Vecinos del Corredor Camino Real a Toluca, Camino a Santa Fe y Vasco de Quiroga, se oponen a la construcción y paso de una obra como la del tren interurbano México-Toluca y el Viaducto Elevado, con el cual se verían muy afectados.

Así lo dieron a conocer en un documento que entregaron durante la realización del Foro "Tren interurbano México Toluca. Análisis del impacto, problemáticas de movilidad y las posibles alternativas", organizado por la Universidad Iberoamericana, Casa Meneses y la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Los firmantes del texto, Integrantes de Comunidades Unidas para un Santa Fe con Mejores Condiciones de Vida, señalaron que se oponen a la construcción y paso del tren y el viaducto sobre el Camino Real a Toluca, Camino a Santa Fe y Av. Vasco de Quiroga, porque no existe un estudio real del impacto social que la obra provocaría, al generar: dificultad para entrar y salir de las colonias que colindan y tienen su acceso por el corredor referido; daño a la infraestructura urbana de agua potable, drenaje, teléfono, líneas de suministro eléctrico, pavimento y banquetas.

Baja en ventas y prestación de servicios de los negocios y establecimientos ubicados sobre la zona de obra, con la muy alta probabilidad de despido de personal por falta de ingresos; riesgo de atención de emergencias (médicas, incendios, choques, etcétera) por la dificultad de acceder a una avenida en obra con maquinaria y materiales; riesgo al libre tránsito de la comunidad desde sus viviendas y hacia sus centros de trabajo, de abasto, escuelas, etcétera; riesgo de accidentes por tener excavaciones para el desplante de las estructuras soporte.

Riesgo de accidentes durante las maniobras de montaje de elementos estructurales en una avenida sin espacio para maniobrar; riesgo de afectación a inmuebles por el traslado de elementos estructurales o por las perforaciones para cimentación en una zona minada; cierre de avenida por trabajos nocturnos mayores; afectaciones a la salud por generación de polvo, ruido, humo y desechos de obra, además de evitar asoleamiento de todo el lado norte del corredor afectado; afectación en la baja del valor de las propiedades que se ubiquen sobre la avenida afectada.

Dificultad para incorporarse a la avenida afectada procediendo de las calles secundarias perpendiculares; dificultad para el suministro de insumos y servicios tales como gas, abasto y recolección de basura; rompimiento del tejido social al poner una barrera física desproporcionada y fuera de escala para las condiciones físicas de la avenida; y una tragedia urbana de consecuencias inimaginables y de manera casi perpetua.

Con base en lo anterior, la comunidad exige a las autoridades: respeto a su comunidad al no ejecutar la obra en cuestión; atender de manera directa las causas reales que han provocado el problema de movilidad; informar oportunamente, de manera transparente y abierta, los resultados, acciones y decisiones que pretendan tomar sobre la planeación, ordenamiento y diseño de la ciudad, antes de su ejecución.

Gobernar de manera humanista y democrática con miras a un mejor futuro para las generaciones posteriores; atender, estudiar y evaluar las propuestas que presentan oportunamente (las comunidades de Santa Fe); llevar a cabo acciones efectivas que mitiguen a corto, mediano y largo plazo, y en un momento dado eliminen los factores de la problemática actual de la ciudad, en todos los aspectos.

Por su parte la comunidad ofrece, para atender el problema de movilidad: no uso al Corredor Camino Real a Toluca, Camino a Santa Fe y Vasco de Quiroga como estacionamiento fijo en los horarios pico (de 6:30 a 10:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas); evitar el suministro de insumos o productos de consumo a los diversos establecimientos y comercios que están sobre el corredor en referencia en el horario mencionado; reducir el uso del automóvil de manera local e individual para desplazarse dentro de su comunidad, por trabajo, consumo o diversión.

Evitar al máximo llevar en automóvil a sus hijos a las diferentes escuelas de la zona en horas pico; utilizar más el transporte público; mantener sus calles y avenidas limpias y en buen estado; establecer charlas y pláticas desde sus casas para evitar el grafiti en su comunidad; integrar y trabajar con los comités vecinales para respetar los acuerdos tomados, vigilando su cumplimiento, y en beneficio de la comunidad.

Estudiar conjuntamente la planeación de tiempos de recorrido y salidas de unidades del transporte público, aplicando y aumentando de ser necesario corridas directas desde la terminal Tacubaya hasta la zona de corporativos de Santa Fe, con la finalidad de desmotivar el uso del vehículo individual, y participar conjuntamente con su delegación para aumentar en lo posible áreas verdes en la demarcación, contribuyendo a su cuidado y mantenimiento.

Y a quienes transiten por su comunidad les exigen: respeto a las medidas a realizar; respeto al peatón; contribuir al cumplimiento de las medidas por poner en marcha una vez realizadas, y evitar circular por calles paralelas a las principales, o principal si es necesario.

Al final del texto exponen que la sociedad demanda un gobierno incluyente en todo sentido, y que en manos de los gobernantes y funcionarios (federales y locales) está ser parte de ese gobierno del cambio real, en la manera de resolver y llevar el mando de una localidad, estado y país.

Asimismo consideran preferible esperar un tiempo razonable en la aplicación de acciones efectivas y duraderas, que caer en “soluciones ineficaces”. Y si bien son conscientes de que existen promesas de campaña por cumplir, no las quieren a costa del deterioro de su patrimonio, su comunidad, nuestra ciudad, nuestro país y, sobre todo, sin un fundamento real que represente una mejor calidad de vida para los habitantes.

PRL/ ah