#ANÁLISIS ¿Ya te confundiste con la película ‘The Father’?

Vie, 30 Abr 2021
Egresada de la IBERO analiza la demencia a partir del filme ´The Father’, con la que Anthony Hopkins ganó este 2021 el premio Oscar a ‘Mejor actor’
  • La demencia es una enfermedad del cerebro y hay más de 60 tipos de ésta (Pixabay).
Por: 
Marcela Vázquez-Mellado Cervantes, aging & dementia mentor.

Nacer un viernes 31 de diciembre, sumar por ocho décadas la certeza de ser bien parecido, ingeniero, patriarca londinense, controlador, coqueto, autoridad, líder de opinión, bailarín por afición y tener un indiscutible buen gusto para la música y el whisky, ¡no puede incluir perder el reloj!, y con éste, todo lo que el sofisticado, fino y preciso compañero simboliza.

Al ceremonial para colocar al reloj en la muñeca, alejar la vista un poco y confirmar que está en su lugar, ahora lo acompaña un elegante gesto para guardar un tenedor en la bolsa interior del saco. Así es la enfermedad de la demencia.

Así es Anthony, con toda autoridad reprende y chantajea a su hija Anne, primogénita, pero no favorita, quien con las primeras lágrimas representa, muda, con excelencia a los cuidadores primarios de todo el mundo. ¡Nada más difícil que decidir!; decidir hoy y decidir en cada momento, decidir por 10 años y probablemente para otros cinco o 10 más.

Mientras miramos a ambos en los primeros minutos todo está muy claro, todo está bajo control y, sin ningún aviso, a ultranza se hace colectiva la confusión. Como espectadores estamos agobiados en unos cuántos minutos intentando recordar ¿quién es quién?, ¿cuántos pares de zapatos hay en la entrada?, ¿cuántos abrigos en el perchero?, ¿qué ropa usaba? ¿Qué manera de hacernos vivir la demencia en una diminuta probadita…

Y el tablero de ajedrez, presente siempre en la mesa, invitándonos a buscar la estrategia. Enfada y agobia la confusión, la vivimos a su lado, vamos con Anthony de la cocina a la sala, a la habitación. La caminata por el pasillo, de ida y vuelta, es suspenso puro, y estamos cada vez más frágiles a su lado. ¿Dónde está el cuadro de la única persona alegre en la casa? La niña del vestido rojo, Lucy, la pintora, la favorita, la alegre, la que no llama, no visita, no abraza y ¡cómo se extraña su presencia!

Vivimos con ellos ilusiones, alucinaciones, confabulación, recuerdos, pesadillas, distorsión, maltrato, violencia y homicidio.

 - “Amenazaste físicamente a Ángela, papá” –“No lo recuerdo”. Para luego ser vilmente infantilizado –“No me trates como retrasado mental”. ¡Cuánta razón tiene Anthony!

Dispersos con menos años, y algunos desatinos, angustiados y humildes, estamos todos pasados los primeros 45 minutos. ¡Magistral la lección! Todos podemos ser Anthony. Levante la mano quien pueda asegurar que nunca va a desarrollar demencia. “Soy muy inteligente”, “Tengo memoria de elefante”, señala, enfático, Anthony. Sí, pero no basta.

La vejez y la demencia son como la música de la obra que no se detiene, no disminuye el volumen para dictaminar. El piano confirma, las cuerdas confunden y un par de vientos y la voz, la voz de María Callas. ¿Quién mejor para cantarle a Anthony, realidad, culpa, incertidumbre y temor?, ¿quién va a hacerse cargo de mí después de haber vivido tanto? 

La demencia

Quien afirma que la demencia se puede prevenir, miente. Lo que sí se puede es, ralentizar el impacto y estar mejor preparado. Hay tanta desinformación y pocas ganas de hablar de ello. No sólo se trata de la pérdida de la memoria: las funciones cognitivas afectadas son muchas.

La demencia es una enfermedad del cerebro y hay más de 60 tipos de ésta. Así como enferman el corazón, el hígado y el páncreas, enferma el cerebro, y no es locura. Cada tres segundos hay un diagnóstico de demencia en el mundo, sumemos los casos sin diagnóstico, como sucede en un 90% en México. La persona es mucho más que la demencia, y se puede vivir una vida plena y digna con esa condición. Procurar la reserva cognitiva, decidir en forma autónoma mi destino en caso de que ocurra.

¿Qué me gustaría que sucediera?, ¿quién puede ser portavoz de mi voluntad? ¿En quién voy a confiar para que se haga mi voluntad e implementarla?, son solamente algunas de las acciones que idealmente debo implementar a lo largo de mi vida.

La vejez es saber perder de a poco amando. Si te sorprende sin conocerte a ti mismo necesitarás más cuidados. Sufren más las sorpresas las personalidades como Anthony, para quiénes perder nunca ha sido una opción. La arrogancia, la soberbia y la insolencia ya no están invitadas a esta nueva temporada.

Todo cobra sentido. Una buena red de apoyo, acudir a verdaderos profesionales al momento del diagnóstico o desde antes si es posible. La vejez no debe convertirse en un camino inevitable hacia la fragilidad y vulnerabilidad. Es mucho lo que podemos hacer para enfrentarlo mejor. ¡Prepárate para no perder nunca tu identidad!

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