¿Qué tan limpio es el uso de un auto eléctrico?

Vie, 21 Feb 2014

El Valle de México tuvo este 20 de febrero una precontingencia ambiental al registrarse 159 puntos en el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (Imeca), en Naucalpan, Estado de México. Si se considera que parte de la contaminación del aire se debe a las emisiones de bióxido de carbono del transporte, qué opción ambiental puede significar el uso de vehículos eléctricos. Enrique Healy, académico del Departamento de Ingenierías de la Ibero, aborda el tema en este artículo de su autoría.

 

El petróleo, como fuente energética no renovable, ya está dando señales de su agotamiento a nivel de las reservas mundiales y de su ritmo productivo. A este hecho hay que añadir el preocupante aumento de la demanda del hidrocarburo, entre otros usos, para mover los automotores.

El consumo mundial de petróleo en diez años se incrementará hasta alcanzar los 20 millones de barriles diarios y, al mismo ritmo de crecimiento, en el año 2020 la demanda rondará los 115 millones de barriles diarios.

Se calcula que la tasa de caída anual en cuanto a producción corresponde a 5 por ciento; esto supone que en diez años habrá un déficit cercano a los 60 millones de barriles diarios, cifras alarmantes que demuestran la insostenibilidad de este recurso energético. Puesto que una de las mayores críticas que se han hecho al sector automotriz es su alto consumo de hidrocarburos (gasolina y diesel) y la contaminación ambiental, surge entonces la necesidad de buscar soluciones que disminuyan este problema.

Una estrategia para reducir el consumo de petróleo y por tanto las emisiones de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, es el uso de autos eléctricos. Los autos eléctricos al parecer resultan ser la opción más ecológica en la actualidad. Sin embargo, tenemos que considerar que estos requieren de energía que en su mayoría es generada por combustibles fósiles muy contaminantes.

El problema del abastecimiento de energía para los autos eléctricos nos lleva sin lugar a duda a limitar su uso. Por tal motivo es necesario que el abasto de energía para estos vehículos sea rentable y ecológico. Por tal motivo se requiere transformar la energía base en todo el proceso de generación y abastecimiento de energía eléctrica.

En un auto eléctrico un caballo de fuerza (hp) equivale a 750 watts. Si el motor eléctrico promedio se desempeña con 20 hp, nos arroja un consumo en electricidad de 15 mil watts, una carga elevada comparada con una casa de tamaño mediano que requiere para su funcionamiento entre mil 500 y dos mil watts. Si llevamos estos números aplicando energías renovables y limpias se requieren cinco generadores de cinco mil watts o 5 KW para mover un sólo coche eléctrico.

De esta forma todo el proceso de generación y abastecimiento energético es completamente limpio. Consideremos ahora que al generar un Kwatt/hora en una central termoeléctrica se emiten 650 gramos de CO2 a la atmósfera, y que en promedio un auto eléctrico tiene 25 Kwatt/hora de capacidad de carga y tarda de 7 a 7.5 hrs. en cargarse conectado a la red pública. Las emisiones de esta carga eléctrica equivalen a 16.25 kilogramos (Kg) de emisiones a la atmósfera por auto eléctrico. Si la autonomía del auto eléctrico llegase a ser de 200 Kilómetros, nos arroja 80 gramos de emisiones de CO2 por kilómetro recorrido, que comparado con un auto compacto de gasolina emite en promedio 140 gramos.

Podemos ver que el auto eléctrico contribuye con el medio ambiente, pero de ninguna manera representa una solución al enorme conflicto ambiental; puesto que los automóviles con motores diesel que recorren 25 kilómetros por litro emiten 70 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, emisiones menores a las del coche eléctrico, siempre y cuando la energía eléctrica base provenga de combustibles fósiles.

Debemos prepararnos para los enormes cambios que se avecinan. En México, el transporte se limita prácticamente al uso de la gasolina en automóviles, sin saber siquiera que por cada barril de petróleo sólo de 50 a 60 por ciento se recupera en gasolina durante el proceso de refinación, e igualmente la eficiencia global de generación eléctrica no alcanza 60 por ciento de eficiencia por cada barril de petróleo quemado en las enormes calderas de la centrales termoeléctricas.

Lo ideal como alternativa para que el automóvil no se encuentre asociado con el petróleo como fuente de energía, evitar problemas de suministro eléctrico, y sólo así reducir al máximo la dependencia del automóvil con el petróleo, es considerar una central de carga ecológica con energías renovables. Esta consiste en una sola unidad de paneles fotovoltaicos para aprovechar la energía solar, el suministro es limpio durante todo el proceso de generación ya que la unidad se recarga de energía solar durante todo el día, la almacena y durante la noche el auto se conecta a la unidad fotovoltaica, y queda cargado nuevamente para ser utilizado al día siguiente.

Además esta unidad ecológica, que cuesta alrededor de 400 mil pesos, puede ser utilizada también para el propio consumo doméstico aprovechando al máximo la capacidad de generación. En la ciudad de México tenemos un número considerable de horas sol por año que pueden producir fácilmente la energía para el consumo del auto eléctrico así como de la casa habitación. El gobierno debería tomar en cuenta esta opción para limpiar el transporte público y privado, que se pueda extender a todo el país y reducir el alto consumo de petróleo con el uso de otras fuentes de energía.

El profesor Enrique Healy Wehlen es ingeniero mecánico y eléctrico, y maestro en ingeniería industrial. Ha escrito decenas de artículos e impartido conferencias sobre medio ambiente, que junto con las energías renovables y el diseño automotriz son sus temas de especialidad.

PRL/ ah

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219