El día de ayer, jueves 27 de agosto, fue presentado el libro ‘En Voz Alta. Propuestas para una universidad comprometida con su tiempo’, el cual recopila los discursos más significativos que pronunció el Maestro David Fernández Dávalos, S.J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante sus seis años de gestión al frente de esta institución académica.

La obra fue publicada por Fomento de Investigación y Cultura Superior A.C (FICSAC), patronato económico y de desarrollo de la IBERO, cuyo Presidente, Mtro. Pedro Padierna Bartning, dijo que el libro nació de la idea de recuperar el pensamiento del Padre David, “hombre que sin duda con sus obras y sus palabras ha tocado la vida y el alma de muchos seres humanos”, y cuya voz resuena con vehemencia y urgencia cuando “expone con determinación luces y sombras que dan pistas sobre cómo abordar los problemas que nos aquejan como sociedad”.

Con este libro, FICSAC tiene el propósito de heredar a las generaciones presente y venidera la visión de un ser humano altamente comprometido con su tiempo y con su entorno, y dejar a la posteridad el pensar y el actuar de un jesuita “que camina y predica con la firme convicción de transformar el mundo de mujeres y hombres”.

'En voz alta', plasma la convicción profunda del Padre David en materia de derechos humanos, sostenida por un conjunto de principios: no a la violencia contra la mujer, no a la discriminación, no a la desigualdad, no a la injusticia y no a la inseguridad.

El libro, permite “escuchar con sonoridad” la voz de un jesuita que vive y actúa congruentemente con sus convicciones, y adentrarse en la mente de un hombre justo frente a la realidad social. Por esa razón, quienes conforman el Consejo Directivo del patronato de la IBERO consideran que el pensamiento del P. David, “expuesto precisamente en estas páginas, nos permite reflexionar y discernir sobre nuestra condición de individuos, sobre nuestro quehacer en la sociedad. Nos hace pensar y observar, desde su perspectiva, nuevos horizontes de entendimiento”.

Proclámenlo en voz alta

El Dr. Juan Carlos Henríquez Mendoza, S.J., coordinador del Centro de Exploración y Pensamiento Crítico (CEX), mencionó que en esta selección compilada de algunos de los textos del Mtro. Fernández lo que se encuentra es una mirada poliédrica, y en ese sentido universitaria, que recorre distintos temas y ejes, “pero que se adivina, proviene de una sola fuente, una fuente que es íntima, secreta, personalísima, radicada en la relación de David con la vida misma, con la realidad amplia y contextual, y con su Dios”.

En cuanto al título, En voz alta, dijo que alude a una de las citas más provocadoras que escucha un jesuita al cruzar varios momentos intensos en su formación, que viene de Mateo, y también refiere Lucas, lo que les he dicho al oído, en secreto, proclámenlo en voz alta, desde las azoteas.

Basado en este pasaje de las azoteas o de los tejados, que invita a proclamar lo que se ha susurrado al corazón, el Padre Henríquez pidió que las páginas del libro “nos animen y nos inspiren, a nuestra comunidad universitaria, a también alzar la voz desde los tejados”.

Al Dr. Ilán Semo Gorman, docente del Departamento de Historia, el libro le ha conmovido profundamente, por la entrega con la que compromete sus causas. “Pero, sobre todo, que me ha hecho reflexionar, yo diría de una manera integral, como ningún otro libro que trata sobre los problemas de la educación de nuestra casa y del país, y que, por primera vez, creo que ofrece y plantea las preguntas básicas que debe abordar una reforma de la educación”.

Por ello, está convencido de que En voz alta será un punto de partida de reflexión para las generaciones que siguen a la hora de preguntarse qué hacer frente a la gigantesca crisis que afecta a nuestro sistema educativo.

“Una gran felicitación al Maestro David Fernández. Yo estoy seguro que en las próximas que le esperan será capaz de comunicar a otras comunidades el fervor, la decisión y la inteligencia para transformar nuestra realidad, con la intensidad que lo hizo en nuestra casa de estudios”.

El Mtro. Luis Inclán Cienfuegos, coordinador de Acervos Históricos de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero (área que colaboró en el proceso editorial del libro), espera que a los lectores del libro les resulte grato reencontrarse con los mensajes pronunciados por Fernández Dávalos a lo largo de seis años “de un rectorado que sin lugar a dudas fue transformador y renovador a la vez, siempre con la verdad y la crítica a la realidad en que vivimos y participamos, con la invitación a transformarla y dejar atrás nuestra pasividad”.

También espera que puedan conocer la trayectoria y congruencia, a lo largo del tiempo, del pensamiento y convicciones del Rector, pero no sólo por lo que respecta a esos seis años, pues también hay unos textos que datan de la década del 90, que formaron parte de la recopilación, que  permiten constatar que sus ideas y propuestas tienen fundamento en una reflexión profunda y de largo aliento sobre el papel de la fe y de quienes colaboran con la Misión de la Compañía de Jesús de hacer de éste un país mejor y más justo para todos.

“Este libro también es una oportunidad para que las propuestas trasciendan a nuestra Universidad y encuentren lugar en cualquier otra institución, privada o pública, comprometida con su tiempo; y encuentren aliento, inspiración, para seguir pensando que otro mundo es posible”.

Una visión y vocación social

La directora de Formación Ignaciana, Mtra. Georgina Tepale Palma, expuso tres cualidades de los discursos publicados en el libro. La primera, es su visión social, que recuerda los principales retos que enfrentan el país y la humanidad, entre otros: la violencia contra las mujeres, la trata y explotación de personas, la necesidad de fortalecer la equidad de género, la enorme desigualdad económica, la crisis de inseguridad y la constante violación a los derechos humanos.

La segunda, es que ofrecen pistas y recursos que invitan a ser parte de la respuesta necesaria para transformar esta “dolorosa realidad”; y también señalan cuáles son las condiciones para quienes decidan aceptar el reto: “revisar nuestro interior, reconocer los privilegios y tener una mirada crítica para actuar de manera solidaria y compasiva”. Y tercera, es que dan cuenta de que el Rector sumó voluntades para poner en marcha una propuesta de proyecto educativo que promueva la equidad, la justicia y los derechos de los más desprotegidos,

Agradeció el don de la pedagogía del Mtro. Fernández, quien sustenta sus textos en referencias y con recomendaciones de lectura. Y añadió que sus mensajes cuestionan e incomodan, “porque de eso se trata, de empujarnos a salir de la seguridad y confort de las aulas y oficinas para estar con quienes lo necesitan, porque se trata de sentir, de indignarnos para actuar”.

“Quienes hemos sido parte de esta transformación estamos agradecidos porque nos compartió su palabra y modo de proceder, su constante invitación para encontrar en el discernimiento y el servicio la construcción de una comunidad universitaria incluyente, diversa y solidaria”.

Finalmente, correspondió a la Lic. Adriana de la Peza Vignau, coordinadora general del Centro de Inversión Social, dar lectura al ‘CREDO’ de David Fernández Dávalos, S.J. Previo a ello, dijo que este credo permite adentrarse en la intimidad del P. David, porque habla desde su fe, “una fe que representa una vocación a la que dedica su vida entera. Y entrando en esa intimidad, David comparte desde su humanidad lo más valioso de una persona; sus convicciones y sus acciones”.

Este credo invita a reflexionar que lo más trascendente de la fe es que se convierta en convicción, que se exprese en acciones concretas. Y cuando la fe es profunda, cuando se expresa con valor, se logran cosas increíbles “a las cuales algunos llaman milagros”.

El credo del Padre expresa de forma profunda, desde su forma de vivir y practicar su fe, lo que ha significado su Rectorado, que deja un legado inmenso en la IBERO, al fortalecer y transformar la Universidad hacia una de vocación social, de vinculación con todos los sectores y de acercamiento con las comunidades en múltiples territorios del país.

David Fernández Dávalos expresa, en su credo, la historia que quiso impulsar en la IBERO. “Y desde ese credo, desde esa historia, nos deja la enorme provocación de imaginar y pensar lo que queremos que siga siendo esta IBERO”. Este credo “nos anima a reflexionar desde nuestros deseos, a fortalecer nuestra fe y expresar nuestras convicciones para actuar. Y desde ahí, se puede construir la verdadera esperanza”.

CREDO

David Fernández Dávalos, S.J.

Creo que los seres humanos somos iguales, y que por eso podemos ser diferentes. Que la tolerancia es una causa que hay que defender aun cuando las víctimas de la intolerancia no estén dispuestas, ellas mismas, a ser tolerantes con los demás: en el fondo se juega una noción precisa del ser humano como un ser diverso y libre.

Pienso que la educación sirve para construir mejores personas y muchos mundos mejores para que las personas habiten.

Considero que los seres humanos debemos vivir como si Dios no existiera, pero haciendo nuestra vida fundamentados en Dios: en Él vivimos, nos movemos y somos.

En Jesús he descubierto al Dios débil que dejó de ser Señor para encarnarse en hermano. Por eso, en él, he descubierto también que Dios es amor y por eso sé que se vuelca en todos y en todas, sin discriminación de ningún tipo, ni siquiera de los malos e injustos; sé que perdona sin condiciones y sin imponer penas; sé que es incapaz de juzgar y condenar, pues sólo aparece como salvando y dando la vida; sé también que Dios no responde a la pregunta por el justo o el inocente que sufre, sino que únicamente responde sufriendo, solidarizándose hasta la muerte con el dolor humano.

Como jesuita, quiero seguir apostando mi vida en el servicio de la fe en ese Dios y en la promoción de la justicia. Entiendo que ésta es la única apuesta coherente en un mundo roto, necesitado del fermento de la humanidad compartida, de la fraternidad sin distingos. Así, reconciliados con los demás, con la creación y con Dios mismo, podremos alcanzar finalmente un cielo nuevo en una tierra nueva.

Texto: PEDRO RENDÓN