Servicio Social Ibero: 50 años de auténtico impacto social
Por: Dr. José Antonio Farías Hernández, académico de la Coordinación General de Formación y Acción Social
De fines del siglo XIX a los años treinta del siglo XX los jesuitas resistieron a las ideas antirreligiosas del gobierno y su oposición a la educación superior impartida por la Iglesia. En 1930 se funda la Unión de Estudiantes Católicos (UNEC), en cuyo brazo llamado Centros de Estudio se reflexionaba la doctrina social de la Iglesia Católica.
Cuando dicha oposición se suaviza, la opción de los jesuitas por la universidad se materializa con la creación en 1943 del Centro Cultural Universitario, momento fundacional de nuestra IBERO. En el CCU, por vía de la extensión universitaria, había acciones de alfabetización, enseñanza de oficios y actividades culturales. Por ejemplo, Arquitectura daba cursos a maestros de albañilería; se llevaban obras de teatro a sectores de la clase trabajadora; y, se realizaban acciones de ayuda a campesinos de la zona de Barranca del Muerto. También existían los sábados sociales. El P. José Hernández Chávez fue el gran impulsor de estas experiencias.
En 1953, ya con una sociedad abierta a las universidades católicas, se cambia el cauteloso nombre de Centro Cultural Universitario por el de Universidad Iberoamericana. Ésta se concentra en su oferta educativa y en la búsqueda de un campus unificador de su vida universitaria, dejando un poco de lado la lucha contra las estructuras sociales de la injusticia. Esta “omisión bienintencionada de la justicia social” hace que el P. Pedro Arrupe, General de la Compañía de Jesús, haga un dramático llamado a la justicia social no sólo a la Ibero sino a otras universidades de América Latina, so pena de cancelar la opción universitaria en la región.
En este contexto, con uso de su recién obtenida libertad académica para diseñar sus programas, la Ibero asienta en el servicio social (SS) gran parte del peso de la línea de acción trazada por el Padre Arrupe. Se plasma así en el Ideario (1968) la idea de un servicio social auténtico en bien de la comunidad, con la inédita resolución de integrarlo a los planes de estudio de todas las carreas: es el “gran paso curricular del servicio social Ibero”, el cual amalgama el esencial binomio jesuita acción-formación social.
Con la Fundación Cozumel en un Taller de Autoestima y Autoconcepto. |
En 1971 surge el Centro de Servicio y Promoción Social, polo generador inicial del modelo que hasta hoy define nuestra manera de asumir el SS. Antes de esto el de la Ibero era, conforme la ortodoxia de la época, burocrático; administrativo (exento de reflexión); y, dirigido a gobierno, entidades caritativas y la propia Ibero, sin discernir el valor social de las experiencias.
A grandes rasgos podemos identificar tres etapas en la evolución de nuestro modelo:
- La generación de proyectos propios en comunidades rurales y con movimientos urbanos, de la cual persisten hasta hoy bibliotecas, cajas de ahorro y cooperativas de consumo como las de Santa María Coaxusco.
- La vigente de intermediación profesional por el Tercer Sector, una vez que éste madura hasta cubrir toda la gama de problemáticas sociales. En nuestro caso, bajo una línea de alianza no asistencialista. También se vinculan gobierno, organismos internacionales y otros actores sociales, esta vez bajo un discernimiento que propicie verdaderas experiencias de inmersión por la justicia social.
- Finalmente, bajo los nuevos planes de estudio Manresa, con este mismo modelo intermediado, el SS se asume como parte culminante de una trayectoria académica que comienza desde el primer semestre, se fortalece con materias de inmersión a mediados de la carrera, y ya con un alumnado sensible a lo social culmina con el SS a partir del séptimo semestre.
En toda esta trayectoria la Ibero aportó a México procesos de incidencia y pedagógicos inéditos, los cuales constituyen un gran salto de calidad en cómo asumir esta noble política pública: el proyecto de servicio social; el Taller de Servicio Social; el asesor/ asesora de SS en la universidad (cuerpo docente especializado); y, el coformador/ coformadora de SS en la institución (aprendizaje-servicio situado).
Este es, pues, otro de nuestros grandes diferenciadores: el modelo de Servicio Social IBERO.
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