Sistema educativo, en el limbo, a un año de la detención de Elba Esther Gordillo: experto de la Ibero

Jue, 13 Feb 2014
Carlos Muñoz Izquierdo, Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2012, señala que el actual gobierno no aprendió las lecciones que dejó la malograda Alianza por la Calidad de la Educación
  • Doctor Honoris Causa e investigador de la Ibero

Al acercarse el 26 de febrero, fecha en la que se cumplirá un año desde el momento en que fue detenida la profesora Elba Esther Gordillo, “ex presidenta vitalicia” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el doctor Carlos Muñoz Izquierdo, catedrático Honoris Causa de la Universidad Iberoamericana, miembro del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (Inide), y Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2012, compartió una serie de reflexiones acerca de la actualidad educativa en México.
 

Empezaremos por recordar que esa decisión se tomó en un momento en el que se respiraba mucho optimismo en el país, pues un par de meses antes los principales partidos políticos del país habían suscrito el llamado Pacto por México, documento que contenía diversos compromisos políticos, que anunciaban una profunda reorientación del modelo de desarrollo del país.

Por esta razón, la detención de la profesora Gordillo parecía reflejar el propósito de combatir la rampante corrupción que ha invadido a los sindicatos que agrupan a los trabajadores del gobierno y sus diversas dependencias. Sin embargo, esto no ha ocurrido, como lo muestra el que hasta ahora no hayan sido siquiera amenazados los dirigentes de otros sindicatos (como el de Pemex) que han demostrado tener altísimos niveles de consumo, que son totalmente incompatibles con los ingresos que ellos podrían percibir por medios honestos.

Así pues, el encarcelamiento de Elba Esther persiguió otros fines. Esa decisión se tomó cuando la profesora se dirigía a la ciudad de Guadalajara, en donde se celebraría un congreso nacional del SNTE, en el que se pretendía incubar un movimiento encaminado a poner en jaque la implementación de la reforma educativa arriba mencionada. Esa reforma, como sabemos, alteraría radicalmente las condiciones laborales de los trabajadores de la educación, al introducir –entre otras cosas– la evaluación universal de los docentes. De los resultados de ella dependería el que los maestros siguieran desempeñando sus funciones habituales.

Ciertamente, el encarcelamiento de la profesora sirvió para impedir que las secciones del SNTE que ella controlaba (las cuales, sin duda, eran las que tenían un mayor número de afiliados) se opusieran a la implementación de tal reforma.

Lo que no se logró, empero, fue impedir que las secciones sindicales que no son controladas por la cúpula del propio SNTE (las cuales integran la llamada Coordinadora Nacional  de los Trabajadores de la Educación, CNTE) estuvieran de acuerdo con la reforma citada. Ello ha dado lugar a una constante  (en ocasiones violenta y a todas luces estéril) confrontación de esas secciones sindicales con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y con el Gobierno del Distrito Federal (GDF).

El gobierno, por su parte, ha seguido avanzando hacia la implementación de la reforma que ya ha sido plasmada en el artículo 3º constitucional. Entre otras cosas, se ha creado un Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que goza de autonomía institucional, y se han iniciado varios foros que, según se ha dicho, persiguen la finalidad de recoger sugerencias para el diseño de un "nuevo modelo educativo". 

La SEP también decidió suspender, por este año, la aplicación en todas las escuelas del país de la prueba Enlace, con base en el argumento de que ese instrumento era poco útil porque su aplicación se había llevado a cabo sin tomar las medidas necesarias para asegurar la confiabilidad de sus resultados (llama la atención que se haya tomado esa importante decisión en lugar de corregir los errores a los que se ha atribuido la deficiente confiabilidad de la prueba mencionada).

De lo dicho se desprende que, a partir de la detención de la profesora, el sistema educativo se ha encontrado en una especie de limbo (que muy probablemente era inevitable). El INEE está trabajando en el diseño de una nueva prueba Enlace, que se podrá aplicar por primera vez el año próximo. La SEP está consultando (al menos formalmente) a quienes deseen expresar su opinión sobre las características que debería reunir el "nuevo modelo educativo", que difícilmente se podrá empezar a aplicar en el siguiente año lectivo.

Por tanto, las escuelas en las que se imparte la educación básica, media superior y normal siguen implementando los planes y programas de estudio que fueron diseñados durante el sexenio que terminó en el año de 2012; y hasta donde se sabe, la dependencia de la SEP que administrará el funcionamiento del servicio profesional docente, después de haber suspendido el programa de carrera magisterial, no ha propuesto  los procedimientos que determinarán la asignación de los incentivos a los docentes, etc.

Finalmente, la disidencia de la CNTE (que, ciertamente, no habría podido ser evitada, aún en caso de que la profesora Gordillo no hubiera sido encarcelada) revela que el gobierno no aprendió las lecciones que dejó la malograda Alianza por la Calidad de la Educación, acuerdo suscrito en el sexenio pasado por la profesora y el entonces presidente Felipe Calderón.

En efecto, como se recordará, todas las medidas –previstas en ese acuerdo– que estaban encaminadas a alterar las condiciones laborales de los docentes fueron bloqueadas por la disidencia magisterial. Ello se debió, evidentemente, a que el gobierno no llevó a cabo las negociaciones que eran necesarias para evitar ese conflicto.

Por esta razón, podemos afirmar que ahora estamos asistiendo a una reedición de la alianza aludida. El gobierno pasó por alto, por un lado, que no todas las secciones del SNTE están controladas por la cúpula de ese sindicato (en donde, hasta el momento de su encarcelamiento, se encontraba la profesora Gordillo). Por otro lado, no concedió ninguna importancia a la posibilidad de que la reforma desencadenara la disidencia similar a la que ya se había manifestado en el sexenio pasado.

A estos dos errores de tacto político podemos atribuir el comportamiento de la CNTE, sin que ahora podamos predecir el desenlace que tendrá la situación que se ha generado como consecuencia del mismo.

JTGI/ ah

 

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