A unos días de que llegue el primer periodo de descanso largo del año, las maletas se empiezan a poner al punto, la playa ya se huele, la visita a los padres se ve muy cerca, un paseo sobre pueblos mágicos y coloniales está a la vuelta de la esquina. Tal vez, sea demasiado tarde, pero ojalá se haya hecho la planeación con anticipación de esta semana que para muchos será muy corta y para otros de un placentero descanso, tradiciones y nuevas experiencias. Seguramente, todos vivirán algo especial. Entre más planeación, más ahorro; eso sí es un hecho.

Las vacaciones implican una serie de planes que van desde aspectos personales, familiares, sociales y, claro está, financieros. Los días de descanso no se deben convertir en una cuesta económica más durante el año; el cuerpo y la mente pide aprovecharlas al máximo.

El primer paso es lograr una desconexión total de las actividades y obligaciones del día a día, ya sea escuela, trabajo, emprendimiento, clientes y proveedores: todo estará ahí al regreso. La Semana Santa es el momento perfecto para apagar la computadora y el celular, y cerrar las redes sociales y convivir con la familia y amigos.

Para lograr un cambio de humor es recomendable combinar un buen libro, hacer un poco de ejercicio y disfrutar de la naturaleza, tres elementos que seguro son un bálsamo para el cuerpo y la mente. Otra opción es mezclar una caminata sin destino fijo, una buena película o una obra de teatro, las ciudades quedan con poca gente, disminuye el tráfico y se pueden disfrutar a plenitud.

Un rato de quehaceres domésticos y solucionar algunos deterioros del hogar mejoran también el estado ánimo y de convivencia entre la familia, una actividad que poco nos gusta hacer. Con algo de creatividad se puede hacer entretenida y beneficiosa para todos.

La planeación financiera es la principal herramienta para gozar de unos días de descanso, la piedra angular se llama presupuesto. Esto significa destinar ingresos a gastos realistas, lo más importante es no comprometer el futuro cercano, más si consideramos que estamos en un periodo de incertidumbre económica. La trinidad de nuestro plan debe fundamentarse en: qué tipo de transporte se va utilizar, el tipo de actividades que se realizarán en el periodo vacacional y el realizar comparativo de precios.

Si el destino seleccionado es fuera de nuestro país, el tipo de cambio es algo que se debe considerar. El presupuesto debe considerar la volatilidad del peso y el pago de comisiones por uso de tarjetas de crédito, débito o cajeros automáticos.

La estabilidad financiera y el evitar un endeudamiento excesivo es la dualidad que permitirá tranquilidad, diversión y grandes recuerdos de los días de descanso. Existen ciertas acciones que se pueden realizar para generar ahorros que seguramente el bolsillo agradecerá.

Tips de ahorro:

1. Contactar amigos o familiares en nuestro lugar de destino. Esto generará ahorros en hospedaje y evitar la pérdida de tiempo para recorrer lugares emblemáticos y populares de la región; el reencuentro con personas queridas también enriquece los días de placer.

2. Considerando los precios de gasolina, es conveniente compartir con los amigos este gasto o tal vez se encuentren mejores oportunidades para viajar en camión o tren, lo que permite conocer lugares que en viajes prepagados jamás se conocerían. La aventura a veces es un condimento del viaje.

3. Para reducir los gastos, pasear por lugares que generalmente no se visitan en la ciudad de origen o conocer lugares cercanos con menor cantidad de turistas es una opción para disfrutar con la familia y los amigos. Convertirte en turista en tu ciudad enriquece nuestro conocimiento. Realizar pequeños viajes de ida y vuelta en el mismo día elimina el gasto de hotel y favorece el ahorro de manera directa. El nivel de diversión está en uno, así que nos podemos sorprender con las actividades, sitios y costumbres de la ciudad de residencia.

4. Aprovechar la información que se encuentran en sitios de internet sobre actividades gratuitas o de bajo costo, ya sea en el lugar de residencia o a la región a la que se visite, favorece la posibilidad de realizar más con menos; la pena debe quedar a un lado: aprovechar descuentos en restaurantes o recreaciones se convierte en un alivio y limita el gasto excesivo.

5. Saber comprar recuerdos de los lugares que visitamos beneficia directamente al ahorro. Debemos vitar tiendas donde el cliente principal es el turista, pues el precio seguramente es más alto, más si el mercado se centra en los extranjeros.

6. Las finanzas personales se benefician de la compra con antelación de paquetes que incluyan hospedaje y alimentación, dos de los principales gastos de cualquier viaje. Las opciones todo incluido o dejar la comodidad en casa -pensar que el hotel sólo servirá para pasar la noche- puede hacernos gastar menos y disfrutar más. Comparar precios de distintos hoteles en sitios especializados o seleccionar la opción de renta por días de una casa o departamento seguro harán que el gasto sea menor. De igual forma, sin pasar hambre, evitar lugares exclusivos o, en todo caso, preparar algunos alimentos para que el dinero rinda más.

7. Aprovechar las promociones que generan los programas de viajero frecuente, el revisar el uso de los kilómetros o puntos generados durante cierto periodo es una oportunidad de gastar menos. Para evitar malos momentos, se debe considerar el tiempo de aplicación y condiciones: las letras chiquitas son importantes.

8. Si el viaje es por avión, realizar vuelos con escalas reduce el costo e incrementa la posibilidad de conocer nuevos lugares. No llegar a los aeropuertos principales sino a ciudades vecinas también puede generar un ahorro atractivo que puede utilizarse en otras diversiones.

!!!Santa!!! Semana para descansar y disfrutar sin vaciar tu bolsillo.

*El Mtro. Abraham Vergara Contreras es coordinador Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.