Presentan edición en español del libro ‘Un puesto de lucha. Los derechos humanos en evolución’

Sáb, 2 Abr 2022
El libro fue escrito originalmente en inglés por el Dr. Juan E. Méndez, exrelator especial sobre la Tortura de la ONU; y Marjory Wentworth, poeta estadounidense
La IBERO, ONU-DH México y el FCE, responsables de la coedición en castellano
  • Alán García, Mariclaire Acosta, David Fernández, Juan Méndez, Luis Arriaga y Sandra Serrano, en la presentación del libro ‘Un puesto de lucha. Los derechos humanos en evolución’.
  • Alán García, de ONU-DH México, resaltó que el libro fue escrito por Juan Méndez, “uno de los grandes referentes en la defensa de los derechos humanos de nuestra región, un latinoamericano universal”.
  • El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J., Rector de la IBERO, destacó el carácter pedagógico del texto.
  • Para la Dra. Sandra Serrano, académica de FLACSO, ‘Un puesto de lucha’ es un libro “esperanzador”, porque demuestra que los derechos humanos nacieron en la lucha y en el sufrimiento de las víctimas.
  • El libro, más que un recuento biográfico, es una reflexión lúcida sobre los derechos humanos y su viabilidad en diferentes contextos, consideró Mariclaire Acosta, de Justicia Transicional en México.
  • El Mtro. David Fernández opinó que Juan Méndez es un autor generoso, porque deja conocer que la lucha por los derechos humanos es una vocación entrañable.
  • Los capítulos representan las experiencias de Juan Méndez, a veces como sobreviviente, a veces como activista, a veces como académico.
  • Al final de la presentación, el autor firmó su libro a quienes se lo solicitaron.
  • El Dr. Juan Méndez, exrelator Especial sobre la tortura de la ONU, en compañía del Mtro. Santiago Corcuera, exmiembro del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la ONU.
  • Lic. Alán García, Dr. Juan Méndez, Dr. Luis Arriaga y Dr. Ricardo Ortega.

“Mi carrera en los derechos humanos me ha llevado desde prisiones secretas en Argentina, durante la Guerra Sucia, a reuniones en la Asamblea General de las Naciones Unidas y a los tribunales internacionales de justicia".

Dr. Juan E. Méndez.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México, la Oficina en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH México) y el Fondo de Cultura Económica (FCE), unieron esfuerzos para publicar una coedición en español de Un puesto de lucha. Los derechos humanos en evolución, libro escrito originalmente en inglés por el Dr. Juan E. Méndez, exrelator especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de la ONU; y Marjory Wentworth, poeta estadounidense.

En la presentación de la obra, en la Librería Rosario Castellanos del FCE, Alán García Campos, de ONU-DH México, dijo que el libro escrito por Juan Méndez, “uno de los grandes referentes en la defensa de los derechos humanos de nuestra región, un latinoamericano universal”, combina una dimensión testimonial de lo que ha sido una vida fecunda de más de 50 años (la de Méndez) y un análisis de los principales desafíos en materia de derechos humanos enfrentados por la humanidad: detenciones arbitrarias, tortura, desaparición forzada,  migraciones, genocidio y guerra.

El Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, compartió con las y los asistentes a la presentación, que la lectura del libro le condujo a revivir y a retomar dos aspectos que considera cruciales: el compromiso con la dignidad humana y el carácter pedagógico del texto.

 

 

“Escrito en primera persona, quienes nos acercamos a estas páginas encontramos pasajes de la vida personal y profesional del Dr. Juan Méndez, marcados por un contexto histórico particular bien complejo, el de las atrocidades cometidas durante dos periodos de la dictadura militar en Argentina, una situación extrema de vulneración de la dignidad que parece retornar una y otra vez bajo otros modos, bajo otros patrones, con discursos y prácticas renovadas”.

El libro, que contiene un relato doloroso que constituye a la vez un clamor que conmueve, posee también una gran utilidad para la enseñanza de los derechos humanos, debido a dos aspectos. En primer lugar, señaló el Rector, plantea temáticas complejas y profundas, desde un testimonio que los hace comprensibles y aplicables. “Ello es particularmente útil porque ofrece un aspecto muy importante para la enseñanza del derecho, la incorporación de casos que pueden ser discutidos en clase”.

En segundo lugar, porque las profesoras y profesores que imparten asignaturas relacionadas con los derechos humanos encontrarán que el libro ofrece oportunidades importantes para la discusión académica y el desarrollo de visiones críticas que ayuden a pensar en los cambios necesarios para asegurar la vigencia de los derechos humanos.

La académica de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Dra. Sandra Serrano García, opinó que Un puesto de lucha. Los derechos humanos en evolución es un libro “esperanzador”, porque demuestra que los derechos humanos nacieron en la lucha y en el sufrimiento de las víctimas, no cuando los derechos humanos son aplaudidos y las convenciones internacionales aprobadas.

Los derechos humanos nacieron en sitios de detención clandestina, “en esas prisiones a donde se lleva a los detenidos, a las detenidas, a sufrir distintos tipos de tortura, en aquellos espacios donde a lo mejor los cuerpos desaparecen, en aquellas zonas donde cientos o miles de personas mueren y se cometen genocidios”.

Esa es la experiencia de vida que comparte Juan Méndez en esta obra, en la que permite transitar junto con él la historia de los derechos humanos, desde los años 70 hasta los días actuales. El autor también deja tareas, como la de construir todavía más los espacios de protección de los derechos de las mujeres y de otros grupos en situación en desventaja, construir en contra de la violencia de género y de otras tantas violencias.

Asimismo, hace hincapié en la importancia de la verdad y de la justicia, un camino que va de la mano de la solidaridad entre las personas, la solidaridad que reflejan los derechos humanos. Atrás de eso está la importancia por el otro, “por sentir que el otro sufre, y utilizar las habilidades jurídicas y políticas que se tengan para poder localizarlo, para poder hacer que salga de la prisión en la que está, que logre salir al exilio, que logre establecerse, que logre tener un trabajo, que logre desarrollar su vida, y al mismo tiempo, que logre desarrollar un camino de ayuda y protección para otras y otros”.

Mariclaire Acosta, de Justicia Transicional en México, detalló que el libro cuenta con una “excelente” presentación de David Fernández Dávalos y con dos prólogos, uno para la versión original, escrito hace una década por Ian Martin, quien fuera Secretario General de Amnistía Internacional; y el de la versión actual, obra de la pluma del propio Juan Méndez.

La obra se compone de 10 capítulos que abordan temas concretos: detención, tortura, desapariciones, migración, solidaridad, derecho, guerra, responsabilidad, justicia y genocidio, en los cuales se relata la experiencia directa de Juan, inicialmente como víctima de detención arbitraria, desaparición y tortura en Argentina -su país de origen- durante los años 70 del siglo pasado; después como defensor de los derechos humanos en el exilio y posteriormente como naturalizado ciudadano estadounidense.

Cada relato es seguido por una profunda y esclarecedora reflexión sobre los temas tratados, y por los avances en la defensa y protección de los derechos violados, “con los que Juan se ha comprometido a lo largo de sus más de 50 años de carrera profesional”.

En libro concluye con un epílogo, antecedido por una reflexión sobre los logros y retos que afronta el movimiento de los derechos humanos en cada uno de los temas abordados. Pero, aclaró Mariclaire, “más que un recuento biográfico, estamos frente a una reflexión lúcida sobre los derechos humanos y su viabilidad en diferentes contextos; un verdadero tratado”.

En palabras del Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., miembro de la Comisión para el Acceso a la Verdad de la Guerra Sucia, el libro de Juan Méndez anuda o va entreverando su vida personal con la evolución de la comprensión de los derechos humanos en el mundo y en los países latinoamericanos.

Opinó que el autor es generoso, porque deja conocer “que la vocación a la lucha por los derechos humanos es una vocación entrañable, que nace del corazón y del estómago, de las entrañas, y no tanto de la convicción racional o de la adhesión personal al derecho internacional de los derechos humanos, de los derechos fundamentales de las personas”.

“Es más bien una vocación que ha sido dada como algo gratuito, como algo misterioso y, por tanto, dable también gratuitamente. Y de esas vocaciones personales, entrañables, misteriosas, nace el derecho internacional y nacen los mecanismos de defensa y promoción que ahora existen y están a nuestra disposición”.

Por último, el propio Juan Méndez se dijo sorprendido y halagado por el hecho de que “educadores de la talla y la experiencia de Luis, de Sandra y de David, consideren este libro como de utilidad con fines educativos; la verdad es que yo nunca lo pensé así”.

En realidad, explicó, su intención era dirigirse a los hombres y mujeres que, en todos los lugares del mundo, pero especialmente en México y en América Latina, defienden los derechos humanos, se preocupan por la situación de otras personas, defienden sus propios derechos, y que invierten su tiempo, esfuerzo e inteligencia en proteger a las demás personas, especialmente a las más carenciadas y marginadas de la sociedad.

Mi aspiración era que se vieran ustedes reflejados en sus propias experiencias en alguna de las cosas que me ha tocado vivir en estos más de 50 años; no para emular ni imitar, sino para aprender de errores y aciertos, aprender de logros y triunfos, pero también de retrocesos y de derrotas. Porque creo que la esencia misma de la evolución de los derechos humanos, al que alude el subtítulo del libro, es ese aprender mutuamente, y es esa construcción de redes, de experiencia y de conocimiento, pero, sobre todo, de conocimiento para la acción”.

Sobre los capítulos, comentó que representan sus experiencias en esos diez temas, a veces como sobreviviente, a veces como activista, a veces como académico y, en muchos casos, mezclando todos esos roles. “Cada capítulo menciona autobiográficamente esas experiencias, pero también incluye unas reflexiones mías sobre el estado de la cuestión en cada capítulo, y lo que se ha conseguido y lo que todavía debemos hacer. Son unos 50 años de experiencias personales, profesionales y de activismo”.

Por otra parte, reconoció que la evolución de los derechos humanos no ha sido ni es progresista ni progresiva, pues se han sufrido retrocesos, como la relativización de la condena a la tortura, a partir de la llamada guerra global contra el terrorismo.

Pero, agregó, “también hay victorias parciales de las cuales podemos obtener inspiración y que nos sugieren caminos pragmáticos para generar nuevos éxitos. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes que tanto las victorias como las derrotas nos convocan a no ser complacientes, y más bien, a renovar esfuerzos y dedicación”.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

 

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