#8M / Género y educación en México: las barreras que siempre han estado

Mié, 8 Mar 2023
El acceso de las niñas a una educación de calidad es un derecho humano, que no se limita solo a que asistan a la escuela pues existen condiciones estructurales que impiden esta meta
  • En el acceso a la educación persisten los prejuicios de género. (Foto: unwomen.org)

Por: Dra Carolina Armenta Hurtarte, coordinadora del Doctorado en Investigación Psicológica, y Mtra Miriam Sánchez Ángeles, estudiante del Doctorado en Estudios Críticos de Género.

De acuerdo con información del Banco Mundial[1] el acceso de las niñas a una educación de calidad es un derecho humano, que no se limita solo a que asistan a la escuela pues existen condiciones estructurales que impiden esta meta. Estimaciones de la UNESCO indican que al menos 129 millones de niñas no van a la escuela (32 millones a primaria y 97 millones a secundaria).

Podríamos pensar que la paridad en la matriculación es una medida objetiva de que esta meta se ha logrado. No obstante, las tasas de finalización de estos estudios nos contradicen sobre todo en los países con ingresos bajos (63% de niñas vs 67% de niños en primaria y 36% de niñas vs 44% de niños en secundaria, 21% de mujeres jóvenes vs 26% de hombres jóvenes en segundo ciclo de educación secundaria).

Esta supuesta paridad permanece incluso cuando se accede a la educación terciaria (estudios de licenciatura/pregrado) en donde parece favorecerse a las mujeres jóvenes. Sin embargo, esto no les trae mejores resultados laborales y de vida para ellas (la brecha laboral y la corresponsabilidad familiar siguen siendo temas pendientes). Algunos factores que persisten para que estas condiciones no sean las esperadas son:

  • Prejuicios de género
  • Empobrecimiento
  • Violencias
  • Matrimonio infantil
  • Pandemia

GÉNERO Y EDUCACIÓN SUPERIOR EN MÉXICO

Las Instituciones de Educación Superior en México son espacios que reproducen y materializan múltiples dinámicas sociales, muchas de ellas desfavorables. La idea inicial de que las universidades son lugares inclusivos y justos puede verse desvanecida al ver que la presencia de las mujeres se difumina en la mayoría de los espacios: la generización de las profesiones, generización de las instituciones, la incompatibilidad de la vida académica y la vida reproductiva, las violencias, el acoso y hostigamiento, la falta de mecanismos institucionales, el techo de cristal en puestos de tomas de decisiones, y otros; son solo unas de las áreas de oportunidad que podríamos mencionar.

En primer lugar, la ruta académica de análisis nos permite resaltar aquellas categorías centradas en la producción de conocimiento científico, de las que podemos destacar:

  • Formación de recursos humanos: análisis sobre la matrícula de hombres, mujeres e incluso personas de la diversidad por programa académico y por área de conocimiento.
  • Formación académica: personal académico especializado en feminismos, masculinidades y diversidades.
  • Docencia: existencia de asignaturas obligatorias con perspectiva de género, derechos humanos y diversidad como parte de las currícula. Actitudes del profesorado, pedagogías feministas y revisión de materiales de clase que eviten sesgos sexo/genéricos.
  • Investigación: producción de tesis, investigaciones y conocimiento sobre género; existencia de posgrados y estancias de producción de conocimiento desde este lugar de enunciación.

En segundo lugar, la ruta política se concentra en la transformación estructural de las relaciones de género, podemos subrayar las siguientes categorías:

  • Institucionalización y transversalización: normativa interna, estructuras que absorben las funciones de reglamentos, protocolos y otros; políticas institucionales para todos los sectores (personal administrativo/académico, comunidad estudiantil)
  • Desigualdades visibles e invisibles: estadísticas sobre el personal dentro de la institución, particularmente con una visión horizontal (distribución en los puestos) y vertical (salarios, lugares de toma de decisiones)
  • Principio de igualdad sustantiva: acceso a recursos financieros que den acceso a políticas nacionales e internacionales, trabajo en las resistencias institucionales/estructurales

Fomentar continuamente espacios académicos, estudiantiles y laborales que reflexiones sobre estas dinámicas es una actividad constante de las universidades; son justamente los grupos de personas jóvenes quienes están constantemente movilizándose y sumándose al activismo para transformar sus lugares de formación.

Existen múltiples investigaciones que sumadas a las movilizaciones estudiantiles siguen poniendo énfasis sen la importancia de atender este y otros temas consonantes al zeitgeist (espíritu de los tiempos). Para finalizar mencionaremos algunos datos interesantes para ejemplificar las rutas propuestas:

Sabias que:

  • México solo ha tenido ocho rectoras de universidades (públicas y privadas)[2]
  • En el Sistema Nacional de Investigación (SNI) las mujeres representan el 40.8% de personal[3]
  • En un análisis del 2022, se identificó que de los dos niveles más altos (2 y 3) los investigadores conjuntan un 27.3% mientras que las mujeres el 18.9%[4]
  • Sobre las carreras (STEM-Science, Technology, Engineering and Mathematics), solo 3 de cada 10 profesionistas de estas áreas son mujeres[5]
  • De acuerdo con la ENUT 2019 (Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo) cuando una mujer se casa pierde 7.3 horas diarias de tiempo libre, mientras que el hombre gana 2.9 horas diarias. Siendo su dedicación semanal promedio de 15.9 horas más que los hombres. [6]
  • El INEGI 2021 reporta que un 70.1% de las mujeres de 15 años o más han experimentado al menos un incidente de violencia en su vida, siendo la psicológica la de mayor prevalencia (51.6%)[7]
  • Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más han experimentado mayor violencia a lo largo de su vida son: Estado de México (78.7 %), Ciudad de México (76.2 %) y Querétaro (75.2 %).7
  • De acuerdo con del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los 12 meses del 2022 sumaron 3 mil 754 muertes de mujeres, de las cuales sólo 947 (es decir el 33.7%) se investigaron como presuntos feminicidios mientras que el resto se considera por homicidio doloso, es decir, 12 mujeres asesinadas al día.  [8]
     

 


[1] Banco Mundial. (10 de Febrero de 2021). Educación de las niñas. Banco Mundial: https://www.bancomundial.org/es/topic/girlseducation#1

[2] Pacheco, Lourdes (2019). ¿Por qué las mujeres no son rectoras en México? X Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, de la Asociación Latinoamericana de Ciencias Políticas (ALACIP). https://alacip.org/cong19/441-pacheco-19.pdf

[3] INMUJERES (2018). Boletín. Desigualdad en cifras: las mujeres en la ciencia. http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/BoletinN2_2018.pdf

[4] Contreras, Eduardo; Gil, Manuel y Altonar Ximena (2022). Las investigadoras en el Sistema Nacional de Investigadores: tan iguales y tan diferentes. Revista de la Educación Superior. Vol. 51 (2022) pp. 51-72. http://resu.anuies.mx/ojs/index.php/resu/article/view/2020/582

[6] Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2019). Encuesta Nacional sobre el uso del tiempo (ENUT) 2019. https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enut/2019/doc/enut_2019_presentacion_resultados.pdf

[7] Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021). INEGI. Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021. https://www.inegi.org.mx/tablerosestadisticos/vcmm/

 

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