El Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en conjunto con la Coordinación Institucional de Posgrado, organizó el evento A 10 años del #MásDe131, en el que exalumnas y exalumnos, así como docentes, recordaron aquel 11 de mayo de 2012 en el que Enrique Peña Nieto, entonces candidato a la Presidencia, desató el enojo del estudiantado tras escuchar su postura sobre el caso de Atenco.

Durante el evento organizado de manera híbrida, Lucía Riojas, egresada de la Licenciatura en Comunicación de la IBERO, recordó que en esa fecha, durante el Foro del Buen Ciudadano, organizado por esta casa de estudios, se sentía que algo iba a suceder durante la visita del candidato priista.

La actual secretaria del Ayuntamiento en Monterrey destacó cómo tras ocho meses viviendo en la capital de Nuevo León, su vida ha estado marcada por esos momentos, causas y luchas. Asimismo, cómo se ha involucrado en el ejercicio de la política y toma de espacios de decisión, todo con el empuje del movimiento #YoSoy132.

El periodista Ernesto Núñez, autor de la crónica Vive Peña Nieto un viernes negro, recordó el momento en el que un estudiante presente en el auditorio donde se llevaba a cabo el foro le dijo al candidato que no lo representaba ni lo iba a hacer; así como el momento en el que Peña Nieto, "muy a la Díaz Ordaz", contestó que habría repetido su actuar en Atenco de ser necesario, lo que desató la furia de los estudiantes.

“Cuando Peña Nieto sale del auditorio José Sánchez Villaseñor, se encontró con escenas de estudiantes con manos pintadas de rojo, con letreros en los que se leía 'Peña asesino', 'Fuera de la IBERO', 'necesito un títere para volver al poder'; así como alumnado utilizando máscaras de Carlos Salinas de Gortari.

Núñez rememoró cómo Peña, tras salir del auditorio, tardó casi 20 minutos para llegar a Ibero 90.9, por la movilización que se gestaba en ese momento. Al llegar a la entrada de la radiodifusora, en donde tendría una entrevista, Peña Nieto quiso ir antes al baño.

Federico Gómez, quien también estudiaba en la IBERO, destacó que ese 11 de mayo se fueron a dormir sin saber que se estaba gestando un movimiento. Compartió que su más grande indignación fue ver cómo operó la maquinaria mediática tras los dichos de Aurelio Nuño y Pedro Joaquín Coldwell sobre lo ocurrido ese día en el campus.

Para el egresado de la IBERO, en esos años Twitter era más orgánico, aun no tenía algoritmo y funcionaba diferente, lo cual permitió el origen del movimiento. “Este proyecto sigue viviendo en distintos proyectos, de hecho, invito a jóvenes a participar en candidaturas independientes”, dijo.

Por su parte, Alfonso Flores recordó que se dieron cuenta de que el candidato del PRI traía toda una maquinaria mediática que se echó a andar en contra del estudiantado. Señaló cómo en ese momento fueron importantes las redes sociales, y a 10 años no es lo mismo lo que hoy existe en Twitter.

“Se han venido dando estos movimientos de distintas formas y replicarlo es difícil. Gané amigos, compañeros de lucha, trabajo, personas con las que comparto y con las que podemos caminar, la apuesta colectiva y dejar el lugar individual”, explicó.

Por su parte, la Dra. Maricela Portillo, coordinadora Institucional de Posgrado y especialista en movimientos sociales y juventudes, destacó que lo ocurrido el 11 de mayo del 2012 fue un momento de gran aprendizaje político, lo que se construyó ahí fue una red de afectos y complicidades que en distintos momentos se ha ido activando; de acción conectiva que se articuló en distintas problemáticas en los años siguientes.

El politólogo Genaro Lozano comentó que uno de los objetivos del movimiento no fue descarrilar la elección de Peña Nieto, sino generar una elección más competitiva y rompió el estigma de que las universidades privadas no se involucraban.

También señaló que entre los efectos que dejó el #YoSoy132 fue un movimiento en el Instituto Politécnico Nacional durante la dirección de Yoloxóchitl Bustamante.

“Pero el efecto más duradero es la cultura del debate; solidaridad con otros movimientos, como el de Ayotzinapa, diversificación de los medios de comunicación y presencia de más voces. Así como la generación de activistas, de personas en cargos públicos, en la sociedad civil. Así como en el cine y colectivos.

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Valentina González/ICM