Opinión | Guerra Israel e Irán: La Paz que se Busca Mediante Fuerza es Siempre Incierta

Jue, 26 Jun 2025
La Dra. Laura Zamudio señala que con el armisticio, Trump cree demostrar que el uso de la fuerza militar -utilizada de manera quirúrgica y limitada-, garantiza el triunfo
Por: 
Dra. Laura Zamudio, académica del Departamento de Estudios Internacionales

Tras doce días de guerra abierta entre Israel e Irán, en la que Estados Unidos también participó de manera directa, Donald Trump anunció, por la tarde del lunes 23 de junio, que había pactado un cese al fuego entre las partes, poniendo punto final a un conflicto que mantuvo al mundo en vilo y, acto seguido, sentó las bases para alcanzar una paz firme y duradera en la región. Con el armisticio, Trump cree demostrar que el uso de la fuerza militar -utilizada de manera quirúrgica y limitada-, garantiza el triunfo, tanto en el ámbito militar como en el diplomático.

Sin embargo, como sucedió en Vietnam y como han reconocido los propios estrategas militares norteamericanos, ganar todas las batallas, no lleva a ganar la guerra, o alcanzar sus objetivos políticos. En el caso de Vietnam, el ejército norteamericano nunca logró destruir la voluntad de lucha de la guerrilla del Viet Cong, e Israel tampoco ha logrado, ni siquiera con la guerra de los seis días que a todas luces significó un gran triunfo militar, resolver el problema palestino.

La ahora llamada guerra de doce días comenzó el 13 de junio con el ataque sorpresivo, ilegal (en términos de derecho internacional) y aparentemente unilateral de Israel sobre las defensas antiaéreas de Irán, sus altos mandos militares, sus cuadros de expertos nucleares y sus plantas de enriquecimiento de uranio (las ya famosas plantas de Fordo, Natanz e Isfahán). El discurso en estos momentos es que esta guerra concluyó el pasado fin de semana con una operación aeronaval de los Estados Unidos (igualmente cuestionable en su legalidad, tanto en derecho internacional como por las propias leyes de EU), en la que se lanzaron oficialmente 14 bombas antibúnker y 30 misiles Tomahawk, con la intención de destruir completamente las estructuras subterráneas en las que se desarrollaba y protegía el programa nuclear iraquí. El éxito de estas incursiones asegura Trump, llevó a que el régimen de los Ayatolás aceptara el armisticio y se abriese un auténtico proceso de negociación. En un momento difícil para el régimen iraní que es cada vez más impopular, y se muestra débil, aislado y humillado.

La historia está llena de momentos donde la retórica triunfalista de corto plazo termina siendo un nuevo problema. Clausewitz advertía sobre “la niebla de la guerra” (fog war), y solo hasta que se asienta, en realidad se pude comprender lo que ha pasado. Pero no nos equivoquemos, las “guerras TikTok”, aunque eficientes y contenidas, no necesariamente resuelven las tensiones políticas de fondo, ni los agravios históricos; no generan condiciones de confianza y no ofrecen estructuras para una paz de largo plazo.  Negociar con Irán un acuerdo de máximos, de absoluta restricción nuclear, no podrá sostenerse en el tiempo. Con todo y su debilidad, Trump no logró arrancarles una rendición incondicional y Netanyahu, no alcanzó a estirar los objetivos militares al punto de apostar por el cambio de régimen como objetivo estratégico.

El objetivo militar, entendido como la destrucción de la capacidad militar nuclear iraní, no se traduce de inmediato en un éxito político. Y, de hecho, ello mismo ya se está dibujando. Un informe recientemente filtrado por la Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos afirma que el ataque militar solamente retrasó el programa nuclear iraní por algunos meses, volviendo la situación al punto de partida, con el agravante de haber convencido aún más al líder supremo, Alí Jamenei, de sentarse a la mesa de negociación para ganar tiempo y recomponerse.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica, advierte también que desconoce el paradero de los cerca de 500 kg de uranio enriquecido al 60% que podría haber sido removido de las instalaciones bombardeadas, de modo que el régimen iraní, no ha perdido todas sus cartas.  De no poner sobre la mesa un acuerdo razonable, que permita verificar y monitorear las capacidades nucleares iraníes en un ambiente de confianza (sumamente difícil de construir dadas las tensiones en la región), la situación de mediano plazo seguirá siendo conflictiva y propiciará nuevos reacomodos de la ingente cantidad de actores que intervienen en esta situación desde hace mucho tiempo.

Efectivamente, el punto clave de la negociación está en resolver el problema político: a saber, ¿cómo evitar que Irán reconstruya su arsenal balístico y su programa nuclear con el que amenaza la existencia de Israel? ¿cómo evitar que siga financiando milicias armadas terroristas como Hamás en Gaza, Hezbolá en Líbano, o los Hutíes en Yemen que generan inestabilidad política en toda la región? ¿cómo generar un equilibrio de poder que no tenga como precondición, la inestabilidad política y el estrangulamiento económico de Irán y la descentralización del mando militar que podría ocasionar un vacío de poder, o por el contrario, se imponga Israel como actor regional dominante que se auto adjudica el derecho a hacer un uso unilateral de la fuerza?

El triunfalismo de Trump y de Netanyahu sobre su campaña militar es tal que, parecen haber logrado un éxito irreversible. Pero se mantiene la tensión política entre Israel e Irán (y muchos otros actores) y se antoja muy difícil que acepten cualquier propuesta de uso limitado, vigilado o temporal de la energía nuclear, ni siquiera la propuesta que se manejaba antes de este conflicto, a favor de un consorcio regional, en el que participarían otros actores como Arabia Saudita y permitiría a Irán, beneficiarse del uso pacífico de la energía nuclear.

La guerra es la continuación de la política por otros medios. El objetivo político difícilmente se logrará sin enfrentar las graves contradicciones que los actos ilegales y el uso del terror siguen causando. Actos que han sido utilizados por prácticamente todos los involucrados en la región, con el consecuente sufrimiento de miles de personas inocentes, atrapados en medio de este largo e inacabable conflicto.

Notas de interés

 

 

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