Sin crecimiento económico en México, mínimas posibilidades de movilidad social

Vie, 26 Feb 2016
• Académica de la Ibero señala algunos de los grandes problemas del contexto actual del país
• La universidad es un sujeto activo de la realidad, destacó el Rector Fernández Dávalos
• En la Ibero reflexionan qué papel puede desempeñar en la construcción de una sociedad más próspera, justa y democrática
  • Dra. Helena Varela, directora de la División de Estudios Sociales de la IBERO
  • Compartieron su visión del contexto nacional e internacional
  • Los alumnos fueron parte sustantiva del taller
  • Exalumnos también acudieron a Trazando el rumbo
  • Entablaron una discusión crítica sobre los problemas que nos aquejan
  • Compartieron sus propuestas para cambiar la realidad
  • Reflexionaron en torno a ocho temáticas principales
  • Académicos de asignatura se dieron cita al taller
  • Mtro. David Fernández Dávalos, Rector de la IBERO Ciudad de México

En un país sin crecimiento económico como México difícilmente podrá haber desarrollo, las posibilidades de movilidad social se vuelven mínimas y por tanto son elevadas las probabilidades de que quien nace pobre muera en la pobreza, dijo la doctora Helena Varela Guinot, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante el taller Trazando el rumbo. Proceso de reflexión crítica de la realidad.

Con base en cifras, la directora de la División de Estudios Sociales afirmó que nuestro país es pobre, como demuestra que en promedio en los últimos 20 años se haya tenido un bajo crecimiento económico, de 1.2 por ciento anual per cápita, y que 53.3 millones de mexicanos vivan en situación de pobreza.

Pero además México es una nación completamente desigual, donde la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen es una de las más grandes en el mundo. Por ejemplo, uno por ciento de las familias más ricas del país (poco más de 290 mil) tuvieron en el año 2010 un ingreso mensual que fue 47 veces mayor que 10 por ciento de la población más pobre.

México es también un país corrupto (según el índice de Percepción de Corrupción de 2014 se ubicó en el lugar 103 de 175 países), donde prevalecen la impunidad e injusticia, pues por cada cien delitos 98 quedan impunes, un incentivo para seguir infringiendo la ley. Es igualmente un país violento, donde se desaparece a personas, se violan los derechos humanos de los migrantes y se asesinan a mujeres y periodistas.

Por si fuera poco México es un país excluyente. De acuerdo con una encuesta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) citada por la politóloga Varela Guinot, 44 por ciento de los mexicanos no permitiría que en su casa vivieran homosexuales, 36 por ciento no admitiría a alguien con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y 26 por ciento no estaría dispuesto a cohabitar con sujetos con ideas políticas, cultura, raza o religión distintas a las suyas.

Otros datos de la realidad señalan que en México hay 30 millones de analfabetas, y de ciento por ciento de estudiantes que ingresaron a primaria sólo 1.5 por ciento cursa un posgrado.

La docente alertó que el ingreso no garantiza una calidad en la educación, y por tanto no hay que quedarse únicamente con las cifras, sino preguntarse, ante estas cifras, qué es lo que podemos hacer como universidad. Existe la necesidad de repensaros en nuestro quehacer universitario y buscar la manera para que logremos transformar esa realidad en la que se ubica la universidad.

No obstante este panorama, la académica de la Iberoamericana indicó que los miembros de esta comunidad educativa que han participado en el taller Trazando el rumbo no dejan de pensar que en México existe esperanza.

Y recordó que el objetivo de este taller de reflexión crítica es generar aportaciones individuales y colectivas con propuestas de solución a los problemas más acuciantes en ocho áreas temáticas fundamentales: economía, justicia y derechos humanos, educación, innovación y tecnología, política, sociedad, cultura y medio ambiente.

En esta quinta sesión de Trazando el rumbo, en la que por primera vez participaron alumnos, exalumnos y académicos de asignatura, también estuvo el Rector David Fernández Dávalos, S.J., quien reconoció que las universidades están determinadas por su contexto, pero también son sujetos activos de la realidad y la modifican.

“El saber universitario, el conocimiento en general, tiene que aportar para ir generando una realidad mejor, más humana, más fraterna, más productiva, más feliz, como dice nuestra Misión en la universidad”, dijo el padre Fernández Dávalos.

“De la misma manera está la idea de que en el centro de nuestras disciplinas, en el centro de nuestra tarea académica, se tiene que poner la realidad del país y la realidad internacional, y no tanto la disciplina por sí misma. Nosotros en la universidad queremos cultivar la realidad nacional en su contexto internacional, y no tanto las disciplinas o los conocimientos en sí mismos. Esto es lo que justifica la existencia de nuestra universidad”, agregó el maestro.

A partir de este análisis de la realidad las autoridades académicas y administrativas fijarán metas con el fin de elaborar la planeación estratégica a 2030 de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, la cual entre otras cosas buscará ayudar a transformar las cosas y a contribuir a tener mejores condiciones de vida para el conjunto de la población, no nada más para unos pocos.

Para hacer llegar tus comentarios y propuestas de solución a los problemas de nuestra realidad ingresa al micrositio: trazandoelrumbo.ibero.mx Y si eres alumno, exalumno o académico de asignatura podrás participar en el siguiente taller, el martes 1 de marzo, de 16:00 a 18:00 horas, en el Auditorio José Sánchez Villaseñor.

Pedro Rendón

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