Renovar su ética y responsabilidad durante crisis, reto de empresas: Rector
Renovar su mirada ética y su responsabilidad social empresarial es el reto que tienen las compañías en este contexto de crisis que ha significado la pandemia, dijo el Dr. Luis Arriaga Valenzuela S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a las y los asistentes al XI Encuentro de Egresados y Amigos de la Fundación Ibero Meneses (FIM) y la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana (ASEUIA).
Lo anterior significa preguntarse sobre los efectos que tendrán las decisiones que se tomen sobre el entorno en el que las empresas realizan su trabajo, y poner a las personas y sus vidas al centro, explicó el Doctor en la conferencia que brindó en este encuentro, intitulada Renovar la esperanza: una mirada jesuítica y de derechos de la ética empresarial.
Al poner sobre la mesa algunas reflexiones sobre la necesidad de renovar la dimensión y alcances de la ética y la responsabilidad empresarial, adoptando una perspectiva jesuítica y por tanto centrada en los derechos humanos, el Rector pidió a quienes le escucharon situarse en el contexto de crisis que ha significado la pandemia.
Una pandemia que, entre otras consecuencias, generó efectos negativos en la economía, por ejemplo: índices inflacionarios que no se tenían desde hace 20 años, guerras arancelarias, bajos niveles de inversión y una desaceleración económica que se acerca a la recesión. Esto, se ha visto reflejado en el crecimiento de los índices de desempleo y pobreza, y en la profundización de las brechas de desigualdad estructural.
Como el contexto no puede resultar ajeno al quehacer empresarial, mencionó el Rector -aludiendo a Manuel Castells-, preguntó a sus escuchas: “¿Cómo respondemos desde nuestras personas y desde las instituciones donde prestamos servicio?, ¿cuál tendría que ser el papel de las empresas, de las y los empresarios en este momento tan complejo?, ¿cómo se puede construir una ética empresarial desde la perspectiva de derechos con mirada jesuítica?”
Dichos cuestionamientos no demandan respuestas, sino que son problemas que exigen posturas -como aleccionó Gabriel Marcel-. Es así que el Padre Luis invitó a las y los concurrentes al encuentro “pensar en su propio bagaje experiencial, como empresarios y empresarias que pueden encontrar las claves para enfrentar a los retos que plantea el contexto presente”.
Y es que, en momentos de crisis, que son también de oportunidades, las empresas responden innovando, por ejemplo, al acelerar el comercio digital en este contexto de la pandemia. Sin embargo, alertó que en no pocas ocasiones las decisiones tomadas para hacer esas innovaciones tienen como eje central la maximización de las ganancias y no necesariamente consideran los efectos que tendrán sobre las personas y el medio ambiente en el que operan.
Convencido de que la tradición jesuítica tiene mucho que aportar, recordó que Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús -a la cual se encuentra confiada la IBERO-, asignó una relevancia central al discernimiento; esto es, a la constante revisión de la interioridad y elecciones personales, “lo que puede ayudar, sin duda, a esta renovación de la mirada ética y de la responsabilidad social empresarial a la que nos llama nuestro entorno”.
Para profundizar en esta cuestión, comentó que si al hablar de ética y responsabilidad social empresarial se hace referencia a las políticas y acciones de las empresas que promueven el bienestar humano y el bien común, cabe preguntarse: ¿en este contexto de crisis cómo podemos tomar decisiones al interior de las empresas que sumen a la construcción de un mundo más justo?
En el corazón de Silicon Valley, los jesuitas y académicos de la Universidad de Santa Clara -con la que la IBERO tiene un acuerdo de colaboración- han intentado responder esa pregunta “desde una perspectiva jesuítica que me gustaría proponerles”.
Frente a la necesidad de innovar, los jesuitas que trabajan en Santa Clara, “en el centro neurálgico del cambio tecnológico”, proponen avanzar y tomar decisiones de manera cuidadosa y con una perspectiva integral que ponga en el centro a las personas, y el discernimiento como un eje que vaya articulando sus decisiones. Esto implica hacerse dos preguntas antes de tomar acción: ¿Las decisiones e innovaciones nos van a acercar a ser las empresas que queremos ser?, ¿Este cambio nos conducirá a un bien mayor?
“Al hacernos esas preguntas, e intentar responderlas, debemos evitar la tentación de poner únicamente nuestros intereses económicos o políticos y más bien, traer al centro de nuestro discernimiento a las personas. Especialmente a aquellas que están en situaciones de vulnerabilidad, empobrecimiento, cuyos derechos humanos no están garantizados”. Esto, no tendría que oponerse a la necesidad de mantener la salud económica y financiera de los negocios.
Arriaga Valenzuela abundó que la responsabilidad social de las empresas es una perspectiva que debe impregnar todo el quehacer empresarial: hacia adentro de las empresas, en términos de las relaciones humanas que se construyen en su seno, y hacia afuera de las empresas, en términos de los impactos que generan en la sociedad y en el medio ambiente. “Una cuestión que, además de listas de políticas e indicadores, supone desarrollar el hábito del discernimiento permanente”.
Agregó que cualquier formulación contemporánea sobre la ética empresarial debe incorporar los recientes desarrollos de los derechos humanos, como los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos -adoptados desde 2011-, que reivindican tres componentes esenciales:
- El deber del Estado de PROTEGER a la población de los efectos adversos que puedan producir las empresas.
- La responsabilidad de las empresas, sea cual sea su tamaño, su sector o el país, de RESPETAR los derechos humanos y de no producir impactos negativos en las poblaciones.
- El ACCESO EFECTIVO al remedio para las víctimas de eventuales violaciones de los derechos humanos; es decir, la existencia de protección judicial.
“Les animo a considerar este marco en la operación de sus empresas, que en la actualidad es un referente ineludible para los negocios que pretenden transitar a esquemas de pleno respeto a la dignidad humana. En suma: les propongo desarrollar una mirada radical e innovadora, que sea capaz de construir proyectos de esperanza, proyectos de esperanza y de reconciliación en tiempos de crisis”.
Esa mirada exige pausas, “abrirnos a la mirada de otros, cuestionar nuestros puntos ciegos, ponderar los efectos de nuestras decisiones y elegir con cuidado; esto es discernir. Esa es la mirada jesuítica y con perspectiva de derechos de la ética y la responsabilidad empresarial”.
XI Encuentro de Egresados y Amigos FIM y ASEUIA
El Dr. Luis Arriaga Valenzuela S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, agradeció al Lic. Víctor Gavito y Marco, presidente del Consejo Directivo de la Fundación Ibero Meneses, y a todos los miembros de ésta, el trabajo que han hecho desde sus orígenes. Sus esfuerzos son, sin duda, un reflejo del modelo de personas que la IBERO quiere formar.
También les dio las gracias por invitarle a dar su conferencia, cuya exposición espera que sea el inicio de un diálogo constante de cara a construir estrategias novedosas y pertinentes para encarar los retos de la sociedad.
El XI Encuentro de Egresados y Amigos de la Fundación Ibero Meneses (FIM) y la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana (ASEUIA), celebrado en la Hacienda de los Morales, se distinguió con la presencia, además del Dr. Arriaga y del Lic. Gavito, con la asistencia de la Mtra. Guadalupe Saavedra Ortega, directora general de la FIM; la Lic. María de la Concepción Gavito Baranda, vocal del Consejo Directivo de la FIM; y el Mtro. Héctor Hugo Rojas Hormigo, presidente de la ASEUIA.
También acudieron dos expresidentes de la ASEUIA, cinco exdirectores del Departamento de Estudios Empresariales de la IBERO, diversos egresados de la Universidad comprometidos con múltiples fundaciones, creadores de distinciones que entrega la Iberoamericana -como el Reconocimiento Agustín Reyes Ponce y el Premio Xavier Scheifler-, ejecutivos prominentes y personas que han destacado como promotores del bien común y que apoyan programas de la Fundación.
Previo a la presentación del Rector Arriaga, el Lic. Gavito mencionó que las y los congregados en el Encuentro fueron convocados por sus amigos de la Universidad, y por su amigos jesuitas -como José Sánchez Villaseñor, Xavier Scheifler, Ernesto Meneses, entre otros- , “los que nos crearon, los que nos dieron la identidad universitaria, los que nos propusieron que lográramos las metas que persigue la Universidad… que sirviéramos a la sociedad, que hiciéramos el mejor esfuerzo y que lo que buscábamos como objetivo final era lograr la transformación positiva de la sociedad y la comunidad a la cual pertenecemos. Esa identidad está aquí”.
Texto: PEDRO RENDÓN/ICM
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