“El Día de la Comunidad (Día C) tiene la finalidad de celebrar lo que somos, nuestro proyecto, lo que queremos ser y de unirnos e integrarnos como comunidad universitaria sin distingos, con inclusión, con relaciones cordiales y fraternas entre nosotros. Eso es lo que nos une, eso es lo que hoy celebramos”, expresó el Rector de la Universidad Iberoamericana, Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., durante la inauguración de esta jornada.

Integrantes de la Comunidad IBERO se dieron cita en la explanada principal para escuchar el discurso del Rector, quien recordó que el 7 de marzo de 1943 nació esta institución educativa. Cada año, para festejar esta fecha memorable, se organiza el Día C, cuya finalidad es refrendar los valores ignacianos, y pasar una jornada de diversión, talento, creatividad y conocimiento.

Como el tema de este año es #ViveLos90, se reprodujeron éxitos musicales de esa década. Para calentar el ambiente, se llevó a cabo una competencia entre dos botargas y una representante de la comunidad estudiantil, quienes tras bailar al ritmo de It’s My Life y de I like to Move It, fueron calificados por el público. La universitaria venció sin dudas: ni los pasos de la Vaquita de Alpura ni las sacudidas de Iñaki, nuestra mascota, fueron suficientes para derrotarla.

Tras concluir la primera actividad, cinco jóvenes hicieron “figuras” al estilo break dance, lo que levantó los ánimos de los espectadores que desde las escalinatas seguían las “suertes” de los bailarines. Para activar a los asistentes, se hizo un movimiento colectivo al estilo Payaso de Rodeo de Caballo Dorado.

En el terreno del esfuerzo físico, inscritos a la carrera del Día C se colocaron debajo de la pantalla principal para hacer un recorrido por las instalaciones de la IBERO, en la primera de las actividades deportivas de esta jornada festiva.

Dentro de los eventos inaugurales, y ya toda una tradición en la Iberoamericana, se partió un pastel para recordar que hace 74 años arrancó la historia de nuestra Universidad. Por ello, en este Día C compartimos la alegría de pertenecer a esta institución y el orgullo de ser IBERO.

No pudieron faltar los food trucks para degustar bocadillos de primera, y las actividades de destreza física y mental. Entre los stands colocados en la zona céntrica de la Universidad los asistentes disfrutaron de juegos de mesa como Mente rápida, Rayuela con causa, Ruleta de Género, Quiz a ojos cerrados, 100 literatos dijeron, Vamos al rave, que fueron propuestas de la comunidad IBERO para este día. Para los más extremos se habilitó un espacio en el Jardín de los Lobos para practicar gotcha; mientras que quienes gustan de mover el cuerpo participaron en concursos de baile. Hubo quienes prefirieron los juegos de mesa, sobre todo el Jenga a gran escala.

Plastilina Mosh, stand-up y lucha libre

Tras una divertida función doble de stand-up, la comunidad universitaria se dio cita para el concurso de baile, en el que seis parejas se disputaron atractivos premios. Los ganadores de la tarde fueron Paulina Medina, alumna de la Licenciatura en Contaduría, y su pareja Fernando Alcalá, estudiante de Diseño y Comunicación Visual de la Universidad Insurgentes, mientras que el segundo lugar correspondió a Angélica Mondragón, de la Licenciatura en Economía, y David Ramírez, de Diseño Industrial, ambos de la IBERO.

Luego de tres años de ausencia en esta casa de estudios, la lucha libre regresó a la explanada central, con un "llaveo y contrallaveo” que puso el ambiente a ras de lona. En esta actividad se presentaron dos luchas, siendo la estelar protagonizada por Atlantis y Dragón Rojo Jr., quienes se enfrentaron a Último Guerrero y Felino en un emocionante combate.

Las bandas compuestas por alumnos de la IBERO, Alexis Lizardy y los Santos Pecadores y Ghetto’s Band, pusieron a mover la cabeza a la comunidad universitaria; mientras los puestos de comida y los food trucks no se daban abasto para cubrir la demanda de platillos.

Plastilina Mosh dio el cerrojazo al evento. Por más de una hora hizo brincar y corear a los asistentes los éxitos que marcaron los años 90.

Al final, las expectativas se cumplieron en el Día C, una fiesta más que nos reivindica como universitarios, que nos recuerda la responsabilidad que tenemos con la comunidad y el orgullo de ser IBERO.

Ivan Cabrera