#ANÁLISIS Después de la Guerra Fría (Parte I)

Jue, 14 Nov 2019
A 30 años de la caída del Muro de Berlín, internacionalista de la IBERO hace una remembranza de los hechos que han marcado las últimas tres décadas
  • (Foto: disfrutaberlin.com)
Por: 
Dr. Erasmo Zarazúa Juárez, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Para muchos, el fin de la Guerra Fría tiene una fecha específica, el 9 de noviembre de 1989, con la caída del Muro de Berlín, y, por ende, el fin de lo que Churchill denomino la Cortina de hierro. Celebremos este 2019 el 30 aniversario de estos acontecimientos históricos y hagamos una remembranza de los hechos que han marcado las últimas tres décadas. 

Berlín fue la división física mundial que existía entre el Este y el Oeste desde 1945, chocaron entre si el mundo occidental y oriental, precisamente ahí, tan directa y violentamente como en ningún otro lugar, donde un muro, construido como de la noche a la mañana, separó a las familias y a una nación, así como al mundo entero.

Cabe aclarar que no todo comenzó en Alemania y no todo fue Berlín. La “Cortina de hierro” comenzó a moverse desde meses antes, con la Unión Soviética que ya no dictaba todas las reglas, no tenía el control absoluto, y tras la ruptura de las alambradas de púas de la frontera con Hungría, 200 automóviles pasaron por la frontera de Austria con la República Federal de Alemania. Más de 20 mil alemanes, aprovechando sus vacaciones, emprendieron la huida hacia el mundo libre. Los alemanes del oeste acogieron con los brazos abiertos a sus compatriotas y les ayudaron en la medida de sus posibilidades; gimnasios, unidades habitables y albergues estudiantiles fueron acondicionados para darles alojamiento.

Sin la incondicional ayuda del pueblo húngaro no habría sido posible la huida. Tras prolongadas e infructuosas negociaciones con la República Democrática Alemana, Hungría decidió abrir sus fronteras con Austria. Los húngaros obraron de acuerdo con el artículo dos del tratado de la ONU que determina que "todo ser humano es libre de abandonar cualquier país, inclusive el suyo propio.”

Tres semanas más tarde llegaron más de siete mil alemanes en trenes especiales procedentes de Praga, el gobierno checoslovaco que no pudo olvidar los gritos de "Deutschland, Deutschland", accedió a la transportación de niños, mujeres y hombres en los llamados "trenes de la libertad." 

Miles de personas volvieron a buscar asilo en las embajadas, tres días después, otros 11 mil alemanes las habían ocupado. Todos ellos habían huido de la agobiante limitación de la libertad, decepcionados de que la Glasnost y la Perestroika no hayan tenido la menor repercusión sobre el régimen de la RDA.

Cuando las noticias decían que no habría más restricciones para viajar o trasladarse, los ciudadanos obedecieron al destino que decía “tomad cincel y martillo”, comenzaron a demoler el muro sin ningún tipo de interferencia por parte de oficiales del gobierno, que de igual forma ayudaron a cruzar a la anciana y dieron paso a que la ya abuela conociera a sus nietos y que el abrazo familiar fuese completo.

La fiesta se preparó de improviso, jóvenes con mochila al hombro golpeaban el muro como tocando a las puertas de un futuro mejor, la cerveza y la champaña eran servidas para que los Trabis que cruzaban por el antiguo punto de revisión, que llenos de familias, brindaban por la unión. 

En la oscuridad de la noche, frente a la puerta de Brandeburgo, maquinaria pesada comenzó a desmantelar el concreto, secciones completas eran arrancadas para que las manos de los gobiernos se saludaran, gritos, vivas y banderas, al igual que cantos y fuegos pirotécnicos eran vistos y escuchados por el mundo, a través de las cadenas de TV, que sorprendentemente trasmitían en vivo casi a nivel global, para la gente los tratados y demás cuestiones legales no eran nada, esto era todo, esto significaba que la Guerra Fría había muerto.

Aún no nos recuperábamos de las resacas en las fiestas del desarme entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, por la caída del Muro de Berlín, por las negociaciones y tratados entre las dos súper potencias en la ya finalizada Guerra Fría, por las libertades ganadas en Europa del Este, por el festejo de los que se llamó “El Fin de la Historia”

De repente en medio de la oscuridad, un pequeño país quedó engullido por la aplastante fuerza bélica de Irak, el mismísimo productor de petróleo Kuwait fue tomado en tan sólo 24 horas, se reclamó manejo perjudicial de la oferta petrolera, lo que causó que el precio aumentara en 170%

La ONU actuó y bloqueó económicamente a Irak, esta invasión estremece a más de una docena de países y pone del mismo lado a las dos potencias antes rivales, pero ¿cuál es la razón?, pues los más de 95 mil millones de barriles de petróleo del pequeño país agredido. La ONU da un ultimátum a Saddam Hussein, 15 enero 1991 y no más, a lo que Bush padre agrega “lo patearé en el trasero”. Caso omiso durante un tiempo y Hussein declara “sólo Dios sabe lo que habrá de ocurrir.”

La comunidad internacional miró con visión nocturna por CNN, en vivo, y por primera vez, imágenes que sugerían una película de guerras espaciales: era el comienzo de la ofensiva aérea aliada, 2:35 AM, jueves 17 de enero. Bagdad vivió el terror de la nueva tecnología bélica, estos niños, mujeres y hombres fueron los primeros en ver que el desarme sólo era un sueño, que las unidades desmanteladas con anterioridad sólo eran restos obsoletos, piezas de museos, en el cielo oyeron, más nunca vieron, a los indetectables F-117 o los F-III y a los mejorados B-52. 

Las bocinas alertaban a la población, rápido al refugio y a ponerse el traje y la máscara para evitar tal vez morir por armas químicas o biológicas, la radio avisaba en donde caían los Scud enviados por Hussein. Arabia Saudita e Israel vivieron esta nueva realidad, aunque en ocasiones las caravanas en el desierto podían ver en el cielo el actuar de los misiles Patriots, que interceptaban a los Scud.

Al mando del General Schwarzkopf, el ejército aliado de 28 naciones inició la majestuosa ofensiva terrestre el 24 de febrero. Las tropas iraquíes desalojaron al pequeño país, pero antes dieron fuego a más de 600 pozos petroleros, convirtiendo el día en noche. Nunca tal cantidad de contaminantes fueron enviados a la atmósfera o a las aguas. Ya que el Golfo Pérsico se convirtió en el mayor contenedor de crudo, el desastre ecológico fue apocalíptico. En tan sólo 100 horas fueron desmantelados los soldados de Hussein. 

Así, con la “Tormenta del Desierto”, Estados Unidos y Occidente marcaban el inicio de una nueva era; ¿la era de la hegemonía? En plena guerra el presidente Bush se dirigió a su nación mencionando “un nuevo Orden Internacional”. ¿Acaso sería éste?, uno dirigido por los EE.UU.  ¿Dónde está el contra peso? Aunque la URSS estaba ahí, no actuaba como antes.

La onda expansiva de la Glasnost hizo caer el Muro de Berlín, liberó a Europa del Este y mato al tirano de Ceausescu, pero las libertades ganadas no dieron un nuevo modelo, sino el descontrol. La Perestroika fue un fracaso, en la “Desunión Soviética” amenazaba la hambruna, el caos y la guerra civil.

La URSS no se organiza del todo, las reformas y los cambios se desbocan, se pide la liberad total, nada a medias, el nacionalismo renace y es mayor con el paso del tiempo, Azerbaiyán y Lituania buscaron algo de autonomía, cosa que fue respondida con el Ejército Rojo, la unión se desbarata, Rusia junto con Armenia, Ucrania y Bielorrusia entablan diálogos directos, la autoridad soviética no fue tomada en cuenta, pero esta actuó y las represiones no tardan en llegar.

Montado en un tanque, un hombre arenga a los moscovitas: “Se ha cometido un crimen contra el pueblo...no aceptaremos a una horda de bandidos”. Llama a la huelga general y a la desobediencia civil. Son las 12:50 pm del lunes 19 de agosto de 1991, comienza la resistencia contra Gennadi Yanayev y los golpistas, grises e ineptos, que arrestaron a Gorbachov y a su familia. 

La gente grita una y otra vez el nombre de ese personaje, “Yeltsin, Yeltsin, Yeltsin...” se unen jóvenes, mujeres, ancianos e incluso soldados, así en pocas horas se levantan barricadas en las afueras del Parlamento Ruso y el golpe de Estado es asfixiado.

Están muriendo el comunismo y el gran imperio. En apenas tres días se derrumbó el “paraíso obrero” soñado por Lenin, Stalin y Trotsky. La Revolución de 1917 que alimentó de esperanzas a millones fue en el curso de siete décadas un Leviatán que lo mismo mató a millones de sus hijos, que los envió por primera vez al espacio exterior, que los dotó de poderosos aviones y misiles nucleares o que los hizo campeones olímpicos. Un Leviatán que armó guerrillas y ejércitos en el extranjero, encarcelo a disidentes en el GULAG o engaño con mitos y estadísticas cínicas.

“No más”, se dijeron los ya no camaradas, su odio y frustración hicieron caer la estatua del fundador de la policía política, la KGB, Felix Dzerzhinsky, a la cual se le unieron en el basurero, las del padre Lenin, Marx, Engels y otros más...se desecharon la hoz y al martillo. 

Con las firmas de los diferentes representantes de las diferentes nacionalidades se crea la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Gorvachov se quedó sin unión a quien gobernar. Capaz de cambiar al mundo, fue incapaz de reformar su propio país, Occidente se preguntó ¿cómo desactivar esta bomba apocalíptica? Además de otras dudas: Yeltsin, ¿cuánto tiempo ocupará el trono del Kremlin?; Yeltsin, ¿comunista, demócrata, zar?

El Orden Internacional de la Guerra Fría se borraba y nacía uno nuevo, mientras revisábamos los acontecimientos en Medio Oriente o a la nueva Rusia, el mundo vio con horror como no eran necesarias grandes tecnologías armamentistas para la guerra y el genocidio. Volvimos a ver a los enemigos: violencia, odio, racismo, hambre, desintegración social y más.

Los campos de la muerte se definieron en torno a los miles y miles de desplazados ruandeses, las pugnas tribales entre Tutsis y Hutus. El atentado contra el presidente ruandés desencadenó una guerra civil, transformada en virtud del atraso y la pobreza en un verdadero Apocalipsis. Tras las luchas interétnicas, vinieron los flagelos de la hambruna y el cólera, y a éstos se sumaron, como si el sufrimiento no hubiera sido ya suficiente, la disentería, paludismo, tifo y una epidemia de meningitis, en Sudán y Liberia.

En Somalia un comando norteamericano de las Fuerzas de Paz de la ONU atacó el refugio de altos jefes militares del caudillo Mohamed Farah Aidid, contra quien se decretó orden de arresto, dejando un saldo de 21 somalíes muertos. Este fue el primero de varios ataques orquestados por la comandancia norteamericana contra los guerrilleros de Aidid, en la frenética búsqueda de terminar el conflicto; pero lo que encontraron fue el fracaso. 

El pueblo somalí respondió con ataques contra cascos azules y periodistas. Un grupo de elite norteamericano fue emboscado, la famosa caída del “Halcón Negro”, sufriendo numerosas bajas y que los cuerpos de los soldados fueran cortados y arrastrados por las calles, lo que provocó que el Congreso de los EE.UU bajo la enorme presión de la sociedad estadounidense, pidiera el retiro de sus tropas, y marcó de ahí en adelante el actuar de los EE.UU, buscando siempre cuidar la vida de sus soldados y el uso de la vía aérea como método de acción. 

Pero eso era África, no las sociedades civilizadas. Pero de repente los eslavos de sur recordaron que descendían de germanos y turcos, de musulmanes y ortodoxos, de progresistas y feudales...y Yugoslavia ya no fue, Eslovenia y Croacia el 25 de junio de 1991 se declararon independientes de la Federación, la guerra civil inicio, Vukovar y Dubrovnik quedaron en ruinas, los antes vecinos se empezaron a matar. Rencores históricos, rompecabezas de etnias, idiomas y religiones; una geografía inamistosa y contradictorios niveles de desarrollo se combinaron con la desaparición del General Tito, El Padre de la Patria, haciendo de esta Federación un lugar de sangre, dolor y desolación.

Todas las naciones que se aliaron durante la Guerra del Golfo, no pudieron evitar la desintegración de Bosnia-Herzegovina, que luchó por su vida. Estaba sumida en el caos y la capital asediada pide ayuda en vano, la mayor parte del territorio le fue arrebatado por los soldados a cuadros y los de tres dedos, es decir, por croatas y serbios. 

Sarajevo es casi lo único que quedó de la Bosnia independiente, 40 mil muertos y 60 mil en campos de concentración, 2.2 millones de emigrantes. Los cascos azules de Países Bajos no pudieron evitar la matanza de Srebrenica. La intolerancia étnica resulto más fuerte que la voluntad de la ONU y que el poderío bélico de la OTAN, sus bombardeos aéreos apenas si disuadieron a los serbios-bosnios, y las ciudades bosnias pasaron a ser mártires.

Estos acontecimientos en la ex Yugoslavia, así como en África, atrajeron severas críticas a la ONU, que la llevaron a plantearse nuevos métodos de solución de conflictos e incluso una nueva estructura más democrática en la ONU, y que se reconociera la nueva realidad, no el esquema de Guerra Fría. Pero no se llevaron a cabo tales cambios radicales; en su lugar, la ONU comenzó a ser abandonada. Los EE. UU, que actuaban junto a la ONU o la comunidad internacional, en sus diferentes organizaciones, comenzaron hacerlo solos y buscando aliados, el actuar como policía le hacían tener muchas limitaciones; un traje que no era de su medida.

Mientras la parte Este del Europa se desgarraba, la Occidental se integraba. El continente a lo largo de las siguientes dos décadas viviría un proceso de acercamiento. Ya desde terminada la Segunda Guerra Mundial Churchill llamó a la formación de los Estados Unidos de Europa, ya vislumbraba a los EE.UU y a la URSS como las súper potencias, y para sobrevivir tenían que unirse, separados por más de 40 años, era ahora la oportunidad. 

La Comunidad Económica Europea desaparece y nace la Unión Europea. 1 de noviembre de 1993, el mayor proyecto de unión en la historia entre diferentes culturas, religiones, idiomas, economías, soberanías, naciones y más. Se establece un corazón triple, es Alemania, Francia y Reino Unido, con países satélites. Es como se podría ver desde otro ángulo a la unión. 

Caen las fronteras, nace la ciudadanía comunitaria, la capital es Bruselas; aunque sólo en cuestión burocrática. Las diferentes ciudades de los países miembros, en la práctica, se hacen capitales, culinarias, culturales, financieras, etc. El sueño empieza a hacerse realidad, el primer “Ente supranacional” es un hecho, no más en teoría, aunque claro, sin una Política Exterior unificada; pero eso no importa en un mundo con tantos problemas, la UE arroja esperanza al oír el Himno a la Alegría, su himno oficial. 

Unirse, comunicarse, comerciar, compartir, búsquedas constantes en el nuevo orden. El Mercosur nació en 1991, entre miembros y asociados, es casi toda Sudamérica unida, buscando reducir o eliminar aranceles y el comercio libre. Es lógico tanto en Europa como en Sudamérica pensar en ello, por la proximidad geográfica, pero sobre todo por el crecimiento o desarrollo parecidos.

Pero la gran sorpresa mundial fue México, que salía de un sexenio gris para volver a la estabilidad después de la mayor crisis económica de su historia, se ponía a trabajar viendo al mundo, literal, al mundo. Comienza una serie de alianzas políticas, culturales, pero, sobre todo, económicas. Negocia y logra con Canadá y EE.UU el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Ya no hay economías nacionales, crecen los bloques comerciales.

Los países se acercaron, los enemigos ya no parecían ser los Estados. Reflejo de los filmes de la época, el terrorismo es el nuevo enemigo, y vaya que pegó duro. Durante la década, el terrorismo se extendió a nuevos niveles y a nuevos lugares a los cuales atacar. La bomba estalló en la Embajada Americana en Perú, o bien se destruyó del mismo modo la Embajada Israelita en Argentina. Pero la bomba también estalló en el Metro de París, Moscú o en el Hotel Nacional en La Habana.

Dentro de los atentados con bomba, el ocurrido en las Torres Gemelas en New York fue uno de los más llamativos; dejó seis muertos, mil heridos y aun así no se logró el objetivo que era el debilitar las estructuras y hacer caer la edificación. 

Por otro lado, el zarpazo del explosivo fertilizante hizo pedazos el frente del edificio Federal de la Ciudad de Oklahoma. Se buscó rápidamente en los archivos del Medio Oriente, pero la sorpresa fue que el enemigo estaba en casa, Timothy McVeigh y Terry Nichols, de extrema derecha, muestran al mundo cómo hasta en la Unión Americana existen grupos opuestos al gobierno. Se sospecha que un nacional fue el responsable de la bomba detonada en el Parque Olímpico de Atlanta en 1996. 

Poco después el espectáculo fue mayor. La Embajada de Japón en Perú fue tomada por el Túpac Amaru en plena fiesta diplomática. El grupo exigía la liberación de todos sus miembros en prisión, además de un salvoconducto. La crisis duró meses, hasta que llegó a su fin con un operativo relámpago donde todos los terroristas murieron.

Todo el mundo recuerda el atentado con gas sarín cometido en 1995 por la secta del culto Shinri-kyu en el Metro de Tokio, en el que murieron 12 personas y varios cientos fueron intoxicadas, siendo así el primer ataque terrorista con un agente químico.

En África, las Embajadas Americanas en Kenya y Tanzania fueron presa de las explosiones más sorprendentes, al destruir por completo edificios y calles, dándole a los EE.UU ya tres atentados de un tal Osama Bin Laden.

PRL/ICM

 

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