiantes con la justicia social y con la Casa Común.

Estos Planes Manresa se fundamentan en la necesidad de replantear los programas de la IBERO conforme a las tendencias nacionales e internacionales de las disciplinas; conforme al bien específico que hace a la humanidad cada profesión; las tendencias en el futuro de las profesiones; las nuevas formas de entender el conocimiento, que consideran la necesidad de comprender la realidad desde perspectivas múltiples, inter y transdisciplinarias; las exigencias del ecosistema digital vigente y los estilos de aprendizaje de los nativos digitales; las tendencias de la educación superior y el compromiso de cada profesión con el cuidado de la Casa Común.

La IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México que ya se distingue por su alta calidad académica, por su gran vocación social y por su atención a la producción de conocimientos, con estos nuevos planes rearticula sus fortalezas “para formar a los profesionistas del futuro desde hoy”.

Los propósitos son: formar a los y las estudiantes como personas críticas, conscientes y responsables ante la problemática humana, social y ambiental del entorno, del país y del mundo; con calidad académica y profesional -con claridad y profundidad en los conocimientos teóricos y metodológicos-; con actitud interdisciplinaria de diálogo y de servicio.

Con una formación personal humanista, que alude a la conciencia y el respeto que tiene el egresado/a a la dignidad de la persona; a las relaciones interpersonales que sostiene, basadas en su capacidad de diálogo y su respeto a las convicciones de los demás; a su apertura a los valores de otras disciplinas y carreras diferentes a la propia; y a su capacidad de obrar con responsabilidad, libertad y compromiso.

La formación social ahora adquiere especial relevancia, ya que implica la conciencia del egresado/a sobre los problemas nacionales y mundiales, su actitud de solidaridad y de justicia ante ellos, y su participación profesional para atenderlos. “El egresado ejerce sus derechos cívicos y políticos, y cumple con los deberes correspondientes: elige, vigila, critica y propone, en su caso, y ejerce la autoridad en servicio del bien común”.

Y, además, con una formación socioemocional, para crear sujetos capaces de reconocer, comprender y regular las emociones y sentimientos, y las conductas y pensamientos asociados a ellos; usar sus emociones y sus sentimientos de forma productiva, para establecer y mantener relaciones positivas, empáticas, colaborativas y respetuosas con los demás. Esto implica la posibilidad de brindar apoyo socioemocional profesional desde la Universidad, cuando éste sea necesario.

Los planes también contemplan formar a las y los estudiantes para producir egresados/as que tengan habilidades para adaptarse y, sobre todo, para propiciar el cambio. “Ante una realidad incierta y una transformación impredecible de la realidad futura, nuestros estudiantes deben estar formados para enfrentar la incertidumbre, adaptarse a los cambios, y cuando es necesario, propiciarlos o provocarlos, orientados por una formación ética, social, cívica y profesional sólida”.

En los Planes Manresa ahora se transversalizan tres competencias fundamentales: sustentabilidad, género e interculturalidad, que “están en el corazón de lo que queremos lograr desde el punto de vista de la formación social y humanista de nuestros profesionales”. Además, cada programa define sus competencias específicas, que son las que definen el quehacer que caracteriza una determina profesión y, por consiguiente, el perfil de egreso de cada programa.

La formación y la acción social ahora están a lo largo de toda la carrera. Primero, a través del Taller de Integración a la Universidad, que incorpora a todas y todos los alumnos de nuevo ingreso al pensamiento ignaciano y a lo que es la Universidad como un todo; después, con la asignatura de inmersión, que cada carrera elige, y que está enfocada a un primer acercamiento y contacto crítico con la realidad; posteriormente, con las cuatro asignaturas obligatorias del Área de Reflexión Universitaria, que tienen un enfoque humanista, social e interdisciplinario.

Asimismo, los alumnos/as participarán en proyectos ubicados en contextos de vulnerabilidad, fundamentalmente en el Valle de México, en los que empezarán a aportar desde su profesión, y estudiarán la transformación de la realidad en el marco del servicio social, que será la culminación de un proceso largo de vinculación y compromiso con algún proceso de transformación entre los grupos más vulnerables de la sociedad. “Esto cierra con una reflexión crítica sobre la experiencia universitaria, en donde también el estudiante, hacia el final de su carrera, define su proyecto de vida a partir de la experiencia que tuvo al interior de la Universidad”.

Con la voluntad de “hacernos cada vez más internacionales en la Universidad”, la IBERO fortalecerá sus opciones de internacionalización, tanto presenciales como las virtuales. Se está propiciando que, en cada materia, cuando menos en una de sus clases, se tenga la posibilidad de invitar a un profesor de fuera o hacer que los alumnos/as asistan a clase en algún otro lugar del mundo. También se quiere promover la presencia virtual de estudiantes extranjeros, tanto en las carreras como en determinadas clases o periodos de formación. “Todo esto está orientado a la formación de una ciudadanía global”.

Otra característica de los Planes Manresa es la flexibilidad. Las materias opcionales, que siempre han estado presentes en todas las carreras, ahora serán más y al abrirse a toda la Universidad, algunas de ellas podrán ser cursadas por personas de otras licenciaturas. En algunas carreras se empaquetarán tres materias opcionales, “que personas de otras carreras pueden optar por cursar como un título menor”.

Dentro de este concepto de flexibilidad también se está asumiendo un modelo híbrido, que deriva lo mejor de la tecnología para el aprendizaje, que permite aprovechar el valor educativo de la presencialidad, y que le añade dimensiones adicionales al protagonismo del alumno en ir forjando su propia carrera.

El arte, el deporte y la espiritualidad estarán mucho más presentes para favorecer la formación integral. Y, aunque siempre se ha ofrecido, se va a fortalecer la promoción del aprendizaje que deriva de las actividades extracurriculares y la convivencia. “Queremos propiciar la participación de los estudiantes, una participación evidentemente propositiva y comprometida; y queremos reconocer estos aprendizajes a través de lo que llamamos el complemento al título, que reconoce todo aquello que produce aprendizajes a través de actividades de naturaleza extracurricular”.

La puesta en operación de los nuevos planes de estudio, que coincide con el Año Ignaciano 500, “refuerza nuestro compromiso de ofrecer a los estudiantes de la IBERO un itinerario formativo que posibilite su desarrollo integral, y que los capacite para encontrar en su futuro ejercicio profesional los mejores medios de contribuir al bien social y al desarrollo sustentable con equidad y justicia”.

Todo ello, para el cumplimiento de la Misión de la Iberoamericana: “Contribuir como Universidad IBERO a la formación integral de la persona y a la construcción de una sociedad más justa, solidaria, libre, incluyente y pacífica, mediante el poder transformador de la docencia, la investigación, la innovación y la vinculación, en estrecho contacto con la realidad y en abierta armonía con la Misión de la Compañía de Jesús”.

• Liga de interés:

Te invitamos a visitar el sitio especial de los Planes Manresa

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PEDRO RENDÓN/ICM