A partir de que la Universidad Iberoamericana se sumó a la campaña Race to Zero, iniciativa de la Asociación Ambiental de Universidades (EAUC) de Reino Unido y Second Nature, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), trabaja en la elaboración de un Plan de Reducción y Eliminación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

En entrevista, Arturo Aguilar, responsable de Asunto Ambientales de Planta Física de la IBERO, platicó que esta casa de estudios, al sumarse a este proyecto, se compromete a diseñar, implementar y comunicar las medidas necesarias para reducir gradualmente las emisiones de CO₂ que generan todos sus procesos y en el mediano y largo plazo eliminarlas completamente.

Sobre el Plan, Aguilar platicó que se partirá de los inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero realizados por terceros, con base en análisis nacionales e internacionales realizados por unidades debidamente acreditadas en la materia. Asimismo, se mantendrán actualizadas las bases de datos a través de procesos internos de estimación de la huella de carbono, a partir de metodologías específicas para instituciones de educación superior.

El Plan de Reducción y Eliminación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero incluirá medidas de mejoramiento de la eficiencia energética del campus: desde las que implican la sustitución e instalación de equipos más eficientes, la medición y monitoreo de los consumos de energía, la modificación de rutinas y adecuación de programas de mantenimiento hasta las que tienen que ver con el comportamiento de los usuarios.

Al respecto, Aguilar comentó que será necesario modificar políticas de transporte, compras, eventos, manejo de residuos y los patrones de consumo de combustibles; y deberá cambiar el proceso de suministro de energía eléctrica a energías renovables. Habrá que involucrar en todos estos aspectos a cada una de las concesiones y proveedores. Además, será necesario buscar, evaluar e implantar las medidas que consigan ‘neutralizar’ las emisiones remanentes que no puedan ser eliminadas directamente de los procesos de la IBERO.

De acuerdo con el especialista, lo anterior debe ser reforzado mediante procesos que certifiquen la implementación de dichas medidas, como los que ya están en marcha: LEED Campus, LEED Operación y Mantenimiento, Distintivo UNAM, Programa de Auditoría Ambiental y Edificación Sustentable de la SEDEMA.

La estrategia a seguir en el caso de IBERO CDMX, dijo, será distinta a la de cualquier otra universidad, pues dependerá de sus procesos específicos, estructura organizacional y los tiempos reales de implementación de las adecuaciones y proyectos necesarios para ir mitigando sus emisiones.

El responsable de Asuntos Ambientales de Planta Física de la IBERO compartió que esta casa de estudios ya tiene una parte del trayecto recorrido en el tema de reducción de emisiones debido a una serie de medidas que históricamente ha implementado, a pesar de que surgieron con un enfoque distinto al de la reducción de gases de efecto invernadero.

Estas decisiones han ayudado enormemente a mitigar esta problemática y a que, en la actualidad, “una de las líneas de trabajo dentro de la Dirección General Administrativa y la Dirección de Planta Física está enfocada en la eficiencia energética del campus”, concluyó.

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Valentina González/ICM