Como parte del proyecto Educación Tecnológica Superior en Universidades Jesuitas en tiempos de COVID-19, cerca de 700 participantes de más de 20 instituciones educativas confiadas a la Compañía de Jesús reflexionaron sobre la educación tecnológica en torno a diez mesas de trabajo con temáticas como las nuevas realidades tecnológicas, los recambios curriculares, la tecnopedagogía y la educación dual, el uso de los laboratorios en modelo híbridos, la formación ignaciana o los cambios en el mercado laboral.

Así lo manifestó el Dr. Óscar Castro Soto, director general del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco (TUVCH), cuyos estudiantes son, en su gran mayoría, originarios de municipios de la zona oriente del Estado de México y con pocas oportunidades de acceder a la educación superior.

El proyecto de investigación forma parte de los 35 que la IBERO (#IBEROFrenteAlCOVID-19) ha desplegado como respuesta a los problemas que ha originado la pandemia, fundamentalmente entre las familias, grupos o comunidades en situación de vulnerabilidad.

En el proyecto se consigna que el “obligado cambio del aula física al aula virtual en proceso de enseñanza-aprendizaje conlleva varios desafíos que es necesario atender para no demeritar en la calidad” y que la “educación técnica superior universitaria se enfoca en el desarrollo de habilidades prácticas para el trabajo, lo que requiere del uso de laboratorios para la formación y capacitación en procedimientos que demanda el perfil profesional de los egresados”.

Por lo cual, esta situación plantea especiales desafíos pues el modelo educativo se enfoca al ingreso rápido a un mercado altamente especializado.

Por ello, dice Óscar Castro, uno de los caminos para evitar escenarios poco deseables es la creación de espacios de diálogo, reflexión, discusión e intercambio de experiencias entre docentes y estudiantes de las universidades jesuitas. Es decir, facilitar el aprendizaje colectivo, mediante el ejercicio de la recuperación de la práctica y su sistematización.

“Así que nos planteamos generar un seminario y una jornada entre las universidades tecnológicas, las universidades del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) y de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) sobre los retos, desafíos e innovación de la educación tecnológica frente a la pandemia del COVID-19, a través de la sistematización de buenas prácticas, la realización de iniciativas de internacionalización novedosas, para fortalecer las propuestas e impulsar proyectos del TUVCH y de las universidades participantes”.

Alegremente, el proyecto nos desbordó, continúa el maestro en Sociología por la IBERO. Lo que iniciamos fue un seminario para recuperar las buenas prácticas y una jornada virtual para ver reflexionar sobre el tema de la movilidad estudiantil de manera virtual, es decir, que un estudiante pueda estudiar ciertas materias y hacerlas equivalentes en otra universidad.

Afirmó que tanto la jornada como el seminario se volvieron semipermanentes, y de comenzar con cuatro o cinco universidades que también tienen carrera de Técnico Superior Universitario como el Instituto Segundo Montes, en El Salvador, o el Politécnico de Loyola, en República Dominicana, “ahora tenemos reunidas a 20 universidades jesuitas. Vimos que las preocupaciones no son sólo de las universidades que únicamente tienen carreras de TSU sino en general de todas nuestras universidades en AUSJAL”.

Para el equipo de investigación, quien además del propio Óscar Castro lo integran Ixchel Yedra Puga, Ernesto Magaña Alcocer, Luz Pérez y estudiantes del cuarto cuatrimestre del TUVCH, la educación tecnológica tiene la posibilidad de contribuir a las soluciones en tres momentos: durante la etapa inicial de la pandemia (modos de enfrentar y adaptarse); en la etapa intermedia, cuando las escuelas y empresas se reabran gradualmente; y en el periodo de recuperación, en el que se esperan cambios estructurales tanto en el sector educativo como en el laboral.  

“Nuestra preocupación en el TUVCH es cómo hacemos una educación práctica en tiempos de virtualidad. Entonces nos planteamos este objetivo de ver cómo se puede genera movilidad entre los estudiantes, cómo pueden tener prácticas de laboratorio, cómo toda la pedagogía que tenemos en la práctica se puede implementar en lo virtual”.

Hay costumbres que se van a quedar entre nosotros, finaliza el director general del TUVCH. “Llegamos a una conclusión de la pospandemia: mucho de lo que vayamos a hacer ahorita se va a quedar, aunque volvamos a una normalidad presencial porque algunas de estas prácticas van a resultar favorables y novedosas para el proceso de enseñanza aprendizaje”.

Tanto el seminario como la jornada terminarán en marzo de 2021. En los próximos días, el equipo de investigación lanzará un micrositio para subir la información que se ha generado en estos encuentros.

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Jesús González Alcántara/ICM