En una realidad donde todas y todos estamos sumergidos de manera alarmante en lo que se ha denominado Cultura de la Violencia, es necesario encontrar nuevos métodos para poder combatirla o por lo menos disminuirla, ya que no se trata de tolerarla o acostumbrarnos a ella, pues eso provocaría un ciclo de odio del cual ya la mayoría de la población está harta, así lo considera la Dra. Cecilia Avenatti de Palumbo, Directora del Seminario Interdisciplinario Permanente de Literatura, Estética y Teología, quien fue invitada por el Departamento de Ciencias Religiosas de la IBERO, para ofrecer la Conferencia Magistral: La hospitalidad frente a la cultura de la violencia.

Interrogantes como ¿Ser hospitalarios podría mermar la agresión de otras personas? ¿La sociedad está condenada a repetir los patrones violentos que se le han establecido? ¿Por qué la ciudadanía ya no quiere más discursos de paz?, fueron respondidas por la especialista durante el evento. 

La también académica de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Católica Argentina señaló que, si bien la historia de la humanidad siempre ha estado envuelta en conflicto y discordia, esto no significa que debamos tolerarla o no hacer nada para disminuirla. De acuerdo con Cecilia Avenatti, la hospitalidad no es ser amable o cortés con los demás, si no conocernos a nosotros mismos para saber nuestros límites y actitudes que tomaremos ante las diferentes situaciones de violencia que podríamos vivir.

“El proceso empieza con hospedarse a sí mismo, en donde uno descubre que se puede hospedar desde la mirada del otro, porque es el otro el que te ofrece la mirada para poder hospedar el mal. Ser hospitalario es ser fiel con uno mismo, es un modo de encontrar una salida al laberinto de violencia en el que estamos”, señaló.

Respecto a la falta de credibilidad que tiene la sociedad frente a los discursos de paz, la académica expuso que esto es una reacción de la población ante la falta de acciones por parte de las autoridades. Añadió que es entendible que las personas, ante tanta guerra y conflicto, ya no reaccionen de manera positiva ante las promesas de paz.

“No queremos escuchar más discursos de paz y esto es una señal. Yo diría que lejos de ver esto como algo negativo es algo muy positivo, ya que nos obliga a buscar nuevas formas de construir la paz que necesitamos”. Reconoció que en este punto las personas pueden optar por caminos más violentos que continúen el ciclo de odio, o que busquen formas sanas de aliviar su terror.

¿Se puede aspirar a una paz total en el mundo?

Ante la interrogante de si todos los esfuerzos que se hacen por querer un mundo en paz no sirven, la Dra. Cecilia Avenatti de Palumbo admitió que la violencia siempre formará parte de nuestras vidas, lo importante es cómo reaccionamos ante esos hechos, por lo que reiteró la importancia que tiene que uno mismo esté bien y se conozca.

“La paz no es una quietud, un sosiego ni la ausencia de conflictos. La paz es un proceso individual en el cual todos debemos trabajar para poder reflejarlo al exterior. ¿Quién puede decir que en su familia hay paz total y que no existen los conflictos? Tienes que trabajar la hospitalidad en ti para poder después externarla en una fraternidad, porque si tú no trabajas lo tuyo, algo vas a alterar en los demás”.

Texto y foto: Alberto Elihú Cortés Hernández

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